Hoy hace 10 años un atentado criminal de carácter yihadista sembró la muerte y el caos en varios trenes de Madrid, en los cuales viajaban centenares de trabajadores/as, estudiantes, y personas con origen en las clases populares. Fue un atentado brutal, cometido por individuos pertenecientes a las mismas corrientes fanáticas que ahora se impulsan en Libia, Siria y en la plaza Maidán, por los gobiernos de la llamada "comunidad internacional", entre los cuales está el gobierno del PP, el anterior del PSOE, y la mayoría de las organizaciones políticas y sindicales españolas que, envolviéndose en el manto de la defensa de la libertad y los derechos humanos, apoyan todo tipo de aventuras reaccionarias que sólo buscan dominar gobiernos y sojuzgar pueblos.
A los diez años del atentado se ha desmoronado casi totalmente la "célebre" teoría de la conspiración que el PP puso en marcha el mismo 11 de marzo. Digo "casi totalmente" porque, a pesar de que el PP, por boca del Ministro de Interior, Fernández Díaz, ha aceptado oficialmente la autoría del terrorismo islamista, todavía hay altos dirigentes del partido que esperan conocer "toda la verdad", cual es el caso del ínclito Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, o Dolores de Cospedal, acompañados por la crema del facherío en la "literatura y el periodismo, encabezada por tipos como Jiménez Losantos o César Vidal, que no sólo continúan vociferando la autoría de ETA, sino desmintiendo todo tipo de pruebas incuestionables que, dicen, son fruto de la conspiración de policías, investigadores, jueces, políticos y periodistas. Yo me uno a la necesidad de conocer toda la verdad y de saber exactamente quién más estaba detrás de los autores de la matanza. Pero no apunto a ETA, autoría totalmente descartada, sino que me hago la siguiente pregunta: ¿quién tenía, y tiene, interés en desestabilizarlo todo, sea en Yugoslavia, Iraq, Georgia, Libia, Siria, Ucrania..., para justificar la "lucha contra el terrorismo" con guerras e intervenciones contra los países y para apoderarse de sus riquezas, con la política armamentista y la promulgación de leyes represivas? ¿y por qué hubo tanta negligencia en sectores de los servicios de investigación y de la policía, cuando hacía tiempo que había datos concretos y peligrosos a investigar, relacionados con personas próximas al yihadismo, algunas soplones de la policía?
Al participar en la estación de el Pozo de Vallecas, estación en la que explotaron dos trenes con más de 60 muertos, en el acto de recuerdo a las víctimas y escuchar las sentidas y razonadas palabras de Pilar Manjón, los cantos de la Coral Vallecanta, y el nombre de las 192 víctimas del 11 M de 2004, expreso el siguiente deseo: espero que todas las personas que ahora se rasgan las vestiduras, especialmente los/las periodistas, ante el mantenimiento todavía de la autoría de ETA y de la conspiración en el atentado, y dicen la verdad sobre todo lo conocido, hagan lo mismo cuando los EEUU, la UE, la OTAN, y la banda de matones que impulsan y arman el yihadismo, crean la mentira para intervenir en los países, saquear sus riquezas y dominar el mundo. La deontología profesional se debe aplicar siempre para conocer la verdad y no manipular la realidad para engañar a la sociedad en defensa de intereses inmorales.
EN RECUERDO DE LAS 192 PERSONAS ASESINADAS POR EL FANATISMO CRIMINAL.
A los diez años del atentado se ha desmoronado casi totalmente la "célebre" teoría de la conspiración que el PP puso en marcha el mismo 11 de marzo. Digo "casi totalmente" porque, a pesar de que el PP, por boca del Ministro de Interior, Fernández Díaz, ha aceptado oficialmente la autoría del terrorismo islamista, todavía hay altos dirigentes del partido que esperan conocer "toda la verdad", cual es el caso del ínclito Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, o Dolores de Cospedal, acompañados por la crema del facherío en la "literatura y el periodismo, encabezada por tipos como Jiménez Losantos o César Vidal, que no sólo continúan vociferando la autoría de ETA, sino desmintiendo todo tipo de pruebas incuestionables que, dicen, son fruto de la conspiración de policías, investigadores, jueces, políticos y periodistas. Yo me uno a la necesidad de conocer toda la verdad y de saber exactamente quién más estaba detrás de los autores de la matanza. Pero no apunto a ETA, autoría totalmente descartada, sino que me hago la siguiente pregunta: ¿quién tenía, y tiene, interés en desestabilizarlo todo, sea en Yugoslavia, Iraq, Georgia, Libia, Siria, Ucrania..., para justificar la "lucha contra el terrorismo" con guerras e intervenciones contra los países y para apoderarse de sus riquezas, con la política armamentista y la promulgación de leyes represivas? ¿y por qué hubo tanta negligencia en sectores de los servicios de investigación y de la policía, cuando hacía tiempo que había datos concretos y peligrosos a investigar, relacionados con personas próximas al yihadismo, algunas soplones de la policía?
Al participar en la estación de el Pozo de Vallecas, estación en la que explotaron dos trenes con más de 60 muertos, en el acto de recuerdo a las víctimas y escuchar las sentidas y razonadas palabras de Pilar Manjón, los cantos de la Coral Vallecanta, y el nombre de las 192 víctimas del 11 M de 2004, expreso el siguiente deseo: espero que todas las personas que ahora se rasgan las vestiduras, especialmente los/las periodistas, ante el mantenimiento todavía de la autoría de ETA y de la conspiración en el atentado, y dicen la verdad sobre todo lo conocido, hagan lo mismo cuando los EEUU, la UE, la OTAN, y la banda de matones que impulsan y arman el yihadismo, crean la mentira para intervenir en los países, saquear sus riquezas y dominar el mundo. La deontología profesional se debe aplicar siempre para conocer la verdad y no manipular la realidad para engañar a la sociedad en defensa de intereses inmorales.
EN RECUERDO DE LAS 192 PERSONAS ASESINADAS POR EL FANATISMO CRIMINAL.
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