EL 27: TENSAR LA CUERDA HASTA QUE SE ROMPA.

27 S: EL PUEBLO Y EL NACIONAL-INDEPENDENTISMO.

A los cuatro días de las elecciones autonómicas en Catalunya, dicen que el nacional-independentismo roza la mayoría absoluta en escaños. Se agotan los últimos días de la tediosa y esperpéntica campaña electoral que, en su fase más aguda, con tintes de agresión no exentos de patética comicidad, en especial por el personajillo Mas, comenzó hace más de cuatro años. No sé cuál será el resultado, deseando que la candidatura que encabeza el chaquetero Romeva, sumiso peón de Mas, pierda en las urnas todo lo que ha ganado con la mentira, la tergiversación grotesca de la historia, el lavado de cerebro, una propaganda nacional-independentista de los medios públicos de comunicación catalanes que emula la que había en el franquismo, con la diferencia que aquella era la de una dictadura y ésta es la de una teórica democracia. Hay que anotar también que parecía imposible que una parte tan importante de la ciudadanía se dejara engatusar por tan burdas mentiras como creer que los corresponsables neoliberales de la crisis, CDC, con el corrupto Pujol a la cabeza, o con el todavía, en estos asuntos, nada claro Mas, iba a sacar de la crisis y del paro  a las clases trabajadoras y populares de Catalunya. Una CDC, entonces CIU, que ha pactado siempre las políticas más neoliberales y privatizadoras, más belicistas, más pro OTAN,  más pro yanquis, más sionistas, con el PP en general, o con el PSOE en bastantes casos. CIU siempre ha estado a la vanguardia en toda España para iniciar los recortes sociales y laborales, las privatizaciones de lo público y no ir a la zaga del PP en el espacio de la corrupción. En el último período, ha tenido un valioso auxiliar en ERC, para tapar o diluir todo lo posible los casos que iban saliendo como hongos y a sus responsables. 

Hasta aquí una descripción de los elementos que considero más importantes del proceso. Pero no quiero dejar de abordar un asunto no menos importante que los anteriores. Un sector muy importante y significativo del nacional-independentismo ha actuado, y actúa, de forma represiva e intolerante contra los que no comulgan con sus arcaicas y descerebradas ideas. Han traspasado todos los límites, acojonando, intimidando, amenazando y agrediendo con métodos que rozan o entran en el matonismo fascista. Esta es la realidad de una Catalunya que, pase lo que pase el domingo en las urnas, se ha enfrentado y  fragmentado, no en función de intereses de clase y sociales contradictorios, sino por la invención artificial de una historia e identidad étnico-humana-cultural que no aguanta el más mínimo análisis desde la ciencia, la historia, la política y el más elemental humanismo colectivo.

Ante esta situación ¿qué ha hecho la izquierda? Nada desde el punto de vista de los intereses unitarios de clase y el internacionalismo solidario y fraternal. La izquierda ha ido a la rueda del nacional-independentismo tragando "soberanismo" y "dret a decidir"  con una timida  protesta social y una intrascendente llamada al federalismo republicano español, pasando por una previa conquista de la República Catalana, según Nuet y compañía. El PSC se ha quebrado y aunque Iceta es, en estos momentos, la voz política más seria y responsable en la realidad catalana, poco puede hacer para contrarrestar la borrasca peligrosa que enfrenta al pueblo de Catalunya. Del PP vale más no hablar porque en todo este período no ha hecho ninguna propuesta política y constitucional seria a tener en cuenta por el pueblo de Catalunya.

Voy a acabar citando a una camarada, companya, comunista, valiente y honesta: MARINA PIBERNAT. Marina era la cuarta candidata de la lista de ICV-euia por Girona en las elecciones de mayo y la primera por euia. En un programa electoral en BTV habló de manera descriptiva, polemizando con el nacional-independentismo, de la "derecha catalufa". Inmediatamente, ante este ""gravísimo insulto", la apearon de la candidatura sus propios compañeros/as de ICVeuia, algo que no era necesario porque ella misma dimitió, mientras recibía todo tipo de insultos y amenazas en las redes y en la prensa del régimen soberanista, por parte de las camorras nacional-independentistas, que la tachaban de racista, xenófoba y de sufrir catalanofobia. Ni la CUP, ni ICV, ni Barcelona en Comú, abrieron la boca en su defensa. Tampoco es que en su organización, euia, hicieran gran cosa para defenderla. Todo rezumaba cobardía política y electoralera en la izquierda de Catalunya. 
Paco Frutos Gras, UN CATALUFO COMUNISTA.