Empieza Trump vociferando en su tono tabernario que Irán es un Estado tan malo que continúa trabajando para producir armas de destrucción masiva, atómicas entre otras, vulnerando con ello el acuerdo antinuclear que Irán suscribió hace diez años con otros muchos países, con el compromiso de no continuar investigando para su producción. Trump amenaza con abandonar este tratado pese a la absoluta falsedad de sus palabras, desmentidas incluso por los propios socios de economía y políticas neoliberales, firmantes del tratado, que aseguran que Irán no ha roto su compromiso y no está trabajando para producir armas nucleares.
Y rápidamente, el Estado terrorista de Israel, a través de su primer ministro de extrema derecha, y acusado de corrupción, Benjamín Netanyahu, se une al nuevo vodevil belicista de los principales protagonistas de la guerra, sacando de la basura sionista unos papeles mugrientos que pretenden certificar las mentiras de Trump sobre Irán y las armas atómicas. Y no teniendo suficiente con ello acusan a Irán y a Hezbolá de armar y adiestrar al Frente Polisario contra Marruecos. E inmediatamente, el rey felón, Mohamed VI, y la corte de corruptos y vividores que mantienen a gran parte del pueblo marroquí en la miseria, mientras continúan sojuzgando a los saharauis, rompen relaciones con Irán.
Y ya tenemos de nuevo al cuarteto de la benzina y la vergüenza: EEUU, Israel, Arabia Saudí y el Reino de Marruecos impulsando la nueva oleada de violencias en el Oriente Próximo y Medio. Venga, apúntense los que faltan, que no decaiga.
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