Y SIGUEN LAS MISCELÁNEAS GROSERAS COTIDIANAS.

Para alucinar. Viendo el otro día la romería del Rocío, no daba crédito, es un decir, a lo que veía: caras, sobre todo de hombres, agresivas, amenazantes, con ojos locos y airados como para fulminar al contrario. O sea, peleas barriobajeras y personas dispuestas a pegarse alrededor de la virgen, para ser los primeros en tocarla o en llevarla a cuestas, cuando a mi, que no soy religioso, sólo ateo, me parece que alrededor de una figura venerada, en este caso considerada divina, debería haber amor, fraternidad, deseos y actos de compartir la relación con ella, que es la madre de todos y todas. Vaya este comentario para contribuir a una mejor relación y trato entre todos los participantes en las próximas romerías.

Y en plena romería salta la noticia de que Kichi, el alcalde de Cádiz, le impone una medalla a la virgen del Rosario. Y la verdad, no le concedí ninguna importancia, a mi me dejaba indiferente, aunque Kichi sea de Podemos y, según dicen,  de tradición ácrata. A fin de cuentas hace lo mismo que hacía el ministro Fernández Díaz , siendo del OPUS DEI, imponiendo una Cruz de Plata a la Virgen de los Dolores. Pero, hete aquí, que en esas sale Pablo Iglesias y dice, más o menos, que no es eso, no es eso, que Kichi hace una oferta "laica", de acuerdo con las tradiciones populares y marineras de Cádiz, de las que la Virgen es guardadora. Y pienso, hay que ser cretino, y  me callo. Considero que debe haber un respeto total y absoluto a las ideas y costumbres religiosas de la gente y facilitar, si de nosotros depende, que se ejerzan con la máxima libertad, siempre y cuando esas ideas y costumbres religiosas respeten al conjunto de la sociedad y no quieran imponer sus creencias y costumbres  religiosas a toda la sociedad. Pero, a partir de ahí, opino que cada uno en su casa y dios en la de todos, que no se puede hacer ni pizca de demagogia con las cosas de respeto y convivencia entre la ciudadanía. 
Si a todo lo anterior, le unimos, aunque parezca que no viene a cuento, el fascismo de masas del fútbol como válvula de escape y coartada para la pasividad social, tenemos un panorama de narcotización ciudadana completo.

NO SE PUEDE ZASCANDILEAR CON LAS IDEAS Y COSTUMBRES, SINO RESPETARLAS.