Santiago Alba Rico ha escrito en Rebelión un jugoso artículo sobre Libia, después de un prolongado casi silencio sobre la guerra imperialista contra aquel país. No ha roto su silencio para hacer un análisis exhaustivo de seis meses de guerra de la OTAN y las dictaduras medievales del Golfo, de los muertos y destrucción que ha producido, que matizara su actitud de principio, objetivamente favorecedora de los bombardeos como única alternativa para liquidar al "monstruo" Gadafi. No, vuelve con las mismas tesis, más agresivas si cabe, expresadas en su "ni otan ni GADAFI" de Marzo, en diversos medios y, en concreto, en un siniestro artículo en Mundo Obrero, que uno aún se pregunta cómo fue posible su publicación, salvo que se haya producido, sin darme cuenta, una espectacular degradación del conocimiento político.
Pues bien, disfrazarse de antiimperialista, revolucionario y defensor de Cuba, como ha hecho hace poco con la boca pequeña, preparando el terreno para publicar su artículo, me suena a la coartada para poder introducir sutilmente, o groseramente, argumentos que sólo apoyan las tesis de la OTAN. En ese discurso acabado de publicar, el autor utiliza un lenguaje antiimperialista que relativiza lo esencial de la agresión de la OTAN y del Consejo de mercenarios, quedando en el aire la idea de que sus crímenes, destrucciones y ocupaciones eran objetivamente inevitables frente a la maldad del monstruo Gadafi. Lo secundario aquí es su proclama antiimperialista, es pura retórica, lo esencial es la aceptación de los crimenes de la OTAN como el mal menor. De las propuestas de cese de los enfrentamientos, diálogo y acuerdo político entre todas las partes para construir el futuro dando la palabra al pueblo, hechas por Hugo Chávez, en nombre de Venezuela y por Brasil, y, sobre todo, por la Unión Africana de forma reiterada, aceptadas por el gobierno libio y por Gadafi, no por los mercenarios de la OTAN, ni una palabra. Sólo se menciona a "dictadores africanos" para descalificar a la Unión Africana. Así escriben la historia los farsantes que se arropan en la izquierda para defender la acción de la derecha.
De nuevo, ya lo decía al principio de los bombardeos, con palabras huecas sobre la revolución, el autor del artículo habla de las revoluciones árabes y de los revolucionarios, algo que suena a payasada ya que, hasta el momento, se trata de revueltas, no de revoluciones. Revueltas que EEUU, Francia, Reino Unido, y resto de la OTAN, están reconduciendo para que el cambio sea sólo de fachada. Revueltas que, en Tunez y Egipto, se producen con grandes movimientos populares en la calle, sin armas ni violencia armada por parte de los manifestantes y sí por parte de los cuerpos represivos, y en Libia, desde el primer momento, se masca la intervención sistemática del imperialismo, organizando, impulsando y armando a grupos de miserables mercenarios, lo que luego se constituye en un Consejo de Transición, formado por oligarcas en potencia, tránsfugas del gobierno libio en busca del poder total, por integristas y terroristas diversos, entre los que destaca el Grupo Combatiente Islámico, por pequeñas organizaciones creadas directamente por la CIA, y, como pasa siempre, por los tontos útiles que se creen las mentiras que les cuentan y que, en muchos casos, proceden de sectores tribales que han tenido enfrentamientos con el gobierno central, fruto del tipo de sociedad libia, con escaso sentido de estado, a diferencia de Tunez y, sobre todo, de Egipto.
Que alguien se crea que Santiago Alba Rico es un revolucionario, clama al cielo de la credulidad beata. Que ese personaje nos tache de ignorantes que no sabemos nada de lo que ocurre en Libia y en la zona es una prueba más de la prepotencia del mediocre, que tiene que engallarse para ser algo.
Finalmente, sepan, sepamos, que el capital y su imperio tiene topos en todas partes. Topos directos, indirectos, camuflados, conscientes y con convicciones, inconscientes desde la ignorancia y la ingenuidad.
Que S.A.R. sea, además, el segundo firmante de una carta pidiendo que el PCE no actue de forma estalinista, aunque lo dicen con lenguaje hipócrita, en referencia a los sancionados del Partido Comunista de Asturias, es un signo más de la degradación a la que pueden llegar algunos en su quimera "revolucionaria". Que cite el patético comunicado del Partido Comunista Obrero de Tunez, como referencia moral y política es considerarnos cretinos. Pero, si además se apoya en un topo de la OTAN como Gilbert Achcar, de la London University, para afirmar que la OTAN "ha bombardeado poco Libia" porque quería dejar vivo al régimen de Gadafi para negociar con éste, el cinismo ya raya lo inverosímil.
Es curioso que esos personajes que para citar a Gadafi, a Sadam Husein, o a Milosevic, no puedan hacerlo nunca sin sonoros descalificativos o insultos al estilo de "monstruos", "sátrapas", "dictadores", "genocidas", sean siempre tan respetuosos al citar a criminales de guerra como Bush, Blair, Solana, Sarkozi o Cameron, para no ir más lejos, a los que siempre tratan como jefes de estado. Buscad en el lenguaje que utilizan y encontraréis su verdadera personalidad.
Respuesta tardía al comentario de Juan Ramón Martín Menoyo a mi artículo "Respuesta política general a una aceptación de la versión de la OTAN sobre Libia", del 30 de Agosto 2011.
El problema principal de la OTAN no es si le bailaba el agua a Gadafi. Esto es intrascendente. El problema de la OTAN es que es, simplemente, una organización bélica criminal al servicio del imperialismo, capitalista por supuesto. Mi posición sobre la guerra colonial contra Libia es clara, sin dudas ni complejos. El papel (resolución) del Partido Comunista Obrero de Tunez me parece patético. En teoría, se posiciona con gruesas palabras contra la OTAN, gruesas palabras que reflejan la aceptación de los bombardeos, única forma de que la banda de facinerosos llamados rebeldes haya hecho lo que ha hecho, pidiendo que se masacrara a su propio pueblo, diez minutos antes de ser derrotada. Al PCOT le puede pasar lo que les ha pasado a otros partidos de la región que apoyaron los asesinatos de los Estados Unidos, Reino Unido y cómplices en Irak, o, mucho antes, al integrista Jomeini, y que acabaron como el rosario de la aurora.
Si para defender una posición política frente a un adversario tienes que recurrir a una mafia de pistoleros encabezada por Obama, Sarkozi, Cameron, Rasmussen, y resto de comparsas, estás perdido hoy y, sobre todo, para el futuro. No sé de qué mentidero se saca el comunicado del PCOT de que lo de Libia ha sido una Revolución...., de revolucionarios. La carcajada se oye desde Trípoli. El comunicado del PCE, en el que participé, es el que corresponde.