miércoles, 22 de octubre de 2014

¿NI DE DERECHAS NI DE IZQUIERDAS?

NI DE DERECHAS NI DE IZQUIERDAS: FIN DE LAS IDEAS.
Cuando la Unión Soviética se derrumbó, Francis Fukuyama ya decretó el fin de la historia y de las ideologías: según este pensador neoliberal había sucumbido para siempre cualquier pequeño rastro de socialismo y había triunfado por goleada el capitalismo eterno, lo que él llamaba la "cultura occidental de consumo". Lo remató con la siguiente frase lapidaria: "El clavo final en el atáud de la alternativa marxista-leninista" dado por la democracia liberal. Cada cual puede sacar sus propias conclusiones de lo que ha ocurrido en el mundo desde entonces, especialmente en la última década con la explosión incontrolada de la especulación financiera y sus efectos y secuelas en la vida de los pueblos. Yo saco unas conclusiones elementales basándome sólo en dos aspectos de la realidad mundial: el primero, la explosión continuada de guerras de saqueo económico y de dominio geopolítico, paralelo a  la creación permanente de movimientos terroristas vinculados a integrismos religiosos por parte de los que las han potenciado, impulsado, financiado y armado desde Afganistán a Siria, pasando por Iraq, Libia, Libano, Gaza, Centro África o Malí; y el segundo, la drástica reducción de derechos sociales y laborales en el conjunto del mundo más desarrollado economicamente. 
En consecuencia, lo que sucede en torno al consignazo "ni de derechas ni de izquierdas" merece algún análisis elemental y, antes de ello, ver unas premisas para enfocar el asunto.
El PP es de derechas por su origen, ideología y política; el PSOE, sin identificarse como derecha, es de derechas ya que en las últimas décadas hace una política de derechas aunque tenga un voto mayoritariamente obrero y popular. ¿Por qué podemos situar en la derecha a los dos partidos y a sus socios nacionalistas recurrentes  y necesarios para aprobar y aplicar políticas de derechas? Sencillamente, porque los dos tienen como doctrina el sistema capitalista y aceptan plenamente las tesis de Fukuyama, a pesar de que el sistema capitalista continúa basándose en la apropiación de los bienes y la plusvalía de todos los trabajadores y trabajadoras por una clase, la explotadora, que es un sector numericamente ínfimo de la sociedad. Y ante ello, o la sociedad trabajadora se entrega al sistema, o lucha y plantea la contradicción de clases, algo que no es ni antiguo ni moderno, sino real. Últimamente está de moda gritar "hay que tomar el poder". Y que para ello, es necesario un discurso transversal, de centralidad, "ni de derechas ni de izquierdas". Y pregunto, ¿tomar el poder, para qué? El PP dice ser el centro-derecha y el PSOE el centro-izquierda. Una centralidad pactada en la práctica politica cotidiana, un centro que es el punto de encuentro de los extremos. Ya José Antonio Primo de Rivera creo una organización, la falange, que no era de derechas ni de izquierdas, según decía, pero que no vaciló en sumarse a la ultraderecha económica y política y al golpe de estado de Franco contra la IIª República. En diversos países europeos esta filosofía impulsa y fortalece movimientos de extrema derecha. 
La derecha siempre ha sido y será capitalista; la izquierda no puede ser otra cosa que anticapitalista y socialista porque el sistema capitalista, como muy bien decía Rosa Luxemburgo, es barbarie, no porque las personas que lo dirigen sean especialmente bárbaras, sino porque el sistema de apropiación privada de la riqueza, como señalé antes, así lo exige. Y ser de izquierdas significa ser socialistas porque rechazamos y luchamos contra el capitalismo, porque creemos en la solidaridad entre los seres humanos y los pueblos, porque rechazamos la opresión de clase de los grandes poderes financieros privados e incontrolados de las grandes corporaciones. Yo no creo en aquellos  que apoyan y votan a los representantes del capitalismo creyendo que este es bueno en lo fundamental pero tiene que mejorar para poder "arreglar lo mío". Es una concepción entreguista de una clase media consumista. Si repasamos la historia, constatamos que el modernismo, en el marco del capitalismo de la época, trajo al mundo revoluciones políticas, ideológicas, artísticas, científicas y técnicas. Incluso, después de la IIª Gran Guerra, a causa del papel que las clases trabajadoras y populares jugaron en la derrota del nazi-fascismo, se podría hablar de un capitalismo "dulce", menos asilvestrado, en Europa y en los países occidentales, no así en las colonias que continuaban siendo saqueadas. El postmodernismo, etapa en la cual estamos, sólo trae las llamadas "revoluciones tecnológicas" y el oscurantismo ideológico, acompañado de contrarrevoluciones de colores, primaveras de olores y sabores, todas ellas preparadas, conducidas e impulsadas por los dirigentes económicos y políticos norteamericanos y socios, lo que motivó al Presidente revolucionario Hugo Chávez, en la Asamblea de la ONU de 2006, a exclamar: "Ayer estuvo el diablo aquí. En este lugar aún huele a azúfre", refiriéndose a la intervención en la tribuna de George Bush.
A modo de conclusión: No es lo mismo decir "ni de derechas ni de izquierdas", o que ahora el problema prioritario no es la división Izquierda-derecha, que decir soy de izquierdas, soy comunista, y defiendo una política en defensa de todos y todas los y las que viven de su fuerza de trabajo (trabajadores y clases populares), voten lo que voten o estén afiliados al partido que quieran. La izquierda, y los comunistas en ella, no defendemos los intereses de una porción de militantes y votantes, sino los intereses básicos y la dignidad de todas las personas y pueblos. La emancipación de las personas y pueblos sólo vendrá cuando la mayoría nos unamos para luchar y vencer al neoliberalismo belicista y depredador que nos asfixia y, entonces sí, tomar el poder para un verdadero cambio social en el camino de construir una sociedad socialista. 
Más vigente que nunca: ¡TRABAJADORES DEL MUNDO UNÍOS! ¡PUEBLOS DEL MUNDO UNÍOS!

