1.- Huelga General: Debe y puede ser masiva y combativa, recuperando el protagonismo social y político que la izquierda nunca debe perder e impulsando una alternativa con propuestas concretas a las de la derecha y a las del gobierno.
Se acaba de aprobar una reforma laboral. Una empresa norteamericana, UPS (United Post Service), ha sido la primera en poner en marcha su aplicación. No faltaría más, hace mucho que otras empresas de EE.UU., y de otros países, exigen que para instalarse en España, ningún sindicalista o sindicato esté presente en la empresa.
Es imprescindible que la Huelga General del día 29 sea un éxito rotundo de participación previa al paro, en el paro y en todas las movilizaciones que se convoquen y desarrollen. Para que ello sea posible es preciso organizar las cosas en cada centro de trabajo, en cada barrio, en las universidades e institutos, con los profesionales de la comunicación no mercenarios del sistema y con los intelectuales que no han renunciado a construir una sociedad justa y solidaria. Con todos y todas. El Partido debe hacer un gran esfuerzo. Si el día 29 es flojo la debilidad sindical y política de la izquierda se acentuará y consolidará a la derecha de la política y hará crecer a los reaccionarios de la economía y de la política.
Rajoy, Cospedal, Arenas, González Pons..., con el espíritu de Aznar empujando, no pueden seguir mintiendo en su denuncia de las políticas del PSOE y en su reconversión al obrerismo. Son lo de siempre: capitalismo y neoliberalismo, privatizaciones, reducción de derechos laborales y sociales y demagogia para venderlo todo como una política moderna para crear empleo. Hoy, como siempre, deben defenderse ideas, procesos de cambio que tengan en cuenta los problemas de la gente y las soluciones. Que los protagonistas diversos de la vida social y política expliquen la realidad y su tratamiento. La derecha lo hace sin complejos. El gobierno del PSOE lo hace cambiando de un día para otro su pretendida política social por la que le impone la derecha económica y política. Frente a la derecha y a las políticas de derechas, debemos impulsar y defender nuestras propuestas, las alternativas a la crisis que defienden el PCE e IU. Sin complejos, sin idealismos, convirtiendo poco a poco lo necesario en posible y en política mayoritaria por su capacidad de ilusionar y mover a la gente para su realización.
- Pleno empleo
- Derechos universales
- Servicios públicos
- Banca pública
- Sostenibilidad ambiental
- Participación de los trabajadores en la planificación económica
- Reforma fiscal progresiva
- Lucha contra la corrupción
- Internacionalismo solidario y paz
La política son soluciones, no el hedor de la charca veraniega que ha pululado entre políticos y charlatanes de la comunicación más de lo soportable.
2.- Afganistán: Imaginemos que la presencia de tropas y policías españoles sirviera para pacificar, unir, para la emancipación de la mujer y la igualdad, para un desarrollo económico y social más o menos equilibrado y no excesivamente corrupto; para incorporar al pueblo afgano a la lucha por un mundo sin sectarismos religiosos, tras los cuales siempre se esconden los intereses y privilegios de clase y de casta.
Si fuera así, podríamos interrogarnos si la presencia extranjera, militar y civil, tiene sentido.
Pero no hay nada de esto, la presencia extranjera no contribuye a una perspectiva de solución equilibrada, sino que obedece, en lo fundamental, a planes imperialistas de la globalización, a consolidar rutas de petróleo y energías, al control político y militar del centro de Asia. Todo ello impulsado por los grupos económicos financieros, políticos y militares más agresivos y fascistas de Estados Unidos, apoyados en la muleta de la OTAN, organización que, desde que nació y hasta hoy, solo sirve a los intereses del capitalismo occidental aunque sus intervenciones se disfracen de humanistas y para la construcción de la paz en los países y zonas más convulsas, países y zonas la mayoría de veces agitados por los propios salvadores.
No hay solución en Afganistán que no proceda de su pueblo, de su entendimiento básico y de su convivencia. No hay ningún beneficio para la población con la intervención. Con ésta se fortalece a la industria bélica, se fomenta la creación de ejércitos privados de mercenarios, se favorece el tráfico de armas y de opio y la corrupción. Es bien sabido que el Presidente Karzai defiende los intereses de grandes grupos económicos de EE.UU. y que en su gobierno hay ministros corruptos, que están en la nómina de la CIA. Hasta un periódico tan poco sospechoso como el New York Times afirma que el pueblo de EE.UU. financia la corrupción en Afganistán. En resumen, la intervención extranjera no produce más libertad, más democracia, más seguridad para la gente, más desarrollo económico y social, más igualdad para la mujer. Produce más muerte, más destrucción, más dolor.
Bush puso en marcha esta guerra con el pretexto de las Torres Gemelas, como inició la de Iraq con mentiras, Aznar obedecía con fervor, y el PP aprobó la intervención española en Afganistán, apoyado por el PSOE y los nacionalistas del PNV, CIU y ERC.
Por lo cual, si la actitud del gobierno de Zapatero sobre Afganistán es patética, servil, inútil y peligrosa, sin ninguna perspectiva de contribuir a la solución, la posición y el discurso del PP son sencillamente repugnantes. Fue el PP el que envió tropas a Afganistán en misión de paz y a Iraq, después, a cultivar lechugas.
¿Y Obama qué? Es evidente que la derecha, la ultraderecha y el fascismo de EE.UU. se movilizan pero, ¿qué hace Obama? ¿por qué no ha movilizado a los millones que lo votaron, en defensa de una política decidida contra la guerra?
Obama es esclavo del sistema pero, ¿no puede hacer más? Lo que está claro es que con la actual política está allanando el camino a la extrema derecha económica, política y militar y él nunca será el representante genuino de esta clase, que sabe qué y a quien quiere.
En el antiguo solar en el que se concentraron centenares de miles de norteamericanos a escuchar a Martín Luther King su "yo tengo un sueño", hoy lo han ocupado centenares de miles de conservadores, reaccionarios y fascistas. Si sigue así, pronto veremos premiar a Bush con otro premio Nobel de la Paz. A Obama se lo dieron por lo que podía hacer por la paz, a Bush se lo darán por lo que ha hecho por la guerra de occidente. Lamentar los tres muertos españoles y sentir el dolor de los suyos no es suficiente. EXIGIMOS UNA INMEDIATA RETIRADA DE NUESTRAS TROPAS
http://franciscofrutos.blogspot.com
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