Normalmente no escribo ni pienso mucho en sectas religiosas ni en supersticiones, no me interesan nada desde que cuando tenía alrededor de los 20 años decidí de forma casi natural que no iba a hablar ni discutir más sobre religión. Desconecté, incluso anímicamente, de la religión católica, en aquel momento la secta nacional católica que había bendecido el levantamiento fascista de Franco, otorgándole la categoría reaccionaria de "cruzada", cruzada en la cual los cruzados habían asesinado,entre otros, a numerosos republicanos cristianos. Hoy decido escribir lo que pretende ser una breve nota sobre la estancia de dos días del Papa en España ya que no creo que merezca más espacio. Tendría diversas cuestiones a plantear a esa visita, empezando con que considero una burla a miles y miles de hombres y mujeres que no tienen trabajo ni recursos, el boato y despliegue realizados por el gobierno, por la jerarquía de la iglesia y por los medios de comunicación. El Papa y el lujo no tienen nada que ver con las numerosas personas que de forma voluntaria y desinteresada trabajan y se esfuerzan para que muchos y muchas puedan comer y tener techo, aunque sea de manera precaria, como ha puesto de relieve el reciente informe de Cáritas. Este Papa, que, en su momento, como guardián de la fe, fue un azote contra los más destacados miembros de la Teología de la Liberación, no ha venido a España a conectar con los más pobres y necesitados, salvo para hacer genéricos y retóricos llamamientos a la caridad, sino formando parte indisoluble del sistema que hace pobres y marginados. Ha hecho exactamente igual que hizo anteriormente la jerarquía católica en su conjunto, que llevaba bajo palio a Franco, bendecía las riquezas y se revolcaba en los salones del poder económico. Esta visita y toda la parafernalia en torno a ella no tiene nada que ver con un sentido evangélico y cristiano que ha luchado y lucha para rescatar a los miserables de su miseria. Yo me siento unido a toda esta gente que intenta con su trabajo abnegado y su sacrificio que haya igualdad, justicia social y una vida digna para todos y todas. Y valoro también a los voluntarios que, sin más objetivo que dar un plato de comida a los que no lo tienen, mueven cielo y tierra para hacerlo posible.
Pero, al decidirme a escribir sobre esta visita, tenía un motivo más urgente si cabe que denunciar el boato y era, es, denunciar con toda la fuerza las palabras del Papa en las que condena el laicismo agresivo que, según él, existe en la sociedad española, comparándolo con el existente en la IIª República. En pocas palabras ha dicho, ni más ni menos, que el levantamiento fascista fue por el anticlericalismo, con lo cual lo justifica. Que diga esto el máximo representante de una iglesia oficial que todavía no ha condenado de verdad el régimen franquista y que sigue interfiriendo grosera y agresivamente contra las leyes y opiniones democráticas,encabezando campañas y manifestaciones, es grave y me hace llegar a la más elemental conclusión: el Papa y la iglesia oficial están donde siempre han estado, con el poder económico y político terrenal que les permite que formen parte de su club para que continúen ayudando a lavar cerebros y a mantener sumisos a los de abajo.
Estimado camarada, soy de Villanueva de las Torres - Granada, me he puesto en contacto con usted después de mucho tienpo.
ResponderEliminarMi nonbre es José Ángel Sierra , estuve con usted en un mitin en Granada cuando usted era candidato por iu. todavia tengo las fotos que nos hicimos en mi pequeño museo, junto a Lenin, Marx Engels y muchos otros,
Me acuerdo mucho de usted espero que nos veamos en alguna fiesta del pce o el pca.
Un saludo y perdón por no contactar en tanto tiempo.
Estimado camarada:
ResponderEliminarSigo tus escritos que me parecen como siempre muy acertados.
Es un aliciente encontrar coherencia en algún sitio y no ver los de ayer apoltronados en sus cargos. Me emociona el comentario de Joé Angel.
Un cordial saludo.