Como últimamente el debate impuesto por el nacionalismo identitario en Catalunya, que desemboca indefectiblemente, según dicen y actúan los protagonistas del mismo, en la separación de esta comunidad de España, esconde, camufla, difumina y disuelve los problemas reales y las ideologías plurales que sostienen y proponen alternativas diferentes a los problemas de la sociedad, tanto a la catalana como a la española en su conjunto. Por ello, veo la necesidad de precisar algunas cosas elementales para que no haya malos entendidos sobre los conceptos, las palabras y los mismos proyectos, en este caso el que me mueve a mi y a todos y todas los que nos reclamamos del pensamiento comunista, marxista, socialista y socialdemócrata no socialliberal.
Ante la ofensiva nazional-independentista que lo emborrona y tapa todo, he afirmado reiteradamente que el nacionalismo en sus diversas expresiones, sea más grande o más pequeño en número de personas y territorio, esconde y liquida la lucha de clases y hasta el mismo sentido de clase. Esto se produce al confundir, mezclar y unificar en una identidad ideológica, social y política, uniforme, sin ideología ni intereses contradictorios, a las diversas expresiones que pugnan, o pugnaban, por alternativas y soluciones diferentes a los problemas colectivos, desde la pertenencia a sectores plurales y diversos de las clases trabajadoras, que venden su fuerza de trabajo en el mercado, por un lado, o desde la clase poseedora hegemónica que obtiene sus beneficios de la plus valía generada por todos los trabajadores, por el otro. En conclusión, si existen diversas composiciones económico-sociales por el papel que juegan en la economía, la sociedad y la vida, existen también intereses distintos. Citando de nuevo a Lenin ante los que lo manipulan, tergiversan o lo elevan a los altares: "En cada cultura nacional existen, aunque no estén desarrollados, elementos de cultura democrática y socialista, pues en cada nación hay una masa trabajadora y explotada, cuyas condiciones de vida engendran inevitablemente una ideología democrática y socialista. Pero en cada nación existe asimismo una cultura burguesa, (y además, en la mayoría de los casos, ultrarreacionaria y clerical), y no simplemente en forma de "elementos", sino como cultura dominante. Por eso, la "cultura nacional" en general es la cultura de los terratenientes, de los curas y de la burguesía". (Lenin en La cuestión Nacional).
No les parece que esto que dijo Lenin hace cerca de 100 años tiene algo que ver con lo que ha pasado y pasa en España. Con el sistema económico, social y el nacional-catolicismo en toda España, durante la dictadura franquista; y con la economía, lo social y la iglesia identitaria actualmente en Catalunya. Si en la Dictadura la burguesía, incluida la catalana, se aprovechaba en todo el territorio español del sistema, actualmente ha continuado haciendo lo mismo en la democracia parlamentaria. Y ninguna burguesía se ha privado de nada: beneficios a mansalva para toda ella con las leyes del capital; y saqueos públicos con la corrupción, utilizando gobiernos y administración, por parte de importantes sectores de ésta. Y la resistencia, a veces difícil, de la clase trabajadora en la defensa de sus salarios, condiciones laborales, derechos sindicales. En suma, en sus condiciones de vida y de trabajo.
Es ahí donde se debe buscar, y se encuentra, la "LUCHA DE CLASES" y no en una especie de confrontación violenta permanente entre la clase trabajadora y la clase poseedora. Lo que no excluye, sino que presupone, las acciones de lucha, las huelgas, manifestaciones y todo tipo de acciones masivas en defensa de los derechos justos y de las reivindicaciones negadas. La lucha de clases no es, pues, una acción física agresiva y violenta de la clase trabajadora contra la burguesía, sino que es descubrir la falsedad e injusticia de sus políticas, denunciar los beneficios injustos, la corrupción y el enriquecimiento privado de una minoría a costa de la explotación, la mayoría de veces brutal y al margen de las leyes, de la mayoría que con su trabajo manual e intelectual hace funcionar la sociedad. En resumen, es contrastar las propuestas y políticas posibles frente a las del adversario de clase. Y ganar en la perspectiva histórica porque así lo quiera la mayoría.
Y con ello se pasa a lo más concreto de la lucha de clases: defender lo público frenta a lo privado, en servicios sociales básicos como en la educación y en la enseñanza, o en sectores empresariales de banca, energía, transportes y bienes considerados de interés colectivo; exigir salarios y pensiones justas; que los beneficios empresariales privados sean razonables y legales, castigando la corrupción con la devolución íntegra de lo robado y las penas correspondientes; exigir que la democracia no se quede a la puerta de las empresas, sino que los trabajadores y las trabajadoras puedan opinar, proponer e intervenir sobre todas las cuestiones que les afectan; lucha de clases que representa la negación y rechazo de cualquier tipo de nacionalismo y la defensa de la solidaridad e internacionalismo entre personas y pueblos, empezando aquí, en Catalunya y en toda España, no rompiendo nada de lo construido historicamente y continuando la construcción del bienestar colectivo hacia la democracia plena, la emancipación social y el socialismo; luchar contra la guerra y defender la paz como algo irrenunciable de la lucha de clases.
Estimado y admirado Francisco Frutos: procedo de una familia de izquierda que padeció la guerra y la posguerra.Mí padre era un trabajador culto que decía que la mayor arma del pueblo era la cultura con mayúscula. Pues existen grandes medios de manipulación y adoctrinamiento tanto en los centros de enseñanza como a través de los medios de comunicación.
ResponderEliminarTambién me decía que había buenas personas en todas partes e incluso entre los adversarios. Pues bien, la sociedad de hoy, el mundo de hoy es muy complejo. Quién se hubiera imaginado que la China de Mao fuera la China de hoy. Lo que dijo Marx y Lenin no cabe duda que trasladado a la sociedad concreta de hoy no encaja. El norte es el mismo. Pero cuando decimos proletario, a quién nos referimos. Un autónomo con un trabajador, el primero es burgués y el segundo proletario. Por otra parte conozco a muchos proletarios, es decir los que venden la fuerza de su trabajo, totalmente reaccionarios insolidarios. Y burgueses entre comillas que tratan de hacer un mundo más justo, más humano. Creo que se ha producido un importante cambio semántico y que si seguimos utilizando estas palabras mucha gente no lo entiende. Las clases sociales hoy son muy complejas. La escuela, la educación, crear una nueva escala de valores es muy importante. Y y ser coherente con nuestras ideas. Todos sabemos que hay obispos que no tienen nada que ver con el cristianismo y comunistas que son como esos obispos, no son comunistas. Ser comunista no es saber más que nadie de la teoría marxista, es ser una persona que trata de conseguir un mundo más justo con su quehacer diario, con su ejemplo, con su compromiso. Espero que me entiendan. En el año 1964 con 19 años ya había pasado por los calabozos de la Dirección General de Seguridad. Pero sobre todo lo que quiero dejar claro es mi admiración por su coherencia y valentía en estos momentos tan difíciles.
Aunque no pertenezco al el Partido Comunista, le felicito por este magnífico artículo. Si soy un hombre de izquierdas
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