Libertad para los 5 cubanos
presos en las cárceles de EE.UU
Hoy, 19 de febrero, ha habido una gran acción obrera y popular que debemos potenciar, sin permitirnos descansos al estilo de lo que se puede entender de las palabras de Cándido Méndez y Fernández Toxo, que todavía hablan de negociar, esperando que en el trámite parlamentario el PP "matice" algunas cosas de la contrarreforma. Algo surrealista después del decreto, de las palabras de Rajoy, Guindos, Cospedal, Arenas, Aguirre, Aznar, de los aplausos de Merkel y demás socios de la Europa económicamente neoliberal y socialmente golpista. ¿Se enterarán los dirigentes sindicales de que NO HAY NADA QUÉ NEGOCIAR? ¿De que si no se proyecta la energía y voluntad social hacia nuevas expresiones, inmediatas y de futuro, de fuerza y unidad, se perderá lo poco avanzado? Hoy, encima de la mesa, sólo es necesario poner, con el coraje y el aval de los centenares de miles de personas que han salido a la calle, que debemos convertir en millones, las propuestas sindicales y políticas para un cambio real, informando por carta a gobierno, patronal, partidos y Unión Europea, "esto es lo que defendemos". De pasada, sería ya el momento de decir, cosa que todavía no han hecho los convocantes de hoy, que la crisis es del capitalismo y que el capitalismo no dará ninguna solución, con lo cual se lucha por arrancar las cosas más urgentes hoy para hacer frente a las situaciones sociales más dramáticas, y para ir construyendo un futuro no capitalista, con Grecia, con Francia, con Alemania, con Italia..., con la América que bulle, con todos los pueblos que están llegando, de forma contradictoria y a trancas y barrancas, a parecidas certezas que las que se expresan en nuestras difíciles luchas.
Lo digo con las palabras de Manolis Glezos, héroe comunista griego antinazi de la 2ª Guerra que, hoy, con 89 años y siendo uno de los referentes humanos y políticos más importantes de las luchas de la clase trabajadora y del pueblo griego, dice, hablando de los sucesos de febrero, en Atenas: "Cuando la rabia del pueblo no se convierte en una acción política, tienes un grave problema: la violencia ciega". Violencia ciega que se puede producir aquí con más de 5 millones de parados, un 45 % de jóvenes, con amplios sectores precarizados y salarios cada vez más mínimos; con un 10.4 % de recorte por persona en Sanidad, cuando las Comunidades Autónomas recortan en personal, materiales y formación y faltan camas, servicios y guardias en los hospitales, poniendo en riesgo la salud y la vida de los pacientes, tal como vienen denunciando los médicos y trabajadores/as de la Sanidad desde hace tiempo, con más intensidad y fuerza en las últimas jornadas. Fenómenos parecidos suceden en Educación, el otro pilar básico, junto a la sanidad, de un estado social. En ambos casos con procesos de externalización de servicios y privatizaciones, eliminando lo público y poniendo en práctica los planes más reaccionarios de la derecha política, ejecutora implacable de las imposiciones del capital interno y foráneo, previamente ablandados por el social liberalismo que hace de portero y abre servilmente la puerta. No hablemos ya de la vivienda, con desahucios o hipotecas de por vida. En definitiva, con un panorama que convierte el 19 de febrero que acabamos de realizar en un pálido reflejo del conjunto de movilizaciones que se deben hacer para no ser definitivamente derrotados durante muchos años.
Y en el conjunto de Europa otro tanto: una Grecia desahuciada, una Alemania como ejemplo de rigor y buen funcionamiento que ha reducido en unos cuantos años salarios, derechos laborales y sociales, una Francia de capa social caída, una Italia que no se sabe qué es. Cito esta realidad europea para preguntar a los dirigentes sindicales europeos, en primer lugar a Fernández Toxo, como actual Presidente de la Confederación Europea de Sindicatos, si piensan continuar en esa actitud conformista y derrotada de hacer una manifestación al año en día laborable -de huelgas o acciones más contundentes ni se habla-, o si pondrán en marcha una acción sindical, y por ende política, continuada, por una alternativa social popular en toda Europa, en primer lugar en defensa solidaria de la clase trabajadora y del pueblo de Grecia.
La izquierda política europea que no ha renunciado en la práctica a su historia y responsabilidad como tal, tiene una importante tarea a realizar. Aquí, el PCE e IU.
Publicado en la sección "Silbando la internacional" del número 246 de Mundo Obrero perteneciente a marzo de 2012
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