ESPAÑA: POR UNA ALTERNATIVA SOCIAL Y
ANTICAPITALISTA A LA CRISIS, POR LA IIIª REPÚBLICA.
Antes de abordar el asunto que me
toca desarrollar, “Resistir a la crisis y a las tentaciones nacionalistas”
quiero decir algunas cosas sobre el conjunto del debate “Europe, la peur du
rouge, democratie en péril”.
La equiparación del
fascismo al comunismo tiene un objetivo casi único: desautorizar totalmente al
comunismo y a los sectores afines para que, en ningún caso, sea una posible
alternativa que ronde por la cabeza de la gente. Lo quieren muerto y enterrado
sin posibilidad de levantar cabeza, a pesar de que al inicio de la actual
crisis capitalista Marx y lo que representa adquirió una audiencia fuera de lo
normal, aunque el poder económico, político y mediático lo recondujera
inmediatamente a un análisis puramente
académico, como si del viejo Platón se tratara. Al contrario que con el
fascismo, que lo mantienen vivo en sus diversas formas: blando, duro,
“pacífico”, violento, porque forma parte del ADN del capitalismo. Éste siempre
quiere anular la conciencia critica y la
participación popular en las decisiones sobre economía, cultura, política,
relegando esta participación a votar periódicamente en una democracia
“representativa”, cada vez más vacía de contenido social, humano e ideológico de carácter democrático e
igualitario. Por eso persiguen y prohíben el ideal socialista y comunista y
toleran, cuando no protegen, corrientes fascistas, como es notorio en Grecia
con Amanecer Dorado, y en otros países de Europa, para no ir más lejos. La
extrema derecha siempre es la reserva del capitalismo cuando éste no es capaz
de imponer “su consenso” y liquidar del pensamiento colectivo cualquier
alternativa que no sea el neoliberalismo y el pensamiento único.
Así están las cosas en Europa y en cada uno de nuestros
países, con los diversos matices. En la UE el neoliberalismo y el pensamiento
único ya predominan en todo, no son sólo un peligro. El capitalismo es crisis,
armamento, rapiña, guerras. Por eso la UE siguiendo al pie de la letra los
mandatos de EEUU como cabeza del imperio hace guerras en Yugoslavia,
Afganistán, Iraq, Libia, Siria y donde se tercie, y quiere dominar África, o
imponer sus políticas en América Latina. Francia, con Sarkozí o con Hollande,
entre otros, es un ejemplo de lo que digo Y ante ello, el silencio de la
“izquierda” europea es muy sonoro.
Paso a España. En España hay una democracia representativa,
bipartidista, con guindas nacionalistas conservadoras en Catalunya, Euzkadi,
menos en Galicia, con una ley de partidos políticos que favorece a PP y PSOE y
a los partidos nacionalistas de derechas, o a los que se llaman de centro
izquierda, que de izquierda tienen poco porque, al igual que los nacionalismos
conservadores, defienden una visión reduccionista y lineal de la historia basada
en identidades colectivas y nacionales mitológicas. Todos ellos participan de
una concepción europea y mundial muy semejante, en la globalización, en el
mercado, en la privatización, en las guerras,
aunque los de “centro izquierda” le den a todo ello un toque social y
asistencial.
En el último período ha surgido, en Catalunya especialmente,
la curiosa consigna ”frente a la crisis,
independencia”, detrás de la cual van la derecha, el llamado centro izquierda y
la izquierda, y han arrastrado a una parte considerable de las clases populares
al victimismo frente a la perversidad de una España que roba a los catalanes.
La derecha nacionalista, CIU, que hace la misma política que el PP, no habla de
clases poseedoras, sino de identidades abstractas, con un lenguaje no
combatido, y a veces asimilado, por el resto de fuerzas políticas y sindicales.
En Catalunya, las grandes movilizaciones
contra los recortes y las privatizaciones, que iniciaron el camino de la
denuncia y la protesta en España, han pasado a un segundo plano ante la
ofensiva nacional-independentista. Hay fuertes movilizaciones en Madrid, País
Valencià, Andalucía…, puestas de relieve ampliamente el 14 N y que han continuado
en muchos lugares, especialmente en Madrid, contra la venta de hospitales y centros de salud y
la privatización de la sanidad y la educación. Hay reacción pero no la
suficiente y, desgraciadamente, no va acompañada de la continuación del 14 N en
toda Europa. En España se deben defender palmo a palmo cada uno de los derechos
históricos conquistados por el movimiento obrero y popular. Se debe defender lo
más concreto, uniéndolo estratégicamente a una alternativa de cambio social. Ni
en España ni en el conjunto de Europa hay soluciones de fondo en el marco del
capitalismo. Ahora, con los recortes quieren reducir todos los derechos
económicos, sociales., sindicales y políticos, volviendo a situaciones
salariales, de empleo, de servicios públicos, del pasado. La crisis del
capitalismo es estructural, no episódica ni coyuntural. Las crisis económicas,
como las guerras y la ocupación y saqueo de países, forman parte del
capitalismo. Cuanto antes predomine en la mentalidad colectiva del movimiento
obrero, popular e intelectual, el conocimiento de esta realidad, antes
estaremos en condiciones de hacer frente a la situación, impidiendo más
reducción de las condiciones de vida y de trabajo, recuperando derechos
perdidos y defendiendo una alternativa al tipo de economía del “régimen”
actual, basada en un consumismo irracional, en la explotación humana sin
control, en la destrucción ambiental y en la fabricación, venta de armamentos y
guerras. En España tenemos una tarea doble: aislar y derrotar al PP, derrotar
al bipartidismo, fortalecer una alternativa de izquierdas con voluntad de
gobernar sin ser la muletilla de nadie y culminar el estado de las autonomías
en un estado federal y republicano, la IIIª República.
Los nacionalismos
embarcan a la gente en aventuras que nunca son positivas para los pueblos. El
pueblo se ensimisma buscando culpables en “los otros” y contribuyendo a la
división y enfrentamiento entre la clase que vive de la venta de su trabajo
manual e intelectual, por el solo hecho de estar separada por fronteras
artificiales, fronteras que a la derecha importan poco porque sus intereses y
sus mecanismos para imponerlos no conocen fronteras . Cuando, ante el
capitalismo y la globalización en su fase más brutal, la neoliberal, se trata
de unir y fortalecer, no puede haber una parte de la izquierda dedicándose a
dividir y enfrentar. Ni en España ni en ningún otro sitio. Es un suicidio de
clase y contribuir al mantenimiento del régimen actual.
NUNCA MÁS ACTUAL QUE AHORA: “TRABAJADORES DEL MUNDO, UNÍOS”
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