Sarkozi, ese presidente francés que hace dudar de que en Francia se hubiera producido la Revolución de 1789, acaba de tomar la decisión de reconocer al gobierno provisional de los llamados rebeldes libios y va a nombrar proximamente un embajador en Bengasi. Es el mismo Sarkozi que recibía hasta hace muy poco a Gadafi con todos los honores. Bueno, exactamente igual que lo hacían el rey de España, Zapatero, Berlusconi, Obama y todos los demás. Gadafi era el socio necesario y querido. El mismo Gadafi es, unas semanas después, el dictador desde hace 41 años, el sátrapa, el sanguinario y torturador. De la noche a la mañana, el mismo sistema de farsantes que nos gobierna aquí, en Europa y en el mundo, ha hecho su nueva trilería. Como hicieron durante largos años con Vietnam, como hicieron en la antigua Yugoslavia estimulando su explosión, como han hecho en Irak preparando una de las guerras más sanguinarias y destructivas de personas, bienes y convivencia, que con su terrorismo ha multiplicado los terroristas integristas, o en Afganistan con el pretexto de combatir el terrorismo. Ahora convierten al amigo libio de intereses compartidos en el enemigo a abatir y para ello inventan de nuevo hechos y lenguaje: lo asimilan a lo sucedido en Tunez y Egipto, cuando en esos dos paises todas las grandes manifestaciones y tomas de calles y plazas fueron hechas de forma masiva y sin un arma, mientras que en Libia la toma de Bengasi, por poner un solo ejemplo, fue realizada a sangre y fuego. A partir de ahí, casi todas las historias que nos cuentan los medios de propaganda son manipuladas, tergiversadas o mentiras. Esa es la realidad. Y de nuevo, como ya pasó en otras ocasiones, la gente no escarmienta y vuelve a creerse las mentiras, contadas para eliminar el pensamiento y hacer actuar a las visceras, aderezadas con un toque de piedad solidaria. Con una diferencia importante, cuando la preparación del bombardeo y ocupación de Irak la gente se creía las mentiras que contaba Aznar y su gobierno y, a pesar de ello, un 80 por cien estaba en contra de la guerra, mientras que ahora la mayoría, según las encuestas, se cree las mentiras y está a favor de que la OTAN, esa pacífica ONG, intervenga. No sé si soy mal pensado si sospecho que ello puede ser debido a que en el 2003 gobernaba el PP y ahora el PSOE. Qué gran trabajo de alienación y embrutecimiento del pensamiento ha hecho el pensamiento único. Cada vez se entiende más porqué es único. Y de nuevo, los mismos que desde la teórica izquierda y ultra izquierda elevaban a la UCK de Kosovo al rango de Ejército de
Liberación, como si fuera el Vietcong o el Frente Sandinista y no una banda dirigida por mafiosos y criminales, ahora vuelven a pedir una intervención humanitaria......de la OTAN. Viva la coherencia.
¿ Qué hacer por parte de los que no nos tragamós más camelos ? Defender contra viento y marea que una comisión internacional de las NNUU, obligue a las partes enfrentadas en lo que es una guerra civil desde el principio, a que cesen de inmediato las acciones armadas, se sienten en una mesa y no se levanten hasta que hayan llegado a un acuerdo que tenga en cuenta todas las posiciones enfrentadas. Libia tiene unas características diferentes a Tunez y Egipto en su composición e historia, no es un entramado nacional consolidado y, o hay un acuerdo de convivencia e integración unitaria de gobierno común, o no habrá más alternativa que la división del actual Estado. En un caso u otro las NNUU tienen que avalar la solución. Una solución que no
debe presuponer la permanencia de Gadafi como referente, ni tampoco la de los que ahora se autootorgan la representatividad de Libia. Mientras no ocurra eso estar atentos a los hechos reales, denunciar todo lo denunciable pero no dejarse arrastrar a la charca de la manipulación permanente. Esta es mi opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario