EUROPA: EL GALLINERO Y LA ZORRA.
Pusieron en marcha una Comunidad del Carbón y del Acero, luego una Comunidad Económica y, finalmente, una Unión Europea. Era, decían, para evitar nuevos atávicos y sangrientos sucesos como los de las dos guerras del siglo XX. Loable propósito pensamos y lo apoyamos, la izquierda socialodemócrata y la izquierda comunista de forma mayoritaria. Nos faltó análisis político y económico. Político, porque antes de aprobar algo para evitar nuevas guerras, deberíamos haber profundizado en algo elemental: el porqué se produjeron éstas, y habríamos llegado a la conclusión de que ambas se hicieron por el reparto y dominio de territorios y por el rendimiento económico que esto tenía para los diversos paises y grupos capitalistas que se disputaban el botín. Nos faltó análisis económico para entender que los enfrentamientos previos a las guerras tenían el origen en la lucha de los diversos capitalismos por imponer su dominio. Cuando prescindimos de la lucha de clases para entender los fenómenos que ocurren y aceptamos la identidad, la nación, como el motor de nuestras acciones, nos hundimos en el enfrentamiento entre los trabajadores de un país y de otro, detrás de una bandera que no es la roja de la solidaridad y el internacionalismo. Y esto no es la defensa de la soberanía e independencia de los paises, estados o naciones constituidos, sino ser arrastrados al chovinismo nacional o nacionalista, a costa de la vida de millones de personas. Bien, Europa tiene una historia y había un deseo, también en la mayoría de la izquierda, en mí como comunista para no ir más lejos, que defendíamos una unión europea para unificar esfuerzos en la lucha por una democracia profunda enfocada al socialismo. Y aceptábamos incluso la unión monetaria, haciendo la paridad de las monedas en el euro, sin tener en cuenta la disparidad de situaciones productivas, tecnológicas, económicas y sociales. Toda esta visión sobreestrucrural de la realidad se está viniendo abajo. No es posible una unidad política y económica real si se hace sobre la base de los intereses del capital, de los capitales y de sus servidores, frente a las necesidades e intereses de los pueblos. Lo que manda en Europa es el capital, no los pueblos. Para expresarlo con un ejemplo entendible: se puso a la zorra a guardar las gallinas. Progresivamente, sindicatos, izquierda y trabajadores en general han ido aceptando como irreversible la dinámica de la Europa cada vez más neoliberal, cada vez menos política y menos social. Hasta tal punto que, en todas partes, los gobiernos de derechas, progres, e incluso apoyados por organizaciones que se reclaman de la izquierda, ponen a los banqueros y financieros en los puestos clave de economía,finanzas y bancos centrales. Se nombra a los más directamente responsables de la crisis económica y social producida por el capitalismo para que gestionen la crisis. Se negocia y acepta que el "mercado", la zorra, ordene, organice y cambie la vida de las gallinas. La pregunta es sencilla ¿pueden las gallinas negociar con la zorra sin ser devoradas? Si la respuesta es negativa ya se sabe qué hacer: recuperar el hilo conductor del histórico discurso del mejor movimiento obrero y poner encima de la mesa, en la calle y en las instituciones, las propuestas alternativas al neoliberalismo dominante en las cosas más urgentes y necesarias, con la clara orientación a los trabajadores y trabajadoras de que el sistema capitalista actual está caducado y es imprescindible el cambio social. Cuánto antes se empiece, mejor, ya que la cosa va para largo. Aquí, el PP ha iniciado la tarea de remachar el neoliberalismo que el PSOE impulsó, endureciendo las medidas al estilo Cospedal y Aguirre. CiU, Mas y Durán no les van a la zaga.
EL PSOE SE PONE EL MONO.
El PSOE anuncia movilizaciones para hacer frente a los recortes de Cospedal en Castilla la Mancha y de Aguirre en Madrid. No hay como perder las elecciones y pasar a la oposición en todas partes para entender lo que pasa y ponerse las pilas para impedirlo. No seré yo quién les eche en cara sus contradicciones y espesos silencios cuando su gobierno aplicaba las contrareformas neoliberales impuestas por "los mercados". Y, aunque tenga poca confianza en lo que decidan las planas mayores del PSOE en cada sitio, bienvenidos al club de los rebeldes. A ver si para el futuro recuperan algo de su mejor historia y una parte de ellos entienda que el capitalismo no sólo no es el mejor de los mundos posibles, sino el peor.
SONRISAS DE GUERRA.
Es curioso, incluso desde el punto de vista antropológico, saber qué hay detrás de las sonrisas melifluas de Zapatero, de arpía de Trinidad Jiménez y de cretinez de Chacón cuando hablan de Libia y de la paz y democracia que han contribuido a instalar allí y de la que esperan instalar en Siria y, si es preciso, en Irán más adelante. Se van fracasados y sonriendo sus complicidades en asesinatos y destrucciones. La condición humana puede llegar a ser muy miserable, aunque se arrope en progresismos. Alguién puede explicarme las diferencias abismales existentes entre Obama y Bush, entre Cameron y Blair, entre Zapatero y Aznar, entre Chacón y Trillo, o entre Ana Palacios y Jiménez, representando, en teoría, ideologías contradictorias.
SOBRE "REVOLUCIONES".
Los hubo que se llenaron la boca, y todavía se la llenan, hablando de las "revoluciones" y de las "primaveras" árabes. Primavera es un término más liviano y hasta poético, comparable a las "revoluciones de colores" que impulsó el sistema capitalista global, con los EEUU a la cabeza, de acuerdo con los sectores más conservadores y reaccionarios de Georgia, Ucrania....Revolución es otra cosa, una evolución acelerada de la realidad hacia un cambio social radical en sentido democrático y socialista. Las llamadas revoluciones conservadoras no son otra cosa que contrarrevoluciones. En los paises árabes se han producido rebeliones con contenidos muy diferentes entre unas y otras, que no voy a analizar aquí. Lo que de momento predomina en todos los procesos electorales que se han producido, es el islamismo de distinta intensidad, el integrismo político-religioso, adobado todo ello de neoliberalismo en la economía y las finanzas y de asistencia social caritativa para los de abajo. Las rebeliones, que no las revoluciones, de momento no han dado más de sí. Espero que algún día nuestros "revolucionarios" se enteren y dejen los juegos de salón con palabras y poses, que pretendiendo estar contra el capitalismo y el imperialismo no son más que las muletillas de éste en la izquierda.