Como si no fuera suficiente con tener que soportar neoliberales y corruptos sin freno, que son capaces de quitarte la cartera andando; belicistas y sionistas que no sólo no se esconden, sino que alardean de sus "hazañas" destructoras, eso sí en nombre de la libertad y los derechos humanos; de inútiles que son incapaces de organizar la sociedad para que funcione minimamente bien. Y como si no hubieran gravísimos problemas que solucionar, en España entera, en Catalunya, en Europa y el mundo, en el Mediterráneo que continúa tragándose decenas y centenas de niños, niñas, mujeres, hombres, que van detrás de algo tan elemental como comer y vivir, además, una pandilla de majaderos en fase de descomposición mental, se atreven a crear problemas donde sólo deberían haber soluciones fruto de la inteligencia, la honradez, la dignidad y el respeto humano. Virtudes que, si inicialmente no se tienen, se pueden adquirir fácilmente porque forman parte del mejor patrimonio acumulado por la convivencia y la solidaridad entre personas y pueblos.
Tenemos un panorama ya saturado de aventureros sin causa moral, de descerebrados y delincuentes reales y potenciales, de incendiarios que nos pueden conducir a nuevas, o viejas, formas de tragedia. En primer lugar, voy a poner mi grano de arena por la construcción de una alternativa de izquierdas en España que sea la recuperación plena de los principios y valores que han dado vida a la lucha y conquista de derechos sociales y laborales en España, que se están perdiendo de forma progresiva y significativa.
Es necesario echar al PP por tres motivos elementales: Primero, porque como entidad colectiva está traspasado por la corrupción, su cesto está podrido no sólo tiene algún fruto tarado. Como derecha eterna no sólo ha actuado como si tuviera patente de corso para el clientelismo, el amiguismo y el favoritismo, como siempre ha hecho la derecha, sino que han ido mucho más lejos sin rendir cuentas a nadie, apropiándose de un patrimonio que consideran suyo. Segundo, escuchando la trifulca de la moción de censura del otro día en la Asamblea de Madrid, y al tal Enrique Ossorio y otros portavoces del PP, que representan, sin camuflar, la realidad de la dirección del PP que realmente manda, sentí vergüenza de que en la política pudieran actuar libremente energúmenos y chusma de tal especie. Y yo que no avalo a Podemos y a sus huestes, que utilizan parecidas formas a veces, adornadas de expresiones progres, creo que lo del PP del otro día, como muestra de lo que hay oculto en su interior, se debe eliminar de la escena política. Y tercero, porque se debe limpiar la política de personajillos cuyo principal objetivo es medrar al servicio del capital y los poderes que les sustentan, avalan y lanzan a la persecución de comunistas, que ni siquiera lo son, que no tienen bastante con defender a los golpistas venezolanos, sino que además les apoyan allí y aquí en sus actos de violencia y terrorismo. Cuanto antes desaparezcan de la faz de la política española las expresiones y acciones más reaccionarias y violentas, más pronto habrá un debate, enfrentado dialecticamente y contradictorio, pero respetuoso con las ideas ajenas. Rajoy, Arenas, Fátima Báñez, Luís Guindos, Montoro, Cospedal, Rafael Catalá..., son algo del pasado remoto, incluso desde el punto de vista más estrictamente liberal y deben desaparecer de la política.
Aclarado lo del PP, paso al siguiente "gran asunto", con una entidad suficiente como para buscar una alternativa y solución rápida y sólida, que nos permita salir de la cretinización y aburrimiento actual, capaz de anularnos como seres pensantes. No deberían formar parte de ninguna alternativa, ni en Catalunya ni en el conjunto de España, los que durante casi treinta años, de forma cómplice con el PP, han privatizado, reducido y malgastado los servicios públicos, han saqueado el dinero de los ciudadanos en beneficio propio y del partido que representaban, ni tampoco sus herederos y testaferros, sus ladrones directos e indirectos, sus artistas y futboleros machacas. Los Pujol y sucedáneos, los Mas y Puigdemont, las Neus Munté, Rigau......, y hasta los Romeva, más los que esperan agazapados la ocasión, siendo algo parecido a los anteriores.
