LA LIBERTAD SE ORGANIZA. LAS LEYES TAMBIÉN.
Como últimamente me doy cuenta de que los que luchamos en los tiempos duros en Catalunya por las libertades no pintamos nada ante el empuje de los hijos, nietos y cachorros de los pocos nacional-independentistas entonces públicamente inexistentes, me permitiré hablar de libertad, democracia y leyes frente a los que se pasan libertad, democracia y leyes por el forro, a pesar de estar todo el día hablando de democracia y del "dret a decidir". Las leyes tienen un origen, proceden de acuerdos políticos, de relación de fuerzas entre opciones diferentes y contradictorias política e ideologicamente, y se reforman o cambian de la misma manera por el empuje social y la necesidad objetiva de cambiarlas. Las leyes actuales tienen como marco la Constitución aprobada en 1978, fruto de un acuerdo que reflejaba en gran parte la relación de fuerzas en aquel momento. Seguramente alguien dirá que fue una Constitución impuesta a la salida de la dictadura y tendrá parte de razón, si añade inmediatamente que aquella Constitución se discutió y aprobó cuando no fue posible una ruptura democrática plena con proceso popular constituyente. Pero los que menos razón tienen hoy son los que plantean la secesión y la independencia porque entonces no eran nadie para defender e imponer, aunque ahora se sientan muy valientes y dicen que sacarán las urnas a la calle el 9 de noviembre, pase lo que pase y se decida lo que se decida. Es la clásica posición irresponsable de los aventureros que siempre llevan a los pueblos al borde del abismo. Los que más razón tienen, tenemos, somos los que planteamos que la actual Constitución tiene que reformarse en profundidad y nos movilizamos para ello, porque no se cumple en un montón de aspectos económicos-sociales y en relación al trabajo o a la vivienda; ha quedado desfasada en todo lo referente al estado autonómico, competencias, distribución equilibrada de ingresos y gastos entre todas la comunidades autónomas; debe conocer profundos cambios en la política internacional para que España no pueda participar en guerras y agresiones a otros países, y esto sólo será posible recuperando un mandato de paz y contra la guerra como el que emanaba del artículo 6 de la Constitución de la 2ª República. Por todo ello, la queremos reformar a fondo, no echarla a la papelera y romper todas las normas de convivencia democrática civilizada. E intentamos crear la mejor relación de fuerzas para ir lo más lejos posible, siendo conscientes de que la consecución de una República federal con profundo carácter social y orientada al socialismo es algo todavía difícil.
Una Constitución no es un instrumento de quita y pon, que un resultado electoral periódico cambia en cada momento, según las conveniencias del que saque la mayoría relativa o absoluta, que se rompe cuando no te conviene, ya que, si fuera así, ello representaría la liquidación del principio de legalidad democrática colectiva. Y sin este principio no hay convivencia, ni en Catalunya, ni en España, ni entre Catalunya y el resto de España.
Una Constitución no es un instrumento de quita y pon, que un resultado electoral periódico cambia en cada momento, según las conveniencias del que saque la mayoría relativa o absoluta, que se rompe cuando no te conviene, ya que, si fuera así, ello representaría la liquidación del principio de legalidad democrática colectiva. Y sin este principio no hay convivencia, ni en Catalunya, ni en España, ni entre Catalunya y el resto de España.
O sea, que a mi nadie me va a imponer leyes-trampa, ni embarcarme en aventuras que sabes cómo y cuándo empiezan pero no cómo y cuándo terminan. Y creo que nadie debería embarcarnos en aventuras de este tipo.
Por tanto, decido no apoyar, en ningún caso, a partidos, organizaciones y plataformas que defiendan el "dret a decidir" y la secesión. Y pido a los catalanes que no lo hagan. Lo mejor que podría hacerse con los papeles del "dret a decidir", elaborados por El Omnium, la Assemblea Nacional Catalana, ERC, CIU, o el Parlament, sería echarlos, estos sí, a la papelera, y sumarse a la opinión y movilización de cambios constitucionales fuertes que fortalezcan y consoliden la convivencia entre catalanes, todos, y españoles,todos. Que las diferencias, polémicas, contradicciones y luchas sociales sean por las diferencias de clase, por un trabajo digno, por impedir más recortes sociales, por la decencia política y contra la corrupción, por las políticas de paz frente a las de guerra, por la solidaridad y fraternidad entre personas y pueblos. ¿Utópico?
quizás, pero necesario, por tanto posible.
PER UNA REPÚBLICA FEDERAL Y SOCIAL ESPAÑYOLA.
PER UNA CATALUNYA, PART FONAMENTAL D´ELLA.
Y NO OLVIDEMOS A LOS CUBANOS PRISIONEROS DE OBAMA, Y A MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.
quizás, pero necesario, por tanto posible.
PER UNA REPÚBLICA FEDERAL Y SOCIAL ESPAÑYOLA.
PER UNA CATALUNYA, PART FONAMENTAL D´ELLA.
Y NO OLVIDEMOS A LOS CUBANOS PRISIONEROS DE OBAMA, Y A MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.
Totalmente de acuerdo.Y debo señalar una noticia revelada por Salvador López Arnal y que confirma que el diagnostico de Paco Frutos es correcto : Podemos y Guanyem anunciaron el pasado martes la presentación de una querella contra toda la familia de Jordi Pujol, el cofundador de CiU Carles Sumarroca así como contra Jordi Puig, hermano del Conseller Felip Puig, entre otras personas, además de las empresas adjudicatarias de contratos irregulares, los responsables públicos que los concedieron y los políticos y funcionarios que miraron para otro lado durante tres décadas. Acusan a los Pujol de haber conformado un entramado familiar que ha funcionado como un todo, para beneficiar económicamente a la familia y a su círculo de amigos. A esta acusación se han unido también movimientos políticos y sociales como ICV-EUiA y Procés Constituent, y Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). ¿Y por qué no se han unido ANC o el Omnium cultural? ¿No tienen nada qué decir?
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