AENA ha llegado a un acuerdo con los sindicatos, que propondrán a los trabajadores/as la aprobación del mismo. Con ello se desconvocarán las huelgas si así es aprobado por la asamblea. Recordarán la que armaron medios de comunicación-propaganda, empresarios, tertulianos todo terreno, políticos del sistema y demás hierbas y potenciales o reales viajeros de semana santa, vacaciones y fiestas de guardar, ante la convocatoria de huelga. Calificaron a los sindicatos convocantes de irresponsables, de ir contra la economía del país, que el derecho de huelga se debe aplicar sólo si no perjudica a los demás, que debería ser revisado y, por supuesto, reducido . Actuaban como energúmenos y energúmenas de la derecha de toda la vida, casi resucitaban estilos y frases del franquismo. No importaba que fueran extrema derecha, derecha a secas, centro derecha, izquierda del régimen o progres. Decían lo mismo. Parecía un coro de mercenarios de la responsabilidad histórica defendiendo la libertad sacrosanta de viajar y el turismo como único sector que funciona. Además de ser todo de una gran cutrez conservadora, lo que más me chocó es escuchar a trabajadores y trabajadoras que venden su fuerza de trabajo en el mercado y que gozan del derecho de huelga, arremeter contra los y las de AENA, poniéndolos en muchos casos al mismo nivel que los controladores aéreos, cuyos salarios son 8 o 10 veces más altos y que se pusieron en huelga sin previo aviso y con los pasajeros en los aeropuertos o embarcados. También hubo una minoría que defendió a los sindicatos y al derecho de huelga, aunque se tengan que sufrir molestias.
La verdad es que huele muy mal ese tipo de sociedad que se ha ido creando, de asalariados y asalariadas que no son capaces de hacer huelga o, como mínimo, manifestarse en la calle contra los recortes de todo tipo a que son sometidos. Pues bien, ya pueden estar contentos y preparar las maletas para irse de puente. Disfrútenlo, quizás sus hijos no tendrán ni puente ni un trabajo decente en el cual no tengan que saltar de un contrato temporal y precario a otro de peores características. Y recuerden, los derechos laborales y sociales se conquistaron luchando, con tesón y sacrificio, para que las condiciones de vida y de trabajo fueran más dignas para todos y todas, para los que lucharon y para los que, agazapados en su miedo, criticaban, igual que ahora, a los que luchaban, considerándoles muchas veces tontos por perder el puesto de trabajo o ser detenidos. Espero que algún día haya un despertar, en especial de la juventud, que es la más afectada, al estilo de lo que han hecho en Portugal con esa multitudinaria manifestación, hace pocos días.
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