El capitalismo tiene ejecutores, especuladores, mafias, ejércitos, instituciones llamadas democráticas, medios de propaganda serviles y mercenarios. El capitalismo tiene también bufones, payasos y eunucos del pensamiento. Hoy, lunes, 12 de septiembre de 2011, han salido, desde primeras horas de la mañana, los bufones, los payasos y los eunucos a hacer piruetas y gracias verbales para convencernos de que el mundo económico y financiero se hunde y sólo las medidas socialmente más canallas del siglo XIX nos pueden salvar. Son los mismos que desde hace muchos años lo han controlado todo, han creado una economía de casino en la que sólo ganaba el croupier que sabía hacer más trampas, convirtiendo un euro real en 100 euros de mentira, válidos para enriquecerse los que gobernaban empresas, bancos, calificadoras y los grandes ejecutivos a su servicio. Explotaron todas las burbujas habidas y las que preparaban para el futuro, porque cuando no se pretende que la economía sea un instrumento para organizar socialmente las mejores condiciones de vida y de trabajo de la gente, la economía se convierte en un juego para enriquecerse unos pocos, que empobrece a la mayoría. Al producirse la crisis capitalista y saltar por los aires todo el tinglado especulativo, han imitado al ladrón que grita "al ladrón". El ladrón, amigos y amigas míos, somos todos nosotros y nosotras, los que formamos parte, en un lugar u otro, del ejército laboral que, según argumentan ahora los saqueadores, hemos vívido por encima de las posibilidades. Saquearon durante años, creyeron que no había suelo y no se enteraron de lo que se estaba gestando. Les doy la razón en una cosa, una parte minoritaria de la sociedad mundial ha consumido mucho más de lo que necesitaba, derrochando lo que no tenía, poque el instumento de rapiña llamado tramposamente mercado, tenia que vender. Había, hay, otra parte mayoritaria que no tiene lo más elemental para vivir. Después de gritar "al ladrón", se han puesto inmediatamente a la tarea de reflotar a los principales protagonistas, causantes del derrumbe: bancos, financieras, grandes monopolios privados, y a liquidar y reducir derechos y condiciones de vida y de trabajo para pagar su crisis. Se han reunido un montón de veces y cada vez ha sido más siniestra e innoble su imagen. Esta mañana, sus gritos desgarradores, "las bolsas se hunden", eran el ensayo bufo para que todo el mundo que vive de su trabajo, sea asalariado o autónomo,
se aterrorice todavía más y se rinda, dándoles carta blanca para que continúen sus fechorías.
Es momento de tener las cosas claras y actuar con toda la sangre fría del mundo. No es momento de lamentarse ni de reacciones minoritarias aisladas e inútiles. Es la hora de que en todos los centros de trabajo y estudio haya información, debate y coordinación de esfuerzos en la búsqueda de alternativas que impidan que los culpables continúen disfrutando de sus riquezas, organizándonos la vida hasta la pobreza total. Han arruinado a mucha gente que vivía de su trabajo y que tenía los ahorros producto del mismo. Han creado paro masivo, precariedad, inseguridad y miedo. Dejarán un sistema económico y financiero de deuda, para la sociedad del trabajo. La solución no es hacer lo que dicen. No pueden solucionar nada. la solución es echarles. Sí, ya sé que es muy fácil decirlo y muy difícil hacerlo. ¿Nos atreveremos a intentarlo, aquí y en Europa? Este es el reto. Todas las movilizaciones convocadas para este mes y los próximos deben ir en la misma línea. Las elecciones del 20 de noviembre deben producirse en un estado de denuncia, protesta y movilización social. El gobierno del PSOE ha destruido gran parte de los derechos sociales y, sobre todo, la conciencia social crítica. Se debe reconstruir
esa conciencia. El PP, que ya ha empezado su tijeretazo sin piedad en unos cuantos sitios en los que gobierna, viene con el cuchillo en los dientes para superar al PSOE en las políticas neoliberales. Dependerá de lo que seamos capaces de hacer, el evitarlo.
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