ALGUNAS REFLEXIONES MÁS SOBRE LA REALIDAD POLÍTICA ESPAÑOLA Y LOS PRINCIPALES PROTAGONISTAS DE ELLA.
La verdad es que la situación política y sus repercusiones sociales, culturales y hasta anímicas, en España, empieza a ser preocupante, lo cual puede producirte una cierta dosis de angustia vital, una melancolía superficial, o bien conducir tu estado anímico a la siesta o a la huelga general en política. De momento voy superando la situación, intentando ver lo que ocurre de la forma más fría, objetiva, distanciada y no contaminante posible, o sea, mantener la libertad de conciencia y de palabra por encima de reiteradísimos ladrillazos de politiquería que aburren a los asnos, de promesas y populismos, ni de izquierdas ni de derechas, asaltando los cielos y arrastrándose por los suelos, y de que todo va muy bien, según Rajoy, o mal, muy mal, según Pedro Sánchez. Por tanto, intentaré decir algunas cosas que me parecen de interés.
Sé bien lo que es, cómo es y actúa la derecha en las diversas circunstancias que me ha tocado vivir, la conozco y la combato política y socialmente y no quiero que gobierne y si gobierna porque la votan que no pueda hacer lo que le dé la gana, echando a la papelera incluso el programa conservador básico, con ribetes de demagogia social y hasta obrerista, con el que gana unas elecciones. Quede claro. Pero sé también qué es la "izquierda" que recibe los votos de las clases trabajadoras, que gobierna en nombre de estas para hacer en gran parte la política de la derecha. Y como es la "izquierda", los "nuestros", a callar para no ser calificados de traidores a la causa y auxiliares de la derecha para que vuelva a gobernar.
Sé qué pasa en Grecia y en Francia, donde se gobierna en nombre de la "izquierda". En Grecia no sé qué pasará en el futuro, en Francia una parte muy importante de voto socialista y comunista ha ido a parar progresivamente al Partido Nacional de Marie le Pen desde hace mucho, porque este partido de la extrema derecha ha asumido gran partes de los programas y reivindicaciones obreras y populares y, además, se opone a las guerras e intervenciones que Francia, con Sarkozí u Hollande, lleva a cabo.
Volviendo a nuestra realidad. No sé ni tengo idea del pacto posible que pueda salir de las negociaciones secretas y marrulleras entre Iglesias y Garzón, o los mandados. Me hago algunas preguntas viendo el comportamiento reiterado y progresivamente más deslenguado y "audaz" del caudillo Iglesias. Ayer, arremetiendo contra los periodistas que no le quieren, él que es un producto fruto del periodismo amarillo de "ni de izquierdas ni de derechas", o sea este periodismo que impulsa esta aparente contradicción del poder económico dominante, que defiende al PP y aliados cuando le interesa o a las alternancias de "izquierda" para hacer la política más a la derecha, cuando ésta ha sufrido un gran desgaste. Y, a veces, me hago una pregunta banal, entendiendo que en política, y en todo, la forma de las cosas serias debe coincidir con el fondo. No se puede defender una idea justa con groserías y métodos chulescos de matón de taberna. Y me pregunto, ¿hay tanta diferencia entre la chulería de José Ma. Aznar y la de Pablo Iglesias?, salvo en decir que una se hace en nombre de la izquierda y el cambio y la otra que representa ya el cambio y la inteligencia política para hacer feliz a la gente. Os dejo aquí la pregunta.
Final. Una conclusión, al menos provisional: actualmente el pueblo no es protagonista real de lo que ocurre, está horneado y actúa de masa. En España y en Europa. La izquierda política y sindical y la intelectualidad afín deberían preguntarse ¿qué hacemos mal, o no hacemos, para que ocurra esto? Es verdad que las cosas son complejas pero no pueden serlo tanto como para no entenderlas desde un pensamiento realmente crítico, consciente y alternativo, que es el que se le supone a la izquierda. Creer que con algunas conquistas sociales está todo solucionado y las clases trabajadoras, sin una sólida conciencia de clase, te seguirán sin más, no sólo es un inmenso error, sino que es dar la alternativa ideológica y de la propaganda a la derecha.
