Hemos entrado ya en el inicio de la Cuarta Revolución Industrial, con una ya avanzada digitalización y un proceso rápido de robotización, lo cual pone en jaque la legislación laboral actual y amenaza todos los derechos de los trabajadores. Muchos de cuyos derechos ya han sido recortados con las diversas legislaciones de precarización y liquidación de condiciones de trabajo y de vida conquistados por la acción y lucha del movimiento obrero en un largo proceso. Y bien, parece que esta realidad y sus efectos sociales no son los asuntos centrales de una "izquierda" que continúe manteniendo y adecuando sus valores y principios morales, sociales y políticos a la situación actual para poder intervenir en la economía y en la lucha por el reparto de la riqueza, un principio fundamental de la lucha de clases, que lleva implícita la defensa de la hegemonía cultural y política, sin la cual no hay cambio social.
Resulta que cualquier cosa tiene más importancia y trascendencia que lo que acabo de resumir en el parrafo anterior. Voy a citar una que se convierte en el recurso "rrrevolucionario" más fácil y claro para que uno/a se convierta en paladín de la izquierda, del socialismo y hasta del comunismo en la imaginería izquierdista al uso: el antifranquismo. Y llego a una primera conclusión, en España hay más antifranquistas censados y por libre que franquistas ejercitantes. En la composición de esta masa antifranquista hay de todo: la mayoría jóvenes que han descubierto hace un rato que hubo un dictador llamado Franco; otros no eran, no estaban, ni se les esperaba. Y mira por donde, los que sí éramos, estábamos y hasta recibíamos alguna colleja de los sicarios de Franco, callamos, no armamos espectáculos ruidosos fraudulentos, exigimos memoria histórica para aclarar los crímenes franquistas, recuperar los restos de nuestros asesinados y continuar defendiendo lo mismo de siempre, con Franco o sin Franco, a través de la política y la lucha social, con compromiso militante y sin alharacas.
Ahora, lo moderno de esa "izquierda" es decir, poco más o menos, que la transición del franquismo a la democracia parlamentaria fue una traición en toda la regla de la izquierda real operativa de hace 40 y más años. Y para ello tienen que repetir que lo actual en España es puro franquismo y así poder disfrazarse de antifranquistas prestos a iluminar los cielos de España con la luz de la libertad. Y además, si conviene, vestirse con todos los ropajes, de ácrata-izquierdista tipo CUP, de auxiliar o palanganero de los nacionalistas con la arcaica y relamida consigna del "derecho de autodeterminación", aceptando la invención por estos de nuevas identidades de pueblos de única y ancestral pureza de sangre, de lengua y hasta de elemental urbanidad. Sin parar en la cuenta que lo más parecido al franquismo que hay en la España actual, Estado español lo llaman como lo llamaba Franco, son los métodos políticos antidemocráticos, autoritarios y represivos, la fragmentación y división de los trabajadores, la utilización de la mentira la manipulación y el adoctrinamiento reaccionario en todos los medios de comunicación que se controlan.
Para terminar, una afirmación sin vocación de polemizar: no soy ni me siento catalanista, no soy ni me siento españolista, no soy ni me siento europeísta. Soy, sencillamente, un catalán español, y europeo, que defiende la libertad, la paz, el socialismo y el comunismo contra viento y marea. Intento ser un internacionalista solidario consecuente, que lucha por la fraternidad entre los trabajadores y los pueblos, frente a los nacionalismos que dividen y enfrentan a trabajadores y pueblos.
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