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lunes, 12 de diciembre de 2011

AMAIUR. NACIONALISMOS, INTERNACIONALISMO.

NACIONALISMOS, INDEPENDENTISMOS E INTERNACIONALISMOS.
Desde hace bastante tiempo no hablo sobre ETA, ni sobre Batasuna, ni sobre la recién constituída marca Amaiur. De eso ya se encargaban de hablar el PP, el PSOE y los propios independentistas, cada uno defendiendo sus intereses. A mí me importaba muy poco ese debate. Después de las elecciones de mayo y las generales del 20N, parece que para algún sector de irredentos revolucionarios de salón, que ven a Amaiur casi como el centro de gravedad de la revolución española, si no aplaudes hasta con las orejas el éxito espectacular de esa organización, coalición, o lo que sea, es que eres un maldito centralista, españolista o fascista.
Voy a hablar, aunque sea sólo por una vez, de unas cosas para mí elementales, que hasta hoy había obviado de mis escritos y urgencias. Algunos apoyos políticos, morales, y hasta ideológicos, ponen a Amaiur, antes a Batasuna, como la alternativa revolucionaria de la izquierda, válida para comunistas e izquierdismos variados. No creo en nada de eso, mi experiencia personal y colectiva, del PCE y de IU, en relación a ETA, Batasuna y otros, ha sido absolutamente negativa y ha agotado mi credibilidad. En el PCE pensábamos hace muchos años en la construcción de una izquierda vasca de orientación socialista en la que Batasuna iba a jugar un gran papel cuando se terminaran los tiros y las bombas. Nuestros contactos con ese mundo resultaron siempre un fiasco ya que a los interlocutores abertzales sólo les interesaba hablar de la independencia y de que cuando ésta se consiguiera sería el momento de hablar de programas sociales y económicos. Después de muchos años, nada, el llamado Movimiento de Liberación continuaba rozando, siempre en la imaginación, sus objetivos históricos. Posteriormente vino el Pacto de Lizarra, en el que el PCE e IU apostaron firmemente para encontrar una via política que permitiera acabar con el terrorismo, lucha armada o patriótica, dicen otros. Una pequeña anécdota poco conocida, unos meses antes de la firma del Pacto en septiembre de 1998, si no recuerdo mal, llegó al PCE un mensaje con una petición de entrevista con ETA, a la cual, discretísimamente, contestamos que sí. El interlocutor iba a ser yo. Pasaron los meses y no se supo nada; luego nos enteramos de que los contactos previos a Lizarra fueron con el PNV, tal como salió posteriormente publicado en documentos de ETA. Lo que hablaron o negociaron se tradujo, previsiblemente, en el Pacto de Lizarra, un pacto que no sirvió para avanzar hacia la paz y que fue negativo para IU como firmante, cuando ETA lo rompió reanudando los atentados. Mucho después vino el proceso de paz con el gobierno Zapatero, que ETA volvió a dinamitar con el atentado a la T4 de Barajas y la muerte de dos personas. El PCE e IU apoyaron este proceso, a pesar de los precedentes negativos. El PCE e IU denunciaron con claridad el terrorismo de estado, el GAL y las torturas, cuya expresión más brutal fue el asesinato de Lasa y Zabala, después de haberlos torturado, o el secuestro de Marey, entre otras fechorías. El PCE e IU votaron también en contra, y denunciaron, la Ley de Partidos.
A mí, personalmente, se me acabó la cuerda. Creo que ETA ha contribuido mucho a que la sociedad española se volviera más conservadora y reaccionaria en relación a asuntos tan importantes como la pena de muerte y la cadena perpetua, cuya abolición en un país con 40 años de dictadura fascista fue importante. Su acción, después de la amnistía de 1977 y del intento de golpe de Tejero, ha sido absolutamente negativa para la lucha del movimiento obrero, para avanzar hacia niveles más altos de democracia, e incluso para situar con más fuerza la lucha por la memoria histórica y juzgar el período franquista, con sus asesinatos, torturas y juicios, como ilegal, para su condena definitiva, acabando con el silencio de la transición. El terrorismo de ETA lo ha enturbiado todo, dificultando la denuncia más contundente de la etapa franquista al tener que hacer frente a la reacción popular que levantaba los atentados de ETA en la sociedad vasca y española.
Amaiur y el conjunto del abertzalismo dicen que se desenganchan definitivamente de esta etapa de "lucha armada", para defender sus posiciones politicamente. Bienvenida sea la decisión. Suerte y política, a mí no me causa ni frío ni calor. Estoy abierto al futuro. En todo caso continuaré defendiendo una España federal y republicana con orientación socialista y me entretendré poco en conocer el impulso social de Amaiur, que dice que viene al Parlamento a defender los derechos de Euskal Herría. Yo, como comunista e internacionalista, prefiero continuar defendiendo los derechos de toda la clase trabajadora, la vasca, la española, la europea, la africana, la americana y la asiática. Considero que los derechos políticos, sociales, de lengua y cultura, en Euzkadi y en el resto de España, están reconocidos y son vigentes desde hace mucho tiempo. Yo seguiré abierto al futuro para analizar y juzgar los hechos.