Estoy intentando saber de dónde viene este fenómeno sobrenatural que produce lo que se conoce como "cambio climático". Y no soy capaz de encontrar su procedencia: ni en los arcanos del cielo, ni en las nubes de todo tipo y forma, ni en las aguas marinas y, menos todavía, en las oficinas de las "Perseidas" o "lágimas de San Lorenzo", son capaces de darme razones válidas que me convenzan. Si, ya sé que un hecho sobrenatural tiene mil maneras de esconder su procedencia, intención y talante, pero teniendo un pensamiento tan abierto como el que tengo pensaba que tendría más facilidades. Finalmente, cansado del silencio de las estrellas, me decido a escarbar en la sociedad económica y científica. Y aquí mi sorpresa es aún mayor: mientras los científicos, mayoritariamente, hablan de un fenómeno creado y desarrollado fundamentalmente por la acción humana, por formas de producir extremadamente contaminantes, por un desarrollo agrícola basado en la utilización masiva de materias contaminantes, hete aquí que todo el mundo, incluidos los propietarios y accionistas de las grandes corporaciones químicas, de las fábricas de armamentos, de las concentraciones productivas para el consumismo barato, o sea, el conjunto de grupos productores de los más altos niveles de contaminación, dicen ponerse al frente de la lucha contra el "cambio climático", sin hablar, ni ellos ni los gobiernos, de las principales causas de destrucción ambiental: la contaminación producida por la fabricación indiscriminada de todo tipo de productos que envenenan el aire, corrompen las tierras y destruyen ríos y mares, de las guerras y sus efectos destructores y envenenadores, de los aviones y barcos, en primer lugar los de guerra, que destruyen aire y mar.
En consecuencia con todo lo dicho: no se trata de hacer frente a un "cambio climático" como un fenómeno sobrenatural, sino de abordar con urgencia y con decisiones rápidas los problemas de destrucción ambiental y el qué hacer para reducir la contaminación; qué productos industriales, agrícolas, de transportes y de ocio son imprescindibles y/o necesarios, y cuáles deben eliminarse, modificarse o sustituirse; cómo acabar inmediatamente con las guerras y transformar las fábricas de armamento en factorías para hacer cosas útiles para vivir con una modesta dignidad material y con un gran nivel moral, educativo, en paz y solidario entre personas y pueblos.
Nada más y nada menos. Difícil, sin duda. Lo que digo hasta podría calificarse de principio de socialismo, aunque yo prefiera definirlo como de "buen sentido común". Pero es el inicio de solución de los problemas, sin recurrir tramposamente a la utilización de una niña buena y llorosa para enternecer al mundo, mientras continúa todo igual.
Y cuando escribía lo anterior, Amparo Cerdá, la concejal-portavoz de VOX en el ayuntamiento de Elche, que sufrió una agresión de su ex marido y la denunció en la comisaría, se opone a que lo llamen "violencia de género" ya que, según ella, se trataba solo de "una agresión física puntual". VOX es un partido peligroso para todo el mundo, pero especialmente para las mujeres.
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