POR UNA ALTERNATIVA LO MÁS ROJA POSIBLE, CONSTRUIDA EN LA CALLE, EN LOS BARRIOS, CENTROS DE TRABAJO, ESTUDIO Y REFLEXIÓN. POR UNA ALTERNATIVA CLARA, BASADA EN UN PROGRAMA POLÍTICO DE CAMBIO SIN TRIUNFALISMOS ESTÉRILES NI CLAUDICACIONES UN DÍA TRAS OTRO.
Sé bien lo que es, cómo es y actúa la derecha en las diversas circunstancias que me ha tocado vivir, la conozco y la combato política y socialmente y no quiero que gobierne y si gobierna porque la votan que no pueda hacer lo que le dé la gana, echando a la papelera incluso el programa conservador básico, con ribetes de demagogia social y hasta obrerista, con el que gana unas elecciones. Quede claro. Pero sé también qué es la "izquierda" que recibe los votos de las clases trabajadoras, que gobierna en nombre de estas para hacer en gran parte la política de la derecha. Y como es la "izquierda", los "nuestros", a callar para no ser calificados de traidores a la causa y auxiliares de la derecha para que vuelva a gobernar.
Sé qué pasa en Grecia y en Francia, donde se gobierna en nombre de la "izquierda". En Grecia no sé qué pasará en el futuro, en Francia una parte muy importante de voto socialista y comunista ha ido a parar progresivamente al Partido Nacional de Marie le Pen desde hace mucho, porque este partido de la extrema derecha ha asumido gran partes de los programas y reivindicaciones obreras y populares y, además, se opone a las guerras e intervenciones que Francia, con Sarkozí u Hollande, lleva a cabo.
Volviendo a nuestra realidad. No sé ni tengo idea del pacto posible que pueda salir de las negociaciones secretas y marrulleras entre Iglesias y Garzón, o los mandados. Me hago algunas preguntas viendo el comportamiento reiterado y progresivamente más deslenguado y "audaz" del caudillo Iglesias. Ayer, arremetiendo contra los periodistas que no le quieren, él que es un producto fruto del periodismo amarillo de "ni de izquierdas ni de derechas", o sea este periodismo que impulsa esta aparente contradicción del poder económico dominante, que defiende al PP y aliados cuando le interesa o a las alternancias de "izquierda" para hacer la política más a la derecha, cuando ésta ha sufrido un gran desgaste. Y, a veces, me hago una pregunta banal, entendiendo que en política, y en todo, la forma de las cosas serias debe coincidir con el fondo. No se puede defender una idea justa con groserías y métodos chulescos de matón de taberna. Y me pregunto, ¿hay tanta diferencia entre la chulería de José Ma. Aznar y la de Pablo Iglesias?, salvo en decir que una se hace en nombre de la izquierda y el cambio y la otra que representa ya el cambio y la inteligencia política para hacer feliz a la gente. Os dejo aquí la pregunta.
Final. Una conclusión, al menos provisional: actualmente el pueblo no es protagonista real de lo que ocurre, está horneado y actúa de masa. En España y en Europa. La izquierda política y sindical y la intelectualidad afín deberían preguntarse ¿qué hacemos mal, o no hacemos, para que ocurra esto? Es verdad que las cosas son complejas pero no pueden serlo tanto como para no entenderlas desde un pensamiento realmente crítico, consciente y alternativo, que es el que se le supone a la izquierda. Creer que con algunas conquistas sociales está todo solucionado y las clases trabajadoras, sin una sólida conciencia de clase, te seguirán sin más, no sólo es un inmenso error, sino que es dar la alternativa ideológica y de la propaganda a la derecha.
Alto y claro, como siempre. A la pregunta: no, no hay diferencias entre Aznar e Iglesias, las mismas chulerías, las mismas mentiras. ¿Interesa un pensamiento realmente crítico, consciente y alternativo?, nos han acomodado en un colchón agujereado.
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