Actúan coordinados, no porque se hayan puesto de acuerdo en una hora, sino porque defienden lo mismo.
La patronal madrileña, mamporrera de vanguardia de la patronal que realmente manda, propone: copago sanitario; limitar el derecho de huelga y la representación sindical en las empresas; descuelgue de los convenios de empresa, según convenga; suprimir el impuesto de patrimonio y el de actividad económica; ninguna subida de impuestos; establecer un contrato "indefinido" con 20 días de indemnización por año trabajado; austeridad presupuestaria en el sector público, en lenguaje normal,recortes; reforma en profundidad del sistema educativo y promoción de la libertad de enseñanza y la iniciativa privada en éste; y en sanidad, colaboración de la pública con la privada, una forma de decir privatización sin excesiva grosería.
La Generalitat de Catalunya planea trocear la sanidad pública para abrirla al capital privado. Trocearla porque, dice, es demasiado grande y no se puede manejar, hay exceso de burocracia y bla, bla, bla. Se trata de abrir una serie de filiales que operen con fórmulas híbridas con el capital privado. Un cambio radical, desmantelar progresivamente un buen sistema de salud universal para covertirlo en un campo más de especulación y beneficio privado. Es algo inédito que, hasta hoy, nadie se había atrevido a hacer con tanto descaro. Ahora, patronal madrileña y Generalitat catalana rompen todas las cautelas de su anterior lenguaje y tiran por la calle de en medio. Hacen de mamporreros del capital y de la clase política que les apoya, de la CEOE-CEIM, del PP-CiU. El PSOE, que ahora hace aspavientos y timidas protestas, les abre la puerta a todos para que realicen sus desmanes sociales con impunidad.
Y la pregunta es: ¿qué ha pasado que se sienten tan seguros y prepotentes?
Sencillamente, no se han encontrado con ninguna resistencia seria en los últimos años y, aprovechando la crisis que ellos crean, poco a poco han transformado el antagonismo social en un monólogo de cortesías, imponiendo su lenguaje de forma cada vez más contundente, mientras las direcciones sindicales se dedicaban a firmar a la baja para que no fuera a peor, balbuceando frases intemporales de lucha sin ninguna concreción real. El 29 de septiembre de 2010 y algunas movilizaciones limitadas han sido la excepción. Todo ello ha generado inseguridad y miedo social, distanciamiento, desconocimiento, recelo. Una mayoría de la clase trabajadora actual se siente alejada, e incluso hostil, hacia los sindicatos. Es una reflexión a hacer de forma rápida para poner remedio, remedio que sólo puede venir de la recuperación de una conciencia crítica acompañada de organización, movilización y coraje sindical para decir basta, no creemos en vuestra política, ha fracasado, el capitalismo no es capaz de ofrecer unas condiciones de trabajo y de vida basicamente dignas para todo el mundo.
Termino con aquello de, si luchamos podemos perder, si no luchamos estamos derrotados.
ASESINATO DE MUAMAR EL GADAFI.
Al terminar este artículo, el pistolero a sueldo Ban Ki-Moon confirma el asesinato de Gadafi, que se suma a los miles de asesinatos cometidos por la OTAN y mercenarios. Sólo me cabe decir: os deseo lo mismo a todos y todas los y las que habeis hecho esta guerra.
Quizá tengas (si te puedo tutear) razón en muchas de las cosas que has criticado sobre la intervención en Libia, pero, en mi opinión, creo que te pasaste un poco llamando izuqierdistas de salón a Salvador López Arnal y a Alba Rico (el primero de ellos escribe artículos bastante acertados sobre temas diversos) aunque a lo mejor, no tuvieran razón en este tema. Por último decir que, cada vez que veo la celebración de gente ante alguien agonizando, por muy asesino que hay sido, siento miedo hacia el ser humano. ("Cuando uno contempla un matadero y dice: 'sólo son animales', ahí comienza Auschwitz" Theodor W. Adorno)
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No me lo puedo ni creer, aunque me lo imaginaba. Encima he visto la recreación morbosa de enseñar su cadáver ensangrentado en primera plana en todos los medios. ¿Cómo es posible que se respete tampoco a un pueblo? ¡Cuantos cómplices tiene este asesinato!¡Cómo pueden estar impasibles ante tanto escarnio! Así es como intentan salvar sus economías, con el crimen organizado. Me siento consternada.
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