lunes, 12 de marzo de 2012

BREVES.

LA HUELGA DEL 29 Y LA CAVERNA.
Hay que ver cómo está la caverna con las manifestaciones y la Huelga General. Antes con el PSOE la entendían y la pedían, discretamente, para que no fuera dicho que alentaban algo con lo que la derecha siempre ha estado en contra, la huelga como instrumento para la defensa de las reivindicaciones y derechos de la clase trabajadora. Ahora arremeten contra ella por ser política y estar,dicen, alentada por el PSOE, con lo cual, como siempre, hacen propaganda del bipartidismo para evitar que se fortalezca una alternativa que no comulga con las piedras de molino del capitalismo . El olor fétido de la caverna se esparce por sus medios de comunicación, por las doctas palabras de sus asesores e intelectuales orgánicos y por la boca de los dirigentes del PP, cuyas dos figuras más aguerridas en el arte de la provocación y el insulto son Cospedal y Aguirre, sin menospreciar a un amplio elenco. Y lo mezclan todo, el 11M, las manifestaciones, que son antagónicas con sus celebraciones sectáreas, la convocatoria de huelga y la maldad de los sindicatos a los que consideran radicales (suelto carcajada). En fin, en Francia y otros paises están las organizaciones de extrema derecha. Aquí, al ser diferentes, la extrema derecha está en el PP.
Termino con una especie de epitafio: Ante la contrarreforma laboral más brutal, que hace el despido libre, que no creará empleo y que elimina o reduce derechos laborales, sociales y sindicales, los "radicales" sindicatos no tenían, ni tienen otra alternativa. Reitero algo dicho más de una vez: en este momento y con estas políticas no hay nada que negociar. Cuanto antes se entienda esto y se obre en consecuencia, poniendo en pie un movimiento y un programa alternativo al del capitalismo español y europeo, mejor.

HEGEMONÍA: GRAMSCI EL REFERENTE.
El concepto gramsciano de hegemonía está más vigente que nunca. El paso del tiempo no sólo no lo ha erosionado, sino que lo ha actualizado. Hoy es urgente que frente a la hegemonía del capital y de sus voceros, se construya la hegemonía del mundo del trabajo sin ningún tipo de tutelajes. El capital ha impuesto a toda la sociedad principios y valores que ya conforman la realidad social y la opinión mayoritaria. Diversas causas han contribuido a ello: el auge y la imposiciòn del consumismo como paradigma de riqueza a alcanzar y forma de vida alienada y la consiguiente aceptación egoísta de la miseria y pobreza de gran parte de la humanidad; la caida de la URSS y la imagen de que fuera del capitalismo no hay nada; la rendición moral e ideológica de la izquierda ante esa realidad y la aceptación de las reglas de juego del capitalismo, o una tibia resistencia ante ellas. Por eso, éste se ha permitido liquidar hasta sus moderadas formas de control de los métodos, para obtener la máxima ganancia en el menor tiempo posible y recurrir permanentemente a la conspiración para la guerra o a la guerra misma cuando ha sido necesario mantener su hegemonía sin resistencia.
Nosotros hablamos de otra hegemonía: la de las ideas, principios y valores de la igualdad; el dominio colectivo de la riqueza; la justicia social con un reparto justo de ésta; una verdadera democracia, que empieza en lo económico y termina en la posibilidad de una intervención sobre todas las cuestiones que afectan a la vida, como principio de una libertad con posibilidades de decidir sin delegar. Ese concepto de hegemonía de nuestros valores frente a los del sistema actual, debe desarrollarse hasta sus últimas consecuencias, razonando, informando y formando, uniendo y organizando, con una perspectiva de carácter socialista como forma superior de organización de la sociedad, sin acomplejarnos por los fracasos en los intentos de construcción del socialismo.

SOBRE PRIMAVERAS.
El capitalismo, sus propagandistas, los embusteros, los despistados y los snobs de la verborrea izquierdista, inventan conceptos y palabras para no decir nada o, en todo caso, para que conceptos y palabras confundan más que aclaren. Uno de los últimos conceptos verborreicos ha sido el de "las primaveras árabes", después de haber agotado las "revoluciones de colores". Qué capacidad de fantasear tiene el capitalismo cuando se trata de desviar la atención sobre los verdaderos problemas. A las "primaveras árabes"se les puede aplicar el Gatopardo: que se mueva todo y que no cambie nada. Y lo que ha cambiado, francamente, ha sido en gran parte para peor. Nos encontramos con un país destruido y miles de muertos en Libia; con un enfrentamieno armado en Siria. En ambos casos, inducido, impulsado, organizado y armado desde fuera por las potencias de la OTAN y sus esbirros en la zona: los jeques del Golfo e Israel. En los casos de Túnez y Egipto, y en todos los demás nos encontramos con la combinación de varios elementos: neoliberalismo económico y social, asistencia caritativa de los hermanos musulmanes, integrismo contra la laicidad avanzada en Libia y Siria, antes en Irak, y una perspectiva de dominio económico y religioso, con potentes franjas de terroristas, ahora aliados, algunos partidos sin política real y una libertad de prensa domesticada para pataleos suaves. Esta es la realidad actual de las "primaveras". Mañana no sé qué puede haber. Saben, esto es un invierno.

ISRAEL.
Este estado terrorista puede bombardear y asesinar hombres, mujers, niños, robar tierras, levantar muros, atizar y organizar guerras, con total impunidad. Para eso goza con la protección del capitalismo y del sionismo norteamericano y europeo. Tenía la intención de decir que esto es una vergüenza, pero rectifico y digo que la vergüenza somos los pueblos que lo permitimos.

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