La Real Academia de la Historia acaba de presentar el Diccionario Biográfico Español, con la presencia solemne y la consecuente bendición con ella del rey y de la Ministra de Cultura, Angeles González Sinde, cuyo padre pasó varios años en la cárcel, condenado por la Dictadura franquista.
En el Diccionario se afirma textualmente que Franco no era un dictador, sino autoritario; el dictador era Negrín. El Diccionario es una verdadera recopilacíon de ideas fascistas, de blanqueamiento del levantamiento fascista y de su posterior Dictadura, de panfleto de 50 tomos, se han presentado 25, financiado por el Estado, es decir por todos nosotros y nosotras, con 6 millones y medio de euros. Esa financiación la aprobaron en su momento Aznar y su Ministra de Cultura, Esperanza Aguirre. Posteriormente, la Administración del PSOE la ha continuado, no inmutándose por el contenido reaccionario y golpista del mismo. Ha coordinado los trabajos Gonzalo Anes, acólito de Aznar y Aguirre, y han trabajado en diversas partes, Carlos Seco Serrano y Pío Moa, el terrorista del GRAPO reciclado a terrorista del fascismo, entre otros.
La Real Academia de la Historia es un nido de fascistas, engrasado por el dinero público, dinero que, según Sinde, el Ministerio lo da pero no controla el cómo ni en qué se usa, aunque sea para echar basura sobre la IIª República, sobre el Frente Popular y sobre la resistencia y lucha antifascista. No se deben tolerar estas cosas, ni por el gobierno y la ministra, que deben saber en qué se gasta el dinero público, ni por los académicos democráticos que permiten el paulatino fortalecimiento de las ideas más reaccionarias, ni por todas las personas democráticas y de izquierdas. No se puede dar tregua a la reacción y al fascismo, se les debe denunciar politicamente y si es necesario judicialmente como apologetas del fascismo. A ver si la memoria histórica la van a escribir y reescribir ellos.
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