Lo sucedido en Japón: terremoto, tsunami y explosiones nucleares, es una tragedia, en primer lugar para el pueblo nipón , pero tambien para todo el mundo. A poco más de un año de la tragedia de Haití, con más de 200.000 muertos y la destruccíón de su pobreza material, no repuesta todavía en casi nada, después de las solemnes promesas incumplidas, llega el desastre a un país rico en recursos económicos y capacidades técnicas, que une a la pérdida de miles de vidas y destrucción material enorme, un peligro todavía mayor, la explosión en varios reactores nucleares, que ya ha afectado a numerosas personas pero que puede afectar a millones en Japón y fuera de Japón. En el momento de escribir estas líneas todavía se desconoce el alcance real que puede tener lo que es ya una catástrofe nuclear, que al principio se relativizaba afirmando con rotundidad que estaba controlada y que nunca pasaría lo de Chernobil, que, como se sabe, era una central soviética, es decir comunista, y que las de Japón, capitalistas por supuesto, eran seguras. Estas afirmaciones hechas con total desparpajo político y científico por conservadores, extrema derecha y progres social liberales, se las han tenido que tragar en pocos días. Sólo se mantienen con fuerza por parte de los golpistas de la comunicación al estilo de Jiménez Losantos. La cruda realidad es que lo más seguro en energía nuclear que, según nos contaban, estaba en Japón, se ha convertido en un gravísimo peligro para millones de personas y para la tierra. Deseo que se pueda controlar y, mientras tanto, es el momento de decir que la energía nuclear debe desaparecer en un proceso gradual en el que pueda ser sustituida por otras energías. Yo no tengo una alternativa y sé lo difícil que es esa sustitución, sobre todo por los hábitos de consumo en muchos casos despilfarradores que nos han impuesto y que docilmente hemos ido adoptando, y teniendo en cuenta que hay paises, pequeños, medianos y grandísimos, que están llegando justamente a un nivel de consumo básico, aunque hayan adoptado los mismos vicios de desarrollo a través del enriquecimiento personal, del derroche y del lujo parasitario. Sí sé que es imprescindible poner en marcha un debate y unas decisiones que cambien modos de consumo y practiquen el ahorro, sustituyendo la energía nuclear por energías no peligrosas y renovables, sin degradar aun más la tierra y la salud de los que la habitamos.
Finalmente, me ha parecido monstruoso y digno de persecución judicial que, aprovechando la bajada espectacular de la Bolsa de Tokio y de otras bolsas, los especuladores se hayan lanzado como carroñeros a hacer bajar los valores para comprar barato y hacer un gran negocio vendiendo luego caro. No juego en bolsa y no soy partidario de la política de mercado del capitalismo, pero, de momento, es lo que hay y sé que también hay pequeños inversores que juegan con sus ahorros Esos ladrones, los mismos que producen todas las crisis, utilizan la muerte y la destrucción para enriquecerse. Son basura y carne de presidio. Algún día tendrán que pagar por sus fechorías.
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