EMPIEZA EL BAILE DE "LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA".
Todavía no se ha secado la tinta de las actas electorales del domingo que ya han salido los sumadores de votos marcados y creadores de milongas, que nos empiezan a bombardear con que la "unidad de la izquierda" es posible para hacer varias cosas al mismo tiempo: un "frente común" para derrotar definitivamente al PP y gobernar el país y un montón de ciudades, PSOE, IU, y Podemos, juntos. De pasada, pero como lo fundamental que hay detrás de estas buenas intenciones, vendernos un PSOE "renovado", que sería el "pal de paller", el esqueleto de este frente común.
Por tanto, de la mente de estos bien intencionados medios de comunicación de masas, desaparece el varapalo electoral al PSOE y se mantiene el del PP, que debe morder el polvo de inmediato gracias a un milagroso acuerdo, pacto, o contubernio electoralero entre los que no han cambiado ni un ápice su política económico-social, su sumisión a la troika y a los poderes realmente existentes, su entrega total a la Europa neoliberal y a los EEUU, a la OTAN de Libia, Siria, de Rota y Morón y a los golpes de estado de carácter "neoliberal" fascista. Y también con una organización recién estrenada, Podemos, que recuerda al primer Obama del "yes, we can", que no ha tenido tiempo de coger vicios burocráticos como los que achaca a la "casta política" sin distinción, cuyos méritos principales han sido, hasta ahora, la capacidad de que una creación mediática personal que arremete contra la "casta política" en conjunto pero no contra la "casta televisiva" de la que procede, y de la que todavía no se conoce su opinión sobre muchas cosas, se convierta, en una situación de grave crisis social y política, en una cosecha de más de un millón 200 mil votos. Lo cual se debe valorar adecuadamente, teniendo en cuenta el trabajo realizado y, sobre todo, la actitud crítica de los votantes a la realidad actual y la exigencia de cambios.
La "unidad de la izquierda", es necesario repetirlo, no es, no puede ser, el fruto de una cierta convulsión electoral inesperada, sino el producto de poner encima la mesa las propuestas concretas sobre las cuales establecer un acuerdo programático para la unidad de acción y defenderlas en las instituciones, centros de trabajo y de estudio y en la calle, con absoluta lealtad a los acuerdos y sin perder la propia personalidad o hacerse el harakiri, que es lo que desean algunos postmodernos iluminados por la verdad.
Los dirigentes de IU y del PCE deben analizar los resultados electorales y las perspectivas que se abren a partir de los mismos, para tomar las decisiones más adecuadas con frialdad y serenidad, echando mano de las experiencias, de los aciertos y errores del pasado y actuales, y teniendo en cuenta las cosas que, indudablemente, deben cambiar en su funcionamiento político, orgánico y de representación colectiva y personal pública, afinando mucho el oído sobre lo que opina la clase trabajadora en su conjunto, especialmente la juventud sin futuro, y los sectores populares profundamente afectados e irritados ante la pérdida de derechos sociales y laborales, de saqueo de la riqueza creada por el trabajo, de especulación y corrupción de los poderes económicos contra los hombres y mujeres que viven, o intentan vivir, de su trabajo, y de la subordinación a esos poderes ilegítimos de la hasta el domingo contundente mayoría política del bipartidismo.
Y NO OLVIDAR A LOS CUBANOS PRESOS DE EEUU. NI A MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.
Por tanto, de la mente de estos bien intencionados medios de comunicación de masas, desaparece el varapalo electoral al PSOE y se mantiene el del PP, que debe morder el polvo de inmediato gracias a un milagroso acuerdo, pacto, o contubernio electoralero entre los que no han cambiado ni un ápice su política económico-social, su sumisión a la troika y a los poderes realmente existentes, su entrega total a la Europa neoliberal y a los EEUU, a la OTAN de Libia, Siria, de Rota y Morón y a los golpes de estado de carácter "neoliberal" fascista. Y también con una organización recién estrenada, Podemos, que recuerda al primer Obama del "yes, we can", que no ha tenido tiempo de coger vicios burocráticos como los que achaca a la "casta política" sin distinción, cuyos méritos principales han sido, hasta ahora, la capacidad de que una creación mediática personal que arremete contra la "casta política" en conjunto pero no contra la "casta televisiva" de la que procede, y de la que todavía no se conoce su opinión sobre muchas cosas, se convierta, en una situación de grave crisis social y política, en una cosecha de más de un millón 200 mil votos. Lo cual se debe valorar adecuadamente, teniendo en cuenta el trabajo realizado y, sobre todo, la actitud crítica de los votantes a la realidad actual y la exigencia de cambios.
La "unidad de la izquierda", es necesario repetirlo, no es, no puede ser, el fruto de una cierta convulsión electoral inesperada, sino el producto de poner encima la mesa las propuestas concretas sobre las cuales establecer un acuerdo programático para la unidad de acción y defenderlas en las instituciones, centros de trabajo y de estudio y en la calle, con absoluta lealtad a los acuerdos y sin perder la propia personalidad o hacerse el harakiri, que es lo que desean algunos postmodernos iluminados por la verdad.
Los dirigentes de IU y del PCE deben analizar los resultados electorales y las perspectivas que se abren a partir de los mismos, para tomar las decisiones más adecuadas con frialdad y serenidad, echando mano de las experiencias, de los aciertos y errores del pasado y actuales, y teniendo en cuenta las cosas que, indudablemente, deben cambiar en su funcionamiento político, orgánico y de representación colectiva y personal pública, afinando mucho el oído sobre lo que opina la clase trabajadora en su conjunto, especialmente la juventud sin futuro, y los sectores populares profundamente afectados e irritados ante la pérdida de derechos sociales y laborales, de saqueo de la riqueza creada por el trabajo, de especulación y corrupción de los poderes económicos contra los hombres y mujeres que viven, o intentan vivir, de su trabajo, y de la subordinación a esos poderes ilegítimos de la hasta el domingo contundente mayoría política del bipartidismo.
Y NO OLVIDAR A LOS CUBANOS PRESOS DE EEUU. NI A MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.