martes, 13 de septiembre de 2011

PANORAMA POLÍTICO Y LUJURIA DEL CAPITAL.

Hoy no voy a hablar de la banda de pistoleros políticos extranjeros al servicio del capital. Ni siquiera me recrearé en el PSOE, el partido ¿que gobierna?, salvo para citas secundarias. Escribiré unas notas sobre cuestiones sabidas, por repetidas, pero reales.
La economía, el mercado, las bolsas, la especulación, la competitividad, el ahorro, el consumo, son un todo controlado y dirigido por el sistema financiero y la banca. Las finanzas y la banca deben sufrir una revolución para que la economía y el mercado sean instrumentos de organización social al servicio de las colectividades humanas. En España, en Europa y en el mundo. El mercado debe dejar de ser un casino para enriquecerse, en competencia de todos contra todos, para convertirse progresivamente en el mecanismo fundamental de la producción, los servicios y el consumo para la más justa y necesaria distribución a favor de la sociedad. El mercado del derroche y consumismo parasitario para una parte de la humanidad, y la pobreza y la miseria para otra parte, es el caos económico, laboral y social. No sirve. Ha dado de sí todo lo que podía dar, tal como predijeron Marx y Engels. Esto lo saben los más inteligentes del sistema, aunque lo intentarán mantener porque no están dispuestos a construir una sociedad socialista, que es lo urgente para solucionar la vida y los problemas de los actuales 7000 millones de seres humanos. Hasta recurren a Marx, muerto hace 124 años, para enterarse algo de lo que pasa y para hacer lo contrario, habida cuenta de que no tienen opositores firmes en ideas y en convicción para actuar.
En España, el debate PSOE-PP,CiU, PNV..., huele a naftalina en lo político y a casino en lo económico. Rajoy y compañia son la parte mayoritaria, de más confianza, para la lujuria del capital. Durán i Lleida es el prototipo de la derecha hipócrita y tan neoliberal como el PP. Por allá va el PNV para lo que sea menester, con unos y con otros. El PSOE ya no pinta nada aquí. Ha hecho todo lo que le han mandado y su gran problema ahora es si el PSC tiene grupo propio o no, algo que reclaman las masas catalanas desbordadas por caminos y veredas. Al no tener, ni PSC ni PSOE, ninguna referencia de izquierdas, lo banal sustituye a lo importante.
Ante una Europa que cruje economicamente, socialmente, y hasta animicamente, el problema de fondo para la izquierda que no ha renunciado a sus tesis, es ¿qué hacer? Una cosa es defenderse del capitalismo y del neoliberalismo y la otra es decir qué se debe hacer en un proceso, en un espacio concreto y con tiempos definidos que no esperan el glorioso devenir socialista. La izquierda y los demócratas consecuentes, en sentido amplio, excluido PSOE y socios foráneos mientras practiquen sus actuales políticas, no se pueden revolcar en sus retóricas de salón mientras la extrema derecha, que se ha ido fortaleciendo en las catacumbas, sale con estrépito electoral y conquista zonas ligadas siempre a las diversas expresiones de la izquierda alternativa y de la socialdemocracia. Debe haber un programa político de la izquierda, nítido, con alternativas al empleo, a los servicios públicos, a la vivienda, a la nacionalización de sectores básicos de la economía. Este programa debe enmarcarse en una defensa a fondo de la exigencia de planificación democrática, como el método para saber las necesidades que hay, los recursos de que disponemos y las prioridades del gasto. Estoy de acuerdo hasta con esos representantes del "sentido común", sean de las derechas sin complejos o de los progres de las políticas de derechas, cuando dicen que no se puede gastar más de lo que se ingresa. Matizaría, o añadiría, no se puede gastar más de lo que se produce y crea, cuando realmente lo que se produce y crea está al servicio de toda la sociedad. Esto no se puede hacer con los "mercados-casinos".

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