UNIDAD TAMBIÉN PARA EXIGIR LA LIBERTAD DE LOS TRES CAMARADAS CUBANOS TODAVÍA SECUESTRADOS EN LAS CÁRCELES DE OBAMA. Y PARA MANNING. DENUNCIA PERMANENTE DE LA PERSECUCIÓN NORTEAMERICANA Y OCCIDENTAL A ASSANGE Y SNOWDEN.

2 comentarios:

  1. Procedente, muy procedente tu reflexión compañero. Permíteme que matice alguna cosa. Fukuyama no dice que se haya acabado la lucha de clases, sino que ha cesado ya toda resistencia organizada y eso augura el triunfo definitivo en la lucha al capital. Ese es el fin de la historia; ya no hay resistencia organizada, los comunistas se han rendido, pasado al enemigo o están atomizados. Juzguemos a nuestro alrededor. Las banderas de resistencia que se alzan, ¿son rojas? deberían de serlo, claro. Algunos tenemos claro, y creo que tu eres uno de ellos, que la resistencia continua y no vamos a ceder. Un abrazo compañero....

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  2. Bien, estaremos atomizados pero no desaparecidos. Recordemos que la fuerza de atracción que une a las partículas dentro del núcleo de los átomos -que los físicos llaman fuerza nuclear fuerte- es proporcionalmente millones de millones de veces más fuerte que la mismísima fuerza de la gravedad, que hace que los planetas giren en torno a las estrellas.
    Si preguntásemos a una persona desinformada, del estilo de las que niegan la lucha de clases, cuál de las fuerzas es mayor, escogerá la que le mantiene con los pies pegados al suelo. Pero no sabe que su propio ser está condicionado por lo que ocurra entre las fuerzas de esas pequeñas partículas.
    Reorganización y lucha, todo caerá por su peso, antes o después.

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