Más recorte de pensiones en el horizonte inmediato, pasándose por el forro el Pacto de Toledo, que ya era un pacto para recortar, con la justificación de la racionalización y viabilidad del sistema; 1029 millones menos para los dependientes en los Presupuestos de 2014; mantenimiento de casi el 60 por cien de paro juvenil, imposibilidad de encontrar trabajo muchos/as mayores de 45 años que lo pierden; alargamiento de la edad de jubilación con lo cual el moderado efecto sustitución de jubilados por contrataciones juveniles se va al garete un poco más, convirtiendo la justísima reivindicación y necesidad de reparto del trabajo en algo muerto, a pesar de su necesidad.
No continúo con el memorial de agravios sociales que la sociedad del trabajo tiene con el capitalismo, el verdadero régimen de explotación de la fuerza de trabajo más inhumana e inútil que existe. Esta realidad apuntada no puede verse por partes separadas desligadas unas de otras, sino como un conjunto. Y las alternativas y soluciones exactamente igual.
Al principio de la crisis financiera y económica actual, con las graves repercusiones sociales, ante el clamoroso fracaso del sistema capitalista en su versión neoliberal más dura, surgieron algunas voces políticas dentro de las clases dominantes hablando de la necesidad de cambios de fondo en el sistema. Estas voces, que no pretendían de ninguna manera cambiar el sistema, pronto fueron acalladas. Continúa todo exactamente igual: los causantes de llevar a muchos países y al mundo al desastre, continúan dirigiendo el mundo y controlando sus mecanismos de poder: el financiero-económico, el político y el mediático. Y no piensan cambiar nada. Como dijo en su momento Buffet, el multimillonario norteamericano: "claro que existe la lucha de clases y la estamos ganando nosotros". Y cuando no son suficientes los mecanismos normales de dominio social y de sumisión de los pueblos, hacen guerras, venden armamento y destruyen y saquean países rebeldes. Pues ahí estamos. Ahora voy al inicio del texto.
Una cosa es cierta, el mundo y los países no pueden continuar como hasta ahora. Trabajo, paro, pensiones, dependencias, vivienda, salud, educación, y unas cuantas cosas más son un conjunto que exige soluciones globales. Ellos tienen las suyas, que ya conocemos y que han fracasado, es hora de defender nuestras soluciones sin ninguna concesión. Por ello, ante los problemas concretos citados al principio, además de hacer propuestas concretas para su solución inmediata, o en el tiempo necesario, debemos exigir a los poderes dominantes, y apoyar nuestra exigencia con la presión social en la calle y en los centros de trabajo y estudio, y la acción coordinada en todas las instituciones, un cambio social radical, en el que se reformulen los derechos y deberes de toda la sociedad, se contemplen y pongan en marcha las grandes líneas de actuación, y se pongan todos los recursos económicos y humanos disponibles al servicio de los objetivos. Hoy ya no se trata de discutir a cachos sobre paro o pensiones, sino cómo ponemos en marcha un proceso en el cual se vayan tomando todas las medidas necesarias para cambiar la tendencia negativa de los hechos. Seguramente los que procedemos del movimiento obrero y formamos parte de las clases populares que defienden principios y valores democráticos y socialistas, tendremos que revisar en profundidad el conjunto de nuestro patrimonio reivindicativo, de lucha y de conquistas sociales, que actualmente se están perdiendo, para redefinir una estrategia de cambio en la que lo fundamental continúe siendo la justicia social, la igualdad y la solidaridad. Me atreveré a insinuar un ejemplo: en la discusión de un convenio colectivo global que afecte a la inmensa mayoría de asalariados y trabajadores, tiene más importancia el principio de trabajo para una producción socialmente útil, el reparto justo y eficaz del trabajo, la capacidad de participación y decisión en los procesos productivos, que no el aumento de dos puntos más del salario.
Ha llegado el momento en que lo que antes era un objetivo a medio-largo plazo pase al primerísimo plano, como propuestas de hoy para la solución de los problemas de hoy y la construcción de un futuro. Este mes de octubre y el próximo noviembre hay convocatorias para movilizaciones obreras y populares con reivindicaciones diversas que forman en conjunto un todo: empleo, salarios, pensiones, sanidad, educación...Es un momento para una movilización e información lo más masiva posible, no sólo para impedir más recortes o conquistar una revindicación parcial, sino para que se amplie y fortalezca el sentido de unidad y solidaridad de clase y la perspectiva de cambio social.
Y no crean que lo que se propone es algo radical, fuera de la realidad. Es sencillamente buen sentido común.
LIBERTAD PARA LOS 4 CUBANOS PRESOS EN EEUU. Y PARA MANNING. CESE DE LA PERSECUCIÓN CONTRA ASSANGE Y SNOWDEN.
Y no crean que lo que se propone es algo radical, fuera de la realidad. Es sencillamente buen sentido común.
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