En ideología,en política,en estructuras sociales,incluso en poesía,tengo una concepción,visión u opinión bastante abiertas. Tanto que,sin perder los principios y valores socialistas que me caracterizan como comunista,estaría dispuesto a aceptar que el capitalismo puede reformarse,mucho o poco,esto ya depende de situaciones históricas,influencias teóricas y personas.No es lo mismo un capitalismo Keynesiano,fundamentado en un pacto social,que al menos tiene en cuenta al estado,a los servicios públicos y a los trabajadores y a sus organizaciones sociales y políticas,que los programas de la escuela de Chicago con Milton Friedman a la cabeza,proponiendo el absoluto dominio del mercado sin ningún control político y la privatización hasta del aire que respiramos. No es lo mismo el presidente Roosevelt aprobando en EEUU la ley de seguro social,el riguroso control del sistema bancario,los impuestos a la riqueza y a la renta,o el banco central,entre otras cuestiones,que el presidente Reagan defendiendo el mercado absoluto y la eliminación del estado,salvo para las operaciones de rescate del propio capitalismo cuando entra en crisis,que es casi siempre. Ambos defendían el sistema capitalista,pero no hacían exactamente lo mismo. Han habido diferencias importantes,dentro del mismo sistema,entre socialdemócratas y liberales o neoliberales. Diferencias que practicamente han desaparecido. Por ejemplo,en el Reino Unido,alguién es capaz de explicar con argumentos las diferencias concretas entre las políticas de Thatcher y las de Blair,incluyendo un asunto tan sensible como la guerra. O establecer las grandes diferencias de las políticas económicas de Clinton en contraste con las de Bush.
En resumen,en el sistema capitalista se pueden hacer políticas matizadamente diferentes,según quién gobierne. Lo que es imposible es refundar el capitalismo ya que éste ha conocido todas las formas y en ninguna ha sido capaz de forma estable y con carácter universal para todo el mundo de dar una vida digna y pacífica. Cualquier ensayo de refundación pondría encima la mesa el empleo,la vivienda,la salud,la educación,la solidaridad y unidad internacionalista y la paz. En todo ello,el capitalismo ha conducido al mundo a la situación de crisis permanente,manteniendo a una gran parte de la humanidad en la miseria y en la indigencia,que no en una pobreza relativa,no consumista,que permita a toda persona vivir y no subsistir o morir tempranamente de inanición y enfermedad. Cualquier ensayo de refundación pasa por la aceptación,abierta o a regañadientes,del fracaso del sistema capitalista,y mucho más en su actual etapa neoliberal. Y esto,si fuera posible un acto de lucidez y de inteligencia por parte de los que tienen hasta hoy el poder,significaría la aceptación teórica y práctica de un nuevo sistema economico y social ,fundamentado en un socialismo que implicase en su construcción a la mayoría de la sociedad y que tuviese en cuenta los aciertos y también los errores que en su nombre se han cometido.
Desde luego,un sistema que lanza al consumismo de masas a toda la sociedad,que las hace endeudar,que las hace enemigas y explotadoras entre sí,que deforma y aliena su pensamiento para sacarles su indecente beneficio y que luego,cuando llega su nueva crisis,les recorta o liquida sus derechos sociales,es un sistema fracasado.
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