VISITA DE FELIPE VI A ARABIA SAUDÍ.
Es la continuación de unas relaciones entre dos Estados, dos monarquías, una parlamentaria con una constitución liberal en un Estado capitalista socialmente injusto; y otra feudal, con unas normas medievales en todos los aspectos básicos de la vida: en la absoluta marginación y represión de la mujer, sin derechos de ningún tipo como persona y subordinada a los decisiones de los hombres en todo, en los inexistentes derechos laborales y sociales para las clases trabajadoras, en especial las migrantes, en la imposición a toda la sociedad de normas políticas y "jurídicas" reaccionarias, basadas en una concepción religiosa integrista y fanatizada del islam reinterpretado e inventado, según conveniencia, y en la represión brutal contra hombres y mujeres en la más mínima "falta" o "delito" que cometan, según interpreten los principes, jeques y creadores e impulsores del terrorismo, depositarios de la verdad divina con derecho a asesinar, y sus matarifes "jurídicos" legales.
Queda claro, pues, con qué tipo de monarquía se producen las entrevistas de Felipe VI como rey de España. Queda claro que va a entrevistarse con los feudales saudíes acompañado del gobierno y de los principales representantes de los grupos industriales y económicos españoles del IBEX 35, incluídas las principales empresas de armamento. Empresarios que van a vender infraestructuras, construcciones, agua, energía, química, ingeniería y, sobre todo, por lo que aparece, armamento, dicen por un valor de 2.000 millones de euros. Yo no voy a tener una visión cerrada sobre las relaciones que debe tener España con Arabia Saudí, como no la tiene ningún país, ya que se debe defender la relación con todos los países y entre todos los países del mundo. Sea un monarca español el que represente España o el Presidente de La IIIª República Española. Dicho esto, España debe defender con claridad que en Arabia Saudí se deben respetar los derechos humanos básicos, que Arabia Saudí no puede financiar y armar a terroristas ni bombardear y matar en Yemen, que Arabia Saudí debe contribuir a acabar con la guerra de agresión contra Siria y a una reconstrucción de todos los países destruidos por la guerra desde la intervención de EEUU en Iraq en 2003. Estos deben ser los elementos políticos y diplomáticos que deben defender el Rey, mientras represente a España, el gobierno que le acompaña y los empresarios que buscan negocios. No es aceptable ninguna otra posición, ni siquiera esa que defienden políticos, empresarios, sindicalistas o alcaldes para mantener, según dicen, los puestos de trabajo de las empresas del armamento. Si quieren mantener los puestos de trabajo que propongan la reconversión de la industria de guerra en industria para la paz, aquí, en Europa, en EEUU y en el mundo. De no hacerlo así, resulta que teóricos representantes de la izquierda defienden las políticas más neoliberales y belicistas de la derecha económica y política. Y, en consecuencia, las guerras, las agresiones y las situaciones que viven las mujeres y los trabajadores en Arabia Saudí. Esa actitud claudicante y cobarde políticamente se debe denunciar y rechazar con la misma fuerza que se rechazan y combaten las políticas y decisiones de la derecha económica y política.
Queda claro, pues, con qué tipo de monarquía se producen las entrevistas de Felipe VI como rey de España. Queda claro que va a entrevistarse con los feudales saudíes acompañado del gobierno y de los principales representantes de los grupos industriales y económicos españoles del IBEX 35, incluídas las principales empresas de armamento. Empresarios que van a vender infraestructuras, construcciones, agua, energía, química, ingeniería y, sobre todo, por lo que aparece, armamento, dicen por un valor de 2.000 millones de euros. Yo no voy a tener una visión cerrada sobre las relaciones que debe tener España con Arabia Saudí, como no la tiene ningún país, ya que se debe defender la relación con todos los países y entre todos los países del mundo. Sea un monarca español el que represente España o el Presidente de La IIIª República Española. Dicho esto, España debe defender con claridad que en Arabia Saudí se deben respetar los derechos humanos básicos, que Arabia Saudí no puede financiar y armar a terroristas ni bombardear y matar en Yemen, que Arabia Saudí debe contribuir a acabar con la guerra de agresión contra Siria y a una reconstrucción de todos los países destruidos por la guerra desde la intervención de EEUU en Iraq en 2003. Estos deben ser los elementos políticos y diplomáticos que deben defender el Rey, mientras represente a España, el gobierno que le acompaña y los empresarios que buscan negocios. No es aceptable ninguna otra posición, ni siquiera esa que defienden políticos, empresarios, sindicalistas o alcaldes para mantener, según dicen, los puestos de trabajo de las empresas del armamento. Si quieren mantener los puestos de trabajo que propongan la reconversión de la industria de guerra en industria para la paz, aquí, en Europa, en EEUU y en el mundo. De no hacerlo así, resulta que teóricos representantes de la izquierda defienden las políticas más neoliberales y belicistas de la derecha económica y política. Y, en consecuencia, las guerras, las agresiones y las situaciones que viven las mujeres y los trabajadores en Arabia Saudí. Esa actitud claudicante y cobarde políticamente se debe denunciar y rechazar con la misma fuerza que se rechazan y combaten las políticas y decisiones de la derecha económica y política.
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