Pues desde el principio voy a afirmar que no son dudas ni nada que se le parezca. En todo caso una simulación. Y como no me gusta hacer afirmaciones gratuitas me voy a referir a una experiencia determinante que viví en primera persona, y que ha sido el modo de actuar normal de la dirección del PSOE siempre y hasta Pedro Sánchez y la dirección actual. Voy al hecho en si.
En Mayo de 1993 Julio Anguita, Coordinador General de IU, tuvo un infarto en plena campaña electoral y yo tuve que sustituirle en algunas tareas electorales. El PSOE, con Felipe González como candidato a la presidencia del gobierno, tuvo un bajón electoral importante, pasando de los 175 escaños a los159, atribuyéndose esta importante pérdida a los numerosos casos de corrupción que afectaban a dirigentes del partido, algunos de los cuales fueron encausados, a la aparición del GAL como práctica de terrorismo de Estado. Y, en otro plano, al impacto que tuvo entre los trabajadores las privatizaciones de importantes empresas públicas como Telefónica, Endesa, Repsol, Argentaria y Tabacalera, entre otras. El PP tuvo 141 escaños e IU 17.
A la vista de estos resultados, el PSOE empezó la ronda de entrevistas con los partidos políticos. Yo mismo, en sustitución de Julio Anguita y representando a IU, fui a la entrevista con Felipe González. Después de una larga conversación en la que abordamos todo lo referente a la política económica y social de España y del mundo, y a la realidad política de España referente a asuntos importantes como las guerras, la OTAN o las bases y la culminación del avanzado Estado de las Autonomías, le pregunté directamente si pensaba tener en cuenta a IU y a sus 17 diputados/as para llegar a un acuerdo político con un programa pactado, sin plantear en ningún momento una coalición ni la participación de IU en el gobierno. La respuesta negativa fue rápida y sin equívocos, orientando su decisión a los nacionalistas de CIU y otros como representantes de lo correctamente político que no asustaba a los poderes económicos. Y así quedó, adiós muy buenas, otra vez no será.
Por esta experiencia personal y por lo que ha sucedido posteriormente, no tengo absolutamente ninguna confianza de que del PSOE que encabeza Pedro Sánchez salga algo de izquierdas, positivo para el país y para la izquierda. Después de ver más adelante como en Catalunya quién empezó a liarla fue el PSC-PSOE con aquella reforma estatutaria que nadie pedía, y posteriormente con aquella actitud de los dirigentes del PSC, muchos de los cuales posteriormente se pasaron directamente a ERC, y constatar ahora lo que dicen y hacen Sánchez, Ábalos, Iceta, Puig, Delgado, Chivite...,me temo que el futuro gobierno de Pedro Sánchez nos conduzca a otro desastre político a medio plazo. Si su política durante tantos años ha contribuido a defender las políticas más neoliberales y belicistas, a potenciar y desarrollar una derecha nacionalista y racista en Catalunya y como reacción a esta una rancia extrema derecha españolista en toda España, además de liquidar en la práctica a la izquierda real, no creo que ahora vayan a dar un giro de 180 grados y contribuir a la recuperación de una izquierda alternativa real capaz de intervenir y decidir en la realidad haciendo el propio PSOE una política socialdemócrata.
En resumen, veo al PSOE haciendo lo de siempre, en su sendero de continuar liquidando principios y valores elementales para la construcción de una alternativa de izquierdas, capaz de defender un programa básico de defensa de los trabajadores, de los servicios públicos, de la paz y la cooperación internacional y de desarrollar una convivencia política en España, basada en una Constitución y leyes comunes para todos los españoles.
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