EL MUNDO SE DIVIDE ENTRE SER HUMANOS Y SOLIDARIOS Y SER EGOÍSTAS Y HACER LA GUERRA.
No es una división trazada con regla y cartabón, sino que hay una mezcla contradictoria en cada categoría porque el sistema capitalista dominante atiende a la acumulación egoísta de capital con todos los inmensos recursos a su alcance: las finanzas y la especulación parasitaria como suplantadoras de la economía del trabajo, la producción socialmente necesaria y el reparto justo de la riqueza creada; con la industria de la guerra y su mercado, y las guerras para el saqueo de las riquezas de los pueblos y el dominio político y económico; con el control practicamente absoluto de la información por parte de los grandes monopolios y grupo de comunicación, convertidos en difusores de la propaganda del sistema para alienar y convertir a los pueblos en masas desinformadas o informadas por la tergiversación, la manipulación y la mentira.
El gran grupo del egoísmo está inmerso, sin ningún tipo de conciencia minimamente crítica con el sistema, en los valores y principios del individualismo, el consumismo, el enriquecimiento lo más rápido y fácil posible y la pertenencia a una "clase media" , con ideología y voluntad de ser la base del sistema, abandonando la condición obrera por lo que consideran un estadio superior. Este grupo, mayoritario en las sociedades si nos atenemos a los resultados, es el que recoge, defiende y difunde la ideología egoísta e individualista del sistema; cuando el sistema tiene serios problemas y fracasos económicos y sociales que lesionan los intereses de la "clase media", real o pretendida, como ha ocurrido en el pasado y ocurre en la actualidad, amplios sectores de este grupo se decantan progresivamente hacia el autoritarismo de derechas y hacia el fascismo, que es el instrumento que ha utilizado historicamente la clase dominante, en vez de posicionarse en contra de un sistema caduco causante de los desastres económicos, sociales y de las guerras.
El segundo grupo, minoritario en la sociedad, es el de las personas, movimientos sindicales, políticos e intelectuales, que encabezan la acción por unas condiciones de vida dignas para todos y todas y la lucha contra los aspectos generales más perversos y dañinos para la sociedad que genera el sistema, por la democracia real, o participativa como se llama ahora, por la paz y contra las guerras y, en significativas vanguardias de este grupo, por el socialismo.
Esta división, como he señalado al principio, no es mecánica, en ambos grupos hay contradicciones coyunturales y estructurales. En el grupo minoritario se pueden producir abandonos por las derrotas, el cansancio de la lucha, el escepticismo ante las dificultades y retrocesos, la convicción en la posibilidad o no de que las ideas de cambio se abran paso ante la resistencia rocosa del adversario.
En el grupo mayoritario pueden haber, hay, amplios deslizamientos hacia el autoritarismo de derechas y el fascismo, pero también pueden haber, hay, sectores que tomen conciencia de la realidad, de los problemas y posibles alternativas y soluciones. Pero para que ello sea efectivo, prospere y se desarrolle hacia actitudes no sólo críticas con lo que ocurre y con el sistema, debe haber compromiso y voluntad de unidad, coordinación y movilización. Contribuir a construir este conciencia crítica y compromiso ha sido historicamente la tarea de la izquierda sindical, social, política e intelectual, sin la cual no hay organización y movilización para la defensa de los derechos conquistados con la lucha y recortados en la actualidad, sin la cual no hay un verdadero cambio social que abra la perspectiva de otro horizonte humano y solidario.
Para ilustrar muy someramente lo escrito quiero terminar con una nueva reflexión sobre lo que ocurre actualmente con los refugiados y emigrantes. En la mayoría de informaciones, o desinformaciones, que emanan de los grandes medios de comunicación de masas, la oleada de refugiados y emigrantes parece que sean personas que han surgido de la nada o de las cavernas sin causa aparente, o señalando las causas como una especie de desastre natural. No señores y señoras, la ola de refugiados y emigrantes huye de la guerra, la muerte y el hambre. Y las guerras tienen responsables. Y los responsables que se esconden detrás de un falso humanitarismo, también egoísta en las cuotas de seres humanos a recibir, son, en gran parte los causantes de las guerras, de los muertos, de la destrucción de países y del éxodo masivo y despoblamiento de zonas enteras. Busquen ustedes las causas de las guerras y la miseria y a los causantes, y díganlo alto y claro. Y que lo digan también los dirigentes políticos y sindicales que desfilaron los pasados días por las calles en solidaridad con los refugiados, sin practicamente consignas, pancartas, carteles y convicciones de que la guerra es la causante y de que estas guerras tienen culpables.
Y para ampliar este intento de ilustración sepan lo que acaba de decir Dieter Zetsche, presidente de Mercedes Benz, entre otros dirigentes de los grandes grupos empresariales alemanes: "Los inmigrantes sirios pueden ser la base para el próximo milagro alemán y una oportunidad para el desarrollo".
El pueblo puede ser solidario o caritativo, los empresarios quieren mano de obra cualificada y barata, el ejército de reserva para reducir los costes y ampliar los beneficios.
NO A LA GUERRAS. NO A LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO Y EL GOBIERNO DE SIRIA. EL DINERO QUE EUROPA GASTA EN GUERRAS PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LOS PUEBLOS QUE HA CONTRIBUIDO A DESTRUIR. DERECHOS. HUMANOS PARA LOS REFUGIADOS Y EMIGRANTES. NO A LA XENOFOBIA.
