- Antes del pasado domingo, 14 de febrero, los medios de información y propaganda nos aburrieron con la ceremonia de los Goya, como si este evento frivolo y mundano fuera a sacarnos de la indigencia o mediocridad cultural en la que estamos inmersos. No tengo nada contra actos sobre cine, o sobre cualquier otra expresión artística, que informen, debatan, divulguen, orienten o creen. No fue este el caso de la ceremonia,que con el nombre paga. El asunto me importaría un bledo si no fuera que el derroche económico, pagado con dinero público, y el diseño y lujo me parecieron obscenos, en un momento de graves problemas sociales, agudizados por la crisis y el paro, de lo cual no habló nadie. Un silencio cómplice ante el poder, presente en el acto,no faltaría más. En resumen, más pan y más circo.
Nuestras ideas no son el pasado, son de un futuro apremiante, pero como decía Walter Benjamin: "Encender en el pasado la chispa de la esperanza presente"
miércoles, 17 de febrero de 2010
Breves notas sobre los premios Goya
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