miércoles, 8 de abril de 2020

MOMENTO DE CURAR NO DE CAMORRA. TODOS A UNA.


Ahora se trata de callar y no armar pendencias partidistas de bajo nivel moral y político, sin que ello signifique alabanzas al gobierno que no se correspondan con la realidad, ni tampoco hacerles el juego a las derechas, unas y otras, de acá y de allá, que tienen un principal objetivo, instalarse y medrar con sus políticas reaccionarias de intereses bastardos. Ni una dura crítica personal que mañana, si corresponde, será hora de hacer. Ya sé que si lo que ha hecho el gobierno del PSOE lo hubiera hecho uno del PP el alboroto iría a la par con el que están armando las derechas diversas, españolas o catalanas, qué mas da.  
Francamente no sé si se puede hacer mejor o peor. Muy brillante resultado no hay. Del esto es cosa de chinos, aquí no pasa nada, todos a la calle a manifestar el violeta, el amarillo o el marrón, de mandar corretear el balón con camiseta de campeón, de impulsar actos en plazas, parques y salones deportivos, hemos pasado en un santiamén a  cerrar a cal y canto hasta la ventana del cuchitril. Gobierno y asesores que pa cá-pa llá, nos pasaban la mano amable por el lomo y nos borraban la aprensión, si la había, se desmelenan en tres semanas, cogen la recta final, nos encierran en casa y  nos alertan que la situación "algún" tiempo durará. No saben muy bien cuánto ni cómo pero eso, como siempre, nuestro pequeño destino lo aclarará. Y  toca seguir las decisiones, para salvar vidas y evitar todo lo que sea posible el mal, por nuestra seguridad y salud.
En resumen, definitivamente por ahora, a encerrarse, separarse, no abrazarse ni besarse, no toserse y protegerse, ponerse aquella mascarilla hace poco innecesaria, guantes de goma preparados  y esperar que pase pronto el invisible aspersor de gotas agrias de hiel.
Y nuevo resumen final: de las derechas "catalanísimas" del ancestro, denunciar sus casi criminales decisiones de desmontar hospitales por las gentes exigidos porque las y los reaccionarios de la fobia en ellos ven no camas para yacer y curar, sino galones militares  y tricornios; y a las derechas "españolísimas de postín"  y sus reaccionarios discursos de romper la baraja constitucional y política y retrotraerse al pasado negro en tiempo y espacio, darles la única cancha posible: la denuncia política, el desdén personal y las leyes sobre la mesa para que sepan a qué atenerse.      



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