NO A LA OTAN. RECONVERSIÓN DE LAS BASES MILITARES DE MORÓN Y ROTA EN BASES PARA LA PAZ.
LIBERTAD PARA CHELSEA MANNING. APOYO A ASSANGE Y SNOWDEN PARA QUE CONTINÚEN INFORMANDO DE LOS DESMANES DE EEUU Y SOCIOS.
En el grupo mayoritario pueden haber, hay, amplios deslizamientos hacia el autoritarismo de derechas y el fascismo, pero también pueden haber, hay, sectores que tomen conciencia de la realidad, de los problemas y posibles alternativas y soluciones. Pero para que ello sea efectivo, prospere y se desarrolle hacia actitudes no sólo críticas con lo que ocurre y con el sistema, debe haber compromiso y voluntad de unidad, coordinación y movilización. Contribuir a construir este conciencia crítica y compromiso ha sido historicamente la tarea de la izquierda sindical, social, política e intelectual, sin la cual no hay organización y movilización para la defensa de los derechos conquistados con la lucha y recortados en la actualidad, sin la cual no hay un verdadero cambio social que abra la perspectiva de otro horizonte humano y solidario.
Para ilustrar muy someramente lo escrito quiero terminar con una nueva reflexión sobre lo que ocurre actualmente con los refugiados y emigrantes. En la mayoría de informaciones, o desinformaciones, que emanan de los grandes medios de comunicación de masas, la oleada de refugiados y emigrantes parece que sean personas que han surgido de la nada o de las cavernas sin causa aparente, o señalando las causas como una especie de desastre natural. No señores y señoras, la ola de refugiados y emigrantes huye de la guerra, la muerte y el hambre. Y las guerras tienen responsables. Y los responsables que se esconden detrás de un falso humanitarismo, también egoísta en las cuotas de seres humanos a recibir, son, en gran parte los causantes de las guerras, de los muertos, de la destrucción de países y del éxodo masivo y despoblamiento de zonas enteras. Busquen ustedes las causas de las guerras y la miseria y a los causantes, y díganlo alto y claro. Y que lo digan también los dirigentes políticos y sindicales que desfilaron los pasados días por las calles en solidaridad con los refugiados, sin practicamente consignas, pancartas, carteles y convicciones de que la guerra es la causante y de que estas guerras tienen culpables.
Y para ampliar este intento de ilustración sepan lo que acaba de decir Dieter Zetsche, presidente de Mercedes Benz, entre otros dirigentes de los grandes grupos empresariales alemanes: "Los inmigrantes sirios pueden ser la base para el próximo milagro alemán y una oportunidad para el desarrollo".
El pueblo puede ser solidario o caritativo, los empresarios quieren mano de obra cualificada y barata, el ejército de reserva para reducir los costes y ampliar los beneficios.
NO A LA GUERRAS. NO A LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO Y EL GOBIERNO DE SIRIA. EL DINERO QUE EUROPA GASTA EN GUERRAS PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LOS PUEBLOS QUE HA CONTRIBUIDO A DESTRUIR. DERECHOS. HUMANOS PARA LOS REFUGIADOS Y EMIGRANTES. NO A LA XENOFOBIA.
NO A LA OTAN. RECONVERSIÓN DE LAS BASES MILITARES DE MORÓN Y ROTA EN BASES PARA LA PAZ.
LIBERTAD PARA CHELSEA MANNING. APOYO A ASSANGE Y SNOWDEN PARA QUE CONTINÚEN INFORMANDO DE LOS DESMANES DE EEUU Y SOCIOS.
Otro espléndido artículo en la línea de lo que pensamos los que vamos a la raíz de los hechos, los "radicales" en su profundo sentido etimológico. Hemos de desenmascarar a los hipócritas que se quedan solamente en la cáscara de los conflictos y no ahondan en las verdaderas causas de ellos: las guerras de rapiña imperialista como negocio en si mismas y expolio de los recursos de los pueblos. Hay que resucitar aquel movimiento de masas que se oponía a la guerra por razones obvias y al que el tiempo nos ha dado la razón. Miremos si no a los desdichados países en los que el imperialismo puso sus zarpas, ¿en qué se han convertido? Para esto hay que recuperar el verdadero discurso de la izquierda, travestido de aséptico "ciudadanismo" politicamente correcto, en el que no caben "ideas caducas" que, sin embargo, son las únicas que explican el proceso brutal de acumulación capitalista que sufrimos y sus salvajes consecuencias. Se han desterrado de la terminología de "la nueva izquierda" palabras tan explícitas como capitalismo, lucha de clases, proletariado, clase obrera, imperialismo, socialismo ... para adoptar expresiones tan ambiguas como gente, los de arriba y los de abajo, etc. Los nuevos movimientos se prodigan en eslóganes y lemas que acaban por darles nombre, como ese "ahora en común". No solamente se están desterrando las ideas de la izquierda, sino que hasta el mismo vocablo izquierda desaparece en aras de una pretendida táctica o estrategia que solamente conduce a apuntalar el sistema bajo un disfraz superficial que no cambia apenas nada. ¡Proletarios de todos los países, unámonos! Tal vez suene a utopiá, pero la prefiero frente a esta mediocridad que nos ahoga. Un abrazo, Paco.
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