viernes, 2 de septiembre de 2016

DEBATE DE INVESTIDURA ¿SÓLO ESTANCAMIENTO? 

En los últimos tiempos he oído a políticos, periodistas, "creadores de opinión", y demás hierbas, decir que la situación política está atascada y se debe desatascar. Hay que ver la cantidad de expertos, especialistas y fontaneros que surgen en estas ocasiones. La complejidad o simplicidad de una situación, que de todo hay, se reduce a  que la política está atascada y se debe desatascar. Con un simple acto de voluntad, o voluntarismo, una acción mecánica en suma, se despacha el asunto, en vez de analizar, estudiar y llegar a conclusiones para saber por qué está atascada la política. Así, sencillamente se hace un listado superficial de los problemas que afectan a la sociedad se busca un responsable, o responsables, desde diversos ángulos, se les acusa de los males y se dice solemnemente "yo lo arreglaré". Desaparecen del horizonte las realidades internacionales y sus consecuencias en el plano nacional, el hambre de países empobrecidos, humillados, enfrentados,  las guerras promovidas por objetivos e intereses concretos, y la posible y necesaria denuncia de los estados, grupos económicos y personas beneficiarios de las mismas. Estas cosas, o saber exactamente dónde, cómo y por qué nacen las crisis, se desarrollan y empobrecen aún más al mundo, no forman parte del estudio y conocimiento a fondo de la realidad económica para el debate político y la confrontación de ideas y proyectos entre organizaciones diferentes,  sino que se consideran una especie de maldición abstracta que se producen porque el mundo es así, llegando a lo sumo a denunciar que cuatro vividores y corruptos han creado la situación, no que ésta es fruto del sistema que rige la economía, la política, las relaciones entre los pueblos, el comercio. Que es un sistema, el capitalista, en su fase neoliberal más aguda en la actualidad, lo que es injusto, ineficaz y corrupto en sí y no puede dar una solución justa, razonable y colectiva a los problemas, necesidades y miserias de la humanidad. Bastante de todo ello ya dijeron Karl Marx y Friedrich Engels.