Y si no tuviéramos bastante con todo esto, sale un nuevo personaje, del cual no tenía constancia, Pedro Ignacio Altamirano, que ha creado el Partido Nacional de Andalucía, que, según dice, se inspira en Catalunya y en los Païssos Catalans, ya que en estos sitios hay mucha sangre andaluza. De nuevo surge la sangre identitaria explicándolo todo. Sangre catalana, la sangre vasca de Arzallus, la andaluza..., ¿cuál será la próxima? Tendremos que comprar recipientes diversos para analizarlas y evitar que sean contaminadas por sangres impuras, como las españolas por ejemplo. Me recuerda a aquella gracia electoral de Felipe Alcaraz en las primeras elecciones cuando remachó la importancia de Andalucía diciendo que cuando los americanos llegaron a la luna encontraron un andaluz. Altamirano, este "curioso" nuevo personajillo, hijo de franquista, que afirma sin rubor que con Franco había más libertades y democracia, surgido de la nada y avalado por Junqueras y ERC, dice con total desparpajo que Andalucía, en la cual, afirma, están integradas partes de Murcia, Valencia, el Algarbe portugués y el Rif marroquí, ya es independiente.
Viendo estas cosas creo que el sonajero de la vida está cada vez más averiado y, seguramente, deberemos empezar a buscar nuevos fosos para enterrar a los alucinógenos más peligrosos y salas para custodiar a los humanos más tocados por estos alucinógenos.
En cuanto a lo que dice la dirección del PCE, (¿el PSUC?), IU, y los "Comuns", sobre la cacicada a ninguna parte de Puigdemont y los nacional-independentistas, no vale la pena ni tenerlo en cuenta. Son el esperpento fracasado de la política que antes era de izquierdas, ni una cosa ni su contrario. Por todo lo dicho, y más, queda claro que es necesario un profundo cambio social, político y cultural en España. Desgraciadamente, todavía tendremos que ir agrupando muchos efectivos humanos, ideas y propuestas ya que no hay una relación de fuerzas suficiente para ello.
PEDRO IGNACIO ALTAMIRANO, UN NUEVO ILUMINADO.
Y si no tuviéramos bastante con todo esto, sale un nuevo personaje, del cual no tenía constancia, Pedro Ignacio Altamirano, que ha creado el Partido Nacional de Andalucía, que, según dice, se inspira en Catalunya y en los Païssos Catalans, ya que en estos sitios hay mucha sangre andaluza. De nuevo surge la sangre identitaria explicándolo todo. Sangre catalana, la sangre vasca de Arzallus, la andaluza..., ¿cuál será la próxima? Tendremos que comprar recipientes diversos para analizarlas y evitar que sean contaminadas por sangres impuras, como las españolas por ejemplo. Me recuerda a aquella gracia electoral de Felipe Alcaraz en las primeras elecciones cuando remachó la importancia de Andalucía diciendo que cuando los americanos llegaron a la luna encontraron un andaluz. Altamirano, este "curioso" nuevo personajillo, hijo de franquista, que afirma sin rubor que con Franco había más libertades y democracia, surgido de la nada y avalado por Junqueras y ERC, dice con total desparpajo que Andalucía, en la cual, afirma, están integradas partes de Murcia, Valencia, el Algarbe portugués y el Rif marroquí, ya es independiente.
Viendo estas cosas creo que el sonajero de la vida está cada vez más averiado y, seguramente, deberemos empezar a buscar nuevos fosos para enterrar a los alucinógenos más peligrosos y salas para custodiar a los humanos más tocados por estos alucinógenos.
En cuanto a lo que dice la dirección del PCE, (¿el PSUC?), IU, y los "Comuns", sobre la cacicada a ninguna parte de Puigdemont y los nacional-independentistas, no vale la pena ni tenerlo en cuenta. Son el esperpento fracasado de la política que antes era de izquierdas, ni una cosa ni su contrario. Por todo lo dicho, y más, queda claro que es necesario un profundo cambio social, político y cultural en España. Desgraciadamente, todavía tendremos que ir agrupando muchos efectivos humanos, ideas y propuestas ya que no hay una relación de fuerzas suficiente para ello.
PEDRO IGNACIO ALTAMIRANO, UN NUEVO ILUMINADO.
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