Primero lo ha recibido la sionista Trinidad Jiménez, luego el jefe en funciones. Era muy importante agasajar a Mahmud Jibril, el boss de los mafiosos y terroristas libios afincados en Bengasi, que ha venido a pedir dinero para poder desarrollar plenamente sus desmanes. El representante de un grupo, que sólo puede existir por los bombardeos de la OTAN, ha declarado que "el tejido social de libia está destrozado y su integridad territorial en riesgo". Hay que ser sinvergüenza, además de estar vendido a EEUU, donde estudió diligentemente las patrañas del imperio, para hacer unas afirmaciones como éstas. Hace 4 meses que la Unión Africana propuso al gobierno de Libia y a los llamados rebeldes el cese de la guerra, la apertura de un proceso de negociación y un acuerdo para convocar elecciones. El gobierno libio aceptó, los llamados rebeldes no, esperando que los bombardeos de la OTAN y el reconocimiento diplomático del imperio doblegarían al régimen. Por eso pedían a la OTAN, que ya les salvó al principio cuando estaban derrotados, que bombardease más. La actitud de ese tipo y del "Consejo" que representa, pidiendo que maten más libios y destruyan más infraestructuras, demuestra, por si había dudas, su calaña moral y política.
Y Zapatero les recibe con todos los honores. Qué triste y repugnante papel el de Zapatero. Qué despedida de un cargo que le tocó en la tómbola. Del no hipócrita a la guerra, a la defensa de la guerra, con plena subordinación a lo que le manda el imperio. Preferiría que los libros de historia olvidasen a determinados dirigentes que, en nombre de la izquierda, son nefastos para la conciencia crítica y democrática. Al menos a la derecha se la conoce, se la adivina, se la ve y se la combate.
Lectura. En Rebelión,"La matanza de Srebrenica. Pruebas, contexto y política". Editores Eduard S. Herman y Phillip Corwin, que era el funcionario de mayor rango de la ONU cuando se producían los hechos.
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