Volviendo a España, al debate de investidura, al margen de descalificaciones  políticas y de retórica politiquera repetida, no ha habido ni una sola intervención que centrara los problemas. El discurso inicial de Rajoy, a su estilo, es calificado de triunfalista, gris, plano, viejo, caducado, burocrático, tramposo, fracasado, por todos los grupos oponentes, amalgamados en extraño contubernio: izquierdas que ejercen de social liberales y hacen, palmo más, palmo menos, la misma política de recortes, internacional, de OTAN, bases y guerra, que el PP; los nazional independentistas de la derecha que han compartido con el PP, y con el PSOE, todas las políticas conservadoras, neoliberales y hasta sionistas de éstos; y luego, los críticos que dicen que es necesario un pacto de izquierdas para echar al PP y, sobre todo, a Rajoy, contando para ello con el inapreciable concurso de toda la izquierda, incluida la "izquierda" representada por el PDC, antes CDC, PNV,  y por la "izquierda independentista", ERC, CUP, SAT, que lo primero que hacen para demostrar que son de izquierdas, rojos-rojísimos, es dividir a los trabajadores por identidades artificiales inventadas, de origen burgués, y no unirlos por origen, identidad y perspectiva de clase.   
Algunas anécdotas "graciosas" del debate: el PSOE denuncia al PP por reducir la democracia con cambios arbitrarios en la Constitución, sin acordarse de que ambos modificaron por decreto el artículo 135 de la misma para adecuarla a las exigencias de Bruselas de priorizar y pagar la deuda externa aún a costa de la reducción del gasto y servicios sociales. El PSOE dice que el PP no tiene ninguna política internacional para hacer frente a los problemas, al drama de los refugiados y a las guerras, cuando PP y PSOE han contribuido a las políticas de guerra en Afganistán; Yugoslavia, (Javier Solana, Secretario General de la OTAN); Iraq (Aznar y Trillo); Libia (Carme Chacón y Trinidad Jiménez entusiastas impulsoras de los bombardeos); Siria, (Todos contra el "régimen" de Bashar Al Assad; y en todo este proceso de política internacional para la "paz", contribuyendo a matar a miles de personas y a sus gobernantes, destruyendo países enteros, mientras permitían que una vez tras otra el Estado terrorista de Israel continuara asesinando a los palestinos. Están todos implicados. PP, PSOE, CDC, PNV..., han sido los amigos y protectores de los sionistas, hicieren lo que hicieren, de los wahabistas feudales de Arabia Saudí y Qatar que financiaban a los terroristas y mercenarios que EEUU, Francia, Gran Bretaña y demás socios lanzaban contra Siria y los Estados soberanos más avanzados social, cultural y en derechos de igualdad de las mujeres. Más anécdotas, los nazional-independentistas continúan inventando la historia en una actuación que, además de patética, sería cómica, sino fuera por los potenciales peligros que encierra; P. Iglesias, el mismo que hace unos meses en el otro debate de investidura acusó a Pedro Sánchez de representar a un partido que había practicado el terrorismo de Estado con los Gal, enterrando a Lasa y Zabala con cal viva, ahora le pide a Pedro Sánchez que encabece un gobierno de izquierdas, que para ser elegido deben votar los nazional-independentistas, todos muy de izquierdas. En resumen, el debate -esperpento refleja que estamos en un "cul de sac", al final de una etapa que difícilmente puede reconstruir nada en la política española sin poner encima de la mesa el conjunto de problemas, las alternativas y soluciones a los mismos, según las propuestas de cada organización y teniendo en cuenta la realidad descrita anteriormente y la relación de fuerzas. No se trata de un falso "todos a una por España", sino de una plena recuperación de la política, con su diversidad y confrontación ideológica y programática, entendiendo que hay unas cosas comunes en las que debe centrarse un acuerdo básico: el derecho al trabajo en las mejores condiciones posibles; salarios y pensiones suficientes para una vida digna; el reforzamiento y mejora de los servicios públicos universales básicos, en especial sanidad y educación, acabando con los recortes; una concepción critica sobre la UE, el euro, la deuda externa y todo lo que está pasando; una política internacional contra la guerra y por la paz, de convivencia, colaboración y solidaridad entre los pueblos; y la culminación del Estado de las autonomías en un Estado Federal, con la reforma constitucional pertinente, aprobada en referéndum por todos los españoles, en el marco de la cual podamos defender la 3ª República, como forma superior y más democrática de organización del estado. 
Y para culminar el chiste del estancamiento, del debate y de la mediocridad política, hoy, día 2 de septiembre, todos los jefes de grupo y dirigentes apuntan a lo que será lo más importante después de las elecciones del 26 J y del ir y venir a ninguna parte de estos meses: un acuerdo para no celebrar las elecciones el día de Navidad. Estoy aliviado y contento por esta voluntad de solucionar el gran problema que representaba tener que  ir a votar con el turrón en la mano. Se corría el riesgo de comerse la papeleta de voto  y echar el mazapán en la urna. Menos mal que la política al menos sirve para tomar decisiones de trascendencia.

POR UNA POLÍTICA ROJA E INDEPENDIENTE SIN COMPLEJOS, QUE NEGOCIE TODO LO QUE HAYA QUE NEGOCIAR CON LAS ORGANIZACIONES Y MOVIMIENTOS DEMOCRÁTICOS, DESDE SUS PROPIAS POSICIONES: JUSTICIA SOCIAL Y SENTIDO INTERNACIONALISTA DE CLASE, FRENTE A NACIONALISMO DIVISORIO Y BURGUÉS, DEFENSA DE LA PAZ Y CONTRA LA GUERRA, POR UNA ESPAÑA FEDERAL REPUBLICANA, POR UN HORIZONTE SOCIALISTA COMO ALTERNATIVA AL CAPITALISMO. 

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