ESTA IMAGEN REFLEJA CON EXACTITUD LO QUE OCURRE, AUNQUE PUEDA PARECER ENGAÑOSA DANDO LA IMPRESIÓN DE UN DIÁLOGO ENTRE IGUALES.

Alvarez y Toxo, con sus caras de ocasión para la foto, son las figuritas, cual Belén navideño, representantes de la subordinación social, sindical y moral a los representantes de la CEOE y del capital. Báñez ejerce de testigo. 

Las direcciones sindicales se han convertido, en un largo proceso, en el auxiliar perfecto para liquidar la conciencia y la organización de clase y la dignidad de los asalariados ante sus patronos contratantes, y los avaladores, desde la "izquierda",de las políticas neoliberales y de guerra del capitalismo actual. Nunca, al menos que yo haya vivido y recuerde, se había caído en una actitud tan entreguista. 

Y que nadie intente confundir con aquello de que las nuevas circunstancias históricas, los cambios tecnológicos y técnicos que afectan a la composición de la clase trabajadora y el alto nivel "educativo" han transformado totalmente las relaciones de trabajo y con ello el papel de los sindicatos. Eso es una perfecta memez. Los cambios técnicos, la preparación educativa y, por ende, la profesional, no sólo no cambian la necesaria confrontación de clase, sino que la hacen más necesaria. Y entiendan los que desde la teórica "izquierda" sindical y política quieren educarnos y modernizarnos, ya que a algunos nos sitúan ya en el pleistoceno, que no se puede estar vendiendo eternamente humo neoliberal, porque al final se descubre que se han terminado los sarmientos de la hoguera. La confrontación de clases, siempre y ahora, no es la violencia de la mayoría de los trabajadores asalariados contra la minoría poseedora, sino la capacidad de la mayoría que vende su fuerza de trabajo en el mercado, de expresar con claridad, argumentos y convicción, las propuestas que ofrece ante los problemas de la sociedad, y la unidad y contundencia sindical para defenderlas. Nada más y nada menos. 

Por todo lo anterior, debe quedar claro que los trabajadores y trabajadoras deben unirse, organizarse, sindicarse, y defender sus políticas y propuestas ante la clase poseedora, que tiene intereses diferentes. Viendo lo que hay, y consciente de que no se trata de inventar nada nuevo, sino de recuperar lo perdido,  el movimiento sindical de clase en su conjunto tiene una tarea compleja pero imprescindible: recuperar los valores y principios que dieron vida al movimiento obrero organizado y, en concreto en España, al movimiento socio político de CCOO, luego sindicato, en fase de desnaturalización, burocratización y convertido en elemento complementario del funcionamiento capitalista en la actualidad. Recuperar valores y principios ante la continuación de: sueldos bajos, paro y trabajos precarios, malas condiciones de trabajo, explotación de las mujeres aunque hagan el mismo trabajo, explotación de los niños y niñas, hacer guerras y derrochar el dinero en armas en vez de construir la paz y gastar los recursos en bienestar social para la clase trabajadora del primer mundo y en reconstrucción y desarrollo de los países empobrecidos. 

 

PARA RECUPERAR LOS VALORES Y PRINCIPIOS.