En los programas de radio y televisión, de ayuntamientos, comunidades autónomas y ministerios del ramo, se ha ido adoptando progresivamente la costumbre de llamar cultura a cosas que en otros tiempos nos hubiese parecido un chiste, o una provocación, que las llamaran con este nombre. Y no se crean que haya habido una modernización y actualización de la cultura, adecuándola a otros tiempos, como dicen muchos y muchas de los snobs, mediocres del engaño, o, simplemente, vividores del espectáculo que denominan cultura. Lo que hay cada vez más son sustitutos tramposos de la cultura, costumbrismo superficial para no hacerse preguntas sobre cómo se vive, cursilería para llegar a una emoción previamente reducida a la blandura lacrimógena, grosería para degradar la sensibilidad, la afectividad y hasta el lenguaje colectivo. Hay muchas más cosas , pero no pretendo hacer un tratado sobre cultura, ni un trabajo de investigación, algo que dejo a los especialistas en su elaboración técnica, aunque alertando de que debe ser un asunto en el que participemos todos y todas ya que atañe y afecta a toda la sociedad. Quiero sólo aclarar algunas cosas para contribuir a un pensamiento crítico que combata la pasividad de masas ante lo que ocurre.
Según las definiciones modernas, "cultura es el conjunto de conocimientos científicos, literarios y artísticos de una persona, un pueblo, una época, y el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio de las facultades intelectuales". A lo que añado, aunque sea redundante, que cultura es también lo que se aprende de la vida, del esfuerzo, de la experiencia acumulada y se proyecta al futuro, con vocación social de que cambie positivamente la vida de la gente. La cultura tiene rasgos diferentes según los procesos históricos de cada pueblo, pero estoy convencido de que tiene definiciones generales válidas para todos, con independencia del ritmo económico, social, tecnológico, material e, incluso, linguístico con el que se expresa. Actualmente, en la época de la universalización e internacionalización posible de los conocimientos, que no es la globalización neoliberal del mercado, las diversas culturas que conforman la civilización humana pueden reducir rapidamente sus diferencias y acercarse entre sí para dar un salto desde la realidad presente hasta una civilización más humana y fraternal, que erradique miserias, guerras y violencias.
Para que ello sea posible, o, al menos, para que eche a andar, es imprescindible conocer que la actual "cultura de masas" es uno de los principales instrumentos de control, alienación y dominio del sistema capitalista, para poder mantenerlo y consolidarlo. La "cultura de masas" actual es un instrumento del mercado capitalista para reproducir los valores que quiere perpetuar, para que no se cuestione su poder económico y su fuerza de comunicación y propaganda. ¿Alguién, desde la honestidad y el conocimiento, cree que lo que se vende como cultura pretende una sociedad más culta, libre, igualitaria y justa ? La realidad nos indica que la "actual cultura de masas" favorece unos comportamientos colectivos mediocres y conformistas, liquida la realidad social y de clases tal cual es, y hace que una gran parte de la sociedad asimile su moral y estado de ánimo a la cultura del negocio, el beneficio, la especulación y el derroche parasitario, a la pasividad social y al individualismo.
Sólo así se entiende que no haya habido una verdadera respuesta de masas a las rapiñas continuadas que han empobrecido el mundo y que lo continúan empobreciendo. Sólo así se entiende que se acepte la corrupción y se continúe votando a los corruptos que han robado a los mismos que van a votarles. Sólo así es comprensible que los programas de verdadera basura tengan tanta clientela y sean potenciados por el poder económico y político, gobierne el PSOE o el PP, como mejor manera de narcotizar a las mayorías.
Ya ven ustedes qué lejos nos lleva la degradación cultural y las consecuencias que tiene sobre la maleable condición humana. Hay formas de defender una cultura de principios y valores diferentes a la basura cultural predominante . Sinceramente, ante unas elecciones como las del día 22, esas formas, basicamente las veo en IU, una organización que, con todos sus defectos, tiene unas virtudes válidas para cambiar muchas de las cosas actuales que sólo producen servidumbre y sufrimiento para un sector muy amplio de la clase trabajadora y de la juventud.
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