DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE PUIGDEMONT. LUCHAR CONTRA DOS FACHERÍOS. 

Después de esta declaración de independencia, pienso y reitero lo que he dicho en alguna otra ocasión: es la hora de poner en marcha las casas de salud mental, lo que antes eran manicomios. Es imposible que tanta mentira, tanto fraude, tanta grosera manipulación de leyes, tanta cretinidad peligrosa acumulada, puedan curarse sin perseverantes tratamientos psicológicos y políticos.  

Es duro tener que luchar contra dos facheríos al mismo tiempo: volver a tener en cuenta al de siempre, de "Una, grande y libre", exigua minoría que estaba en horas muy bajas, con una incidencia social intrascendente y esporádica,  resucitada ahora por la irrupción ya sin tapujos del nuevo facherío secesionista del nacionalismo identitario de carnet milenario. Si el facherío ultra de siempre se expresada ocasionalmente en actos agresivos contra grupos antifascistas o reivindicativos,  enemigos según sus parámetros, o en pequeñas y patéticas demostraciones de exhibición de banderas y consignas, ahora se siente más legitimado para abroncar a las autoridades regionales valencianas el día de su "Fiesta" en Valencia, y a armarla contra los de la CUP, en un enfrentamiento entre dos matonismos de contenidos diferentes pero de idéntica ralea. La CUP, que no tiene bastante con crear un follón reaccionario en Catalunya, disfrazado de revolucionario y republicano, señalando, insultando y amenazando a los que califica de traidores, españolistas, fascistas etc, va a Valencia a continuar su tarea histérica, perdón histórica, de liberación de los Païssos Catalans. Y, claro está, allá se encuentra con el oponente ideal para exteriorizar a gritos y puños su valentía en la progresiva conducción del mundo hacia el primer precipicio a su alcance. 

Esto, la CUP y los grupúsculos ultras de siempre, serían apenas un incidente cómico con algunas expresiones físicas u orales violentas a cortar por lo sano para que no se crecieran, si no fuera que junto con el nacionalismo identitario de nuevo cuño de Catalunya, gestado en un largo proceso de deformación de la realidad y de manipulación brutal de la comunicación, la escuela, la economía y los derechos sociales, han descompuesto el sentido de clase y democrático de una parte importante de la sociedad catalana. Han narcotizado y desactivado la siempre imprescindible acción social en defensa de derechos recortados o liquidados, con la excusa de la crisis-estafa financiera, remitiendo a los trabajadores catalanes a una solución milagrosa de todos sus problemas en el paraíso independiente que será Catalunya, mientras que lo que se está produciendo es una huida de empresas, cuyos dueños habían callado hasta ahora, o contemporizaban con los secesionistas, pero empiezan a pensar aquello tan prosaico de que "la pela es la pela", lo que puede no ser demasiado bueno para los trabajadores y trabajadoras de las empresas afectadas. Y han contribuido  con todo ello a la desactivación de la lucha social  en toda España, en una situación en la que la izquierda sindical y política es una grotesca caricatura de lo que debería ser una izquierda que pretenda representar y defender los derechos y reivindicaciones de la mayoría que crea con su trabajo la riqueza de toda la sociedad. Grotesca caricatura que se volvió a expresar ayer después del nuevo acto de degradación democrática al que fue sometido el Parlament catalán, acudiendo solícitos los de "Catalunya Sí que es Pot", a felicitar y besar las manos a Puigdemont apuntando a un nuevo pacto entre los nazional-independentistas de Junts pel Sí y ellos mismos, sustituyendo a la CUP, pasando de palanganeros a socios. A ello se ha adelantado ya el "ínclito" Pablo Iglesias, esta mala copia de lo que debe ser un dirigente o representante honrado y real de la izquierda. Contribuye a hundir a la izquierda.  

Cuando lo que se llaman pueblos se convierten en masas, en vez de hablar de cosas serias gastan gran parte de su tiempo en parlotear de lo que son, o de los mossos, o de las policías. Y las policías, todas, que deberían ser un elemento normal de la sociedad para realizar las tareas que tienen encomendadas de perseguir el crimen y la delincuencia y velar por la seguridad ciudadana, se convierten en enemigos a abatir o a amigos a adular, según convenga. Los pueblos deben hablar siempre de su realidad para evitar que empeore, para mejorarla o cambiarla. En Francia, a pesar da la traición política de los partidos que representaban a las clases trabajadoras, no paran de hacer huelgas y salir a la calle en defensa de sus derechos laborales y sociales y contra los recortes. Hasta en la pequeña Bélgica se movilizan los trabajadores. En España, lo más significativo ha sido la marcha de los "viejos", de los jubilados, denunciando al gobierno por la congelación de las pensiones desde hace 5 años, y exigiendo su actualización según han subido los precios reales. Y mientras, los independentistas y sus palanganeros de la izquierda sindical y política a disfrutar con sus juegos florales, al margen de la vida de la gente. 

Afortunadamente, el domingo 8 en Barcelona, ha empezado a activarse la sociedad silenciada, a pesar del boicot de los medios reaccionarios de la Generalitat, con TV3 en cabeza, para decir claro y alto que no están dispuestos a permitir por más tiempo que se degrade la vida social y se juegue con la convivencia y el respeto entre todas las personas. A ver si se empieza a recuperar lo que nunca debiera haberse perdido, la decidida lucha contra los problemas que afectan al colectivo y la identificación de los mismos a partir de las ideas que cada uno defiende. Lo demás son cuentos. Como son cuentos patéticos los que inventan personas que son, o se llaman, militantes del PCE, de IU, de Podemos y Cía, diciendo que en Catalunya se vulnera el derecho a decidir, las urnas y la democracia, que hay presos políticos y un estado de excepción. O que, sin enterarse de nada, desprecian la movilización de 350.000, un millón, o 500.000, me da igual, calificándola de seguir el llamamiento de la extrema derecha, (cielos, ¡qué capacidad tiene ésta!) insultando a las personas y grupos de izquierdas que la han convocado, no los de la derecha, aunque estos oportunistas se hagan la foto en ausencia de la "izquierda" oficial. Y progresivamente, con su actitud cobarde, errónea y errática, al estilo Errejón-Iglesias-Montero y subalternos, justifican por silencio a los ladrones del 3% y más,  a los Pujol, Mas, Puigdemont..., los mismos que fueron defensores y copartícipes de las políticas neoliberales y de recortes del PP y  acompañantes de este partido en sus fechorías económicas y corrupciones. 

                                              PUIGDEMONT-JUNQUERAS.

               ¿SON LOS NUEVOS SOCIOS A SUSTITUIR A LA CUP?

                                                         

                

                 LA ULTRA DERECHA EN VALENCIA.