lunes, 9 de mayo de 2011

NO CESAN: MENTIR LES RENTA.

Mientras en la sociedad haya tanta credibilidad, complacencia y tolerancia con la mentira, aunque ésta sea vulgar, grosera y repugnante, los que hunden el mundo en la miseria y guerras permanentes continuarán con sus rapiñas y asesinatos. Estos días, con motivo de la guerra montada en Libia por la ONU y la OTAN, en nombre del Occidente más vil que se puede recordar,de los jeques feudales, de las multinacionales que empujan para quedarse con el dinero y la vida de los pueblos, he escuchado opiniones variadas: las más informadas y al servicio de los intereses económicos de la coalición de la guerra, para embaucar a la gente; las más informadas y en contra de la guerra, para desmontar con información y argumentos las manipulaciones y mentiras; y luego un amplísimo sector en el que se mezclan la desinformación, la incredulidad, la aceptación de las mentiras, según las digan sus jefes de partido, tribu o banda.
Mientras se produce la devastación de la guerra y se tergiversan todos los datos de la misma, desaparece la guerra y aparece Ben Laden, el antiguo socio de tropelías y crímenes, convertido ahora en chivo expiatorio, real o inventado, de todos los desmanes. Y, ¿cómo aparece?: cazado, muerto y enterrado en el mar a las pocas horas, y envuelto en versiones a la carta, a cual más esperpéntica, sobre el personaje, su seguimiento, caza, y asesinato para que no pueda ir a ningún juicio a declarar. Eso, siempre aceptando, yo soy muy crédulo, la versión de que era Ben Laden y de que se lo cargaron tal como cuentan. No soy investigador ni estudioso del tema, me informo, oriento y tomo posición a partir de documentarme con el trabajo de los estudiosos e investigadores del asunto en lo referente a la guerra o a Ben Laden. Me baso en la historia archiconocida del capitalismo y del imperialismo, y de sus mentiras para promover las guerras de los últimos años, para no ir más lejos. Me sorprende, de todas formas, que haya gente honrada, los deshonestos no cuentan, que puedan creerse tantas patrañas en tan poco tiempo, después de haber escuchado a Solana y Bill Clinton y compañía en la agresión a Yugoslavia, cuando saben que esta Europa de barriobajeros al servicio de EEUU hizo una guerra para crear un estado, Kosovo, de mafiosos y criminales, y la principal base militar de los yanquis en el mundo; cuando los mismos protagonistas del asesinato de centenares de miles de iraquíes tuvieron que reconocer ante el mundo que las razones que defendieron para aquella guerra eran falsas; y, ahora, de nuevo, con Libia y Ben Laden, siendo tan notorio que no defienden ni derechos humanos ni protegen a la gente, sino que vulneran todos los derechos humanos y matan a la gente. Repito, estoy asombrado de la credibilidad que tienen las más evidentes mentiras. No me sirve de consuelo justificarlo con que el sistema tiene mecanismos tan poderosos para el control de la mente y las emociones que se cae facilmente en el engaño. Sé que mis palabras no van a llegar a miles de personas pero las digo: son seres humanos los que mueren en la violencia y la guerra; somos todos nosotros y nosotras los que pagamos las consecuencias morales, políticas y económicas; son los hijos e hijas los que mueren en las guerras y en los actos terroristas que se alimentan con las guerras. Mi voz no llegará muy lejos, la voz de miles de personas decentes, informadas, solidarias y pacíficas puede atravesar todos los muros si se esparce con coraje y voluntad de combatir el verdadero eje del mal que sufre este mundo. En un momento de elecciones municipales y autonómicas no se puede prescindir de explicar y defender que estamos contra las guerras y los canallas que las promueven y apoyan.

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