miércoles, 11 de diciembre de 2019

TITULAR: "PSOE Y ERC AVANZAN EN LA RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO POLÍTICO EN CATALUNYA"


Y me pregunto en qué avanzan y cómo ya que solo me salen las cuentas de que Pedro Sánchez es capaz de dar y tomar lo que sea con tal de mantenerse en la pasarela, no importa para el qué hacer ni con quién hacerlo, mientras continuará siguiendo las órdenes, susurradas o a gritos de los amos de las grandes propiedades y la pasta. No faltaría más. Y ya no os digo si hablamos del socio de gobierno, Pablo Iglesias y su partido, que lo mismo valen para alcanzar los cielos, poner una mesa petitoria en la plaza o barrer los suelos que pisa Pedro Sánchez y su séquito. 
En tiempos normales, lease por normal tiempos sin guerras ni violencias extremas, no hay nada peor para la política que la gobierne y mande un zascandil que dice un día una cosa y al otro la contraria sin inmutarse ni torcer el gesto, rodeado de sumisos creyentes o de airados silenciosos, vociferantes solo cuando están de vacaciones o tomando una caña en la galería de la cafetería.
Qué mal fario me inspira el ínclito Sánchez, cuando calla y solo aparece por las pasarelas internacionales con figuras gobernantes, igual que cuando habla con rotundidad de que nada con Podemos ya que la mayoría del gobierno presidido por él defendería una cosa mientras los ministros de Podemos la contraria. 
Mucho me temo que el PSOE y el PSC, como ya han hecho en el pasado reciente con sus reformas estatutarias y sociales, están a punto de producir un nuevo caos político con el cual tendremos que convivir unos cuantos años mientras aplican al mismo tiempo más recortes sociales para ponerse al día y no desobedecer al sistema. 
En España actualmente, con un PP ligeramente crecido y a la expectativa y, sobre todo, un VOX  agazapado en la sociedad con presencia en gobiernos autonómicos y ayuntamientos y un cuerpo de 52 diputados en el Congreso, gracias, entre otras cosas, a los nazional independentistas de Catalunya y a los vaivenes del gobierno del PSOE, que les permite hacer promesas demagógicas de solución de sus problemas más graves a los obreros, campesinos y sectores populares, con políticas neoliberales y persiguiendo a los inmigrantes al tiempo que en su programa y declaraciones altisonantes  exhiben neoliberalismo a raudales en economía, actitudes autoritarias y fascistas en la vida y las costumbres democráticas, tenemos una realidad que a una izquierda real y operante, si la hubiere, debería hacerla pensar, actuar y organizar a los sectores de la sociedad que, o están pasivos o llegan a tragarse las trolas de la extrema derecha, como ya ha sucedido en otros momentos históricos.      

  

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