jueves, 15 de septiembre de 2016

DETRÁS DE LAS ANÉCDOTAS SIEMPRE HAY LO REAL.

Qué puede haber pasado en un largo proceso, medido en años no en siglos, para que La Fiesta del PCE 2016 se haya convertido en una especie de anécdota de lo que no se debe hacer cuando hay tantas cosas politicamente sabias, interesantes, concretas y urgentes para llevar a cabo, algunas de ellas ya presentes en La Fiesta. Ha pasado sencillamente que progresivamente se han ido perdiendo formas de ser y actuar del partido, de sus organizaciones y, sobre todo, de sus militantes, que son la seña de identidad básica de un partido comunista. No es que el PCE haya sido siempre un dechado de sólidas convicciones morales e ideológicas, de aciertos políticos y de capacidad para organizarse y proyectar su trabajo hacia la sociedad. El PCE ha tenido altos y bajos, rupturas, ha cometido errores  graves y, a veces, ha predominado más en su haber el corto plazo, el institucionalismo y la carrera personal, que no la convicción, la voluntad y el esfuerzo permanente para trabajar como un colectivo cuyo objetivo es luchar contra la injusticia social, por una libertad y democracia real con horizonte socialista, al servicio de la clase trabajadora y no de los que utilizan y manosean la libertad y la democracia para engañar y alienar a la mayoría y someterla con apariencias de modernidad consumista.


El PCE, pues, a pesar de todas sus contradicciciones y miserias, también ha sido un importante marco colectivo de dignidad y solidaridad, un instrumento político sólido y válido para luchar y actuar en defensa de lo más elemental y perentorio de los derechos económicos, sociales y de igualdad, sin perder de vista el objetivo futuro, por no decir histórico, hasta que se produjo un quiebro en su coherencia. Y en esta misma línea IU.
En el último periodo, el que va desde las elecciones europeas de 2014 hasta hoy, a pesar de que IU pasa de 1 a 6 eurodiputados/as, con el surgimiento y los resultados electorales de Podemos, IU reacciona como si acabara de sufrir una gran derrota y vive una conmoción interna y un ataque de pánico. Podemos era, es, una organización alentada, impulsada y organizada desde diversos intereses para sustituir el estancamiento a la baja del PSOE, pero también por parte de sectores que siempre crean "nuevas realidades", como es el caso del ex coodinador general de IU, Julio Anguita, y su entorno organizado, que calificaron, todo y reclamarse del PCE y de IU, de excelente la aparición de Podemos, a pesar de nacer en competencia con una IU en fuerte ascenso en todos los sondeos. En vez de poner su prestigio, si quedaba alguno, para unir lo nuevo y reforzar IU y apoyar a Cayo Lara como el coordinador general que estaba haciendo un buen trabajo, impulsando y fortaleciendo a IU como alternativa al bipartidismo desde una opción de clase, que no renunciaba a lo fundamental y válido de su patrimonio, pero  que era capaz de recoger también análisis sobre fenómenos que, sin ser nuevos, se habían, se han, agudizado. Con esta actitud se contribuyó a la disgregación y desmembramiento de IU.
Después de las europeas de 2014 hubo una explosión de pánico escénico, oportunista, de salvaguarda de lo mío en sentido personal, que empujó a abandonar el barco de IU a un montón de arribistas que, no se preocupen, que si mañana falla el invento "unidos PODEMITA", buscarán con celeridad nuevos horizontes. Pero lo más grave, con serlo lo anterior, fue el terror a ser barridos por Podemos y, en consecuencia, la claudicación organizativa y el abandono del discurso sólido y consecuente de IU en la mayoría de cuestiones, algo que sin  salvarla de sus propias contradicciones y errores, mantenía su implantación y capacidad de hacer política en buenas condiciones. La imagen de Garzón y compañía corriendo detrás de Pablo Iglesias y suplicando un pacto producía vergüenza ajena, además de ser una patada en el culo de la militancia del PCE y de muchos afiliados o votantes de IU. 
Ahora, después del fracaso cantado del, no sé bien, tercer, o cuarto "sorpasso",  queda la retórica para contarnos de nuevo el mundo en magistrales lecciones de despedida en MO. De las dos orillas de antes al sorpasso actual fracasado, queda que IU, si es preciso, no podrá hacer de Don Tancredo si se presenta el PSOE como alternativa al estancamiento político. 




En La Fiesta del PCE 2016 confluyen, me río de algunas confluencias y procesos constituyentes de propaganda, y chocan las contradicciones señaladas. No es casual que Olga Rodriguez reciba un premio MO, ni que el eurodiputado Miguel Urbán de Izquierda Anticapitalista-Podemos intervenga, a pesar de decir hasta hace poco, quizás todavía lo diga, que se tenía que acabar con la casta, de la cual PCE e IU, según estos "revolucionarios", formaban parte.

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