miércoles, 1 de abril de 2020


CLAMOR DE SILENCIOS.

Silencio día y noche noche y día
todo parece yacer en callada armonía
en las grandes avenidas desiertas
en las callejuelas sucias y estrechas
en los ventanales de fulgor y lujo
o en los sórdidos ventanucos obreros.

Iguales no son los diversos moradores
de luminosos o de lúgubres espacios
y aunque la pandemia  que nos acecha
simula  querernos  a todos semejantes
para hacernos sus víctimas colectivas
nunca equilibrará la  pobreza y la riqueza. 

Y cuando no se puede equiparar rico pobre 
en aposento comer vestir ser cuidado
la desdicha más grande siempre cae
a la parte más oprimida y desvalida
no es necesario que afirme cuál es esta
el pasado y el presente ya han hablado.

Afirman personas de gran conocimiento 
que al ser lo que ocurre una mala pandemia
que se extiende y mata en todas partes
que clausura a la gente en sus viviendas
que lleva al paro y al precario a millones
la economía bajará a un sórdido abismo.

Y sacando conclusiones ya argumentan 
que la enfermedad matará y acabará
pero que la economía conocida hasta aquí 
en la cual ahora trabajamos y vivimos 
dará un salto mortal a los abismos
y ya nunca más será lo que ha sido.

Y los hay que más sabios y arriesgados 
o de un gran voluntarismo incontenido
que hasta nos anuncian que pronto se zanjará 
el neoliberalismo que nos ha maltratado
y aún nos estruja desde décadas para acá
como un recurso más del cálculo frío del capital.

Creo que no es nada bueno precipitarse
por el aluvión de notas doctas sobre bacilos
que nos llenan la cabeza de terrores 
pero nos levantan la ilusión de que acaba
el decadente sistema que anida el mal
y de sus cenizas nuestra emancipación surgirá.

Ahora para próximas semanas días o meses
primero vigilar controlar unir y compartir
aislar estancar y sin dilación extirpar el mal 
todos estamos convocados a participar y aportar
en el  salvamento colectivo de salud y de vida
ya vendrán nuevos tiempos de alegría y trasiego. 

( De lo que pasa con el virus se me ocurre escribir así.
No pretendo dar lecciones ni marcar ningún estilo. 
Aportar solo mis palabras por si sirven para hermanar
cuando tiempos de súbita hiel así lo exigen.)    


    
     


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