"POSVERDAD", EL NUEVO TÉRMINO DE MODA.
Sin ánimo de establecer un debate sobre el asunto, no lo merece, decir cuatro cosas para conocer y aclarar los cambios que se producen en conceptos y aspectos importantes del lenguaje con el casi único objetivo de enmascarar la realidad para conducirla hacia donde interesa. Posverdad, "Post-truht" en su original inglés, es, a grosso modo, buscar una nueva forma de mentir, de manipular o tergiversar cuando las viejas formas no sirven por haberse desacreditado. Y cuando hasta se ha degradado una de las más clásicas maneras de hablar y hacer entender facilmente lo complejo, el relato, el contar historias, fábulas, cuentos, recurriendo a la inteligencia, sensibilidad y capacidad de las personas, sean adultas o, sobre todo, infantiles.
Se trata, a través de la posverdad, de dirigirse y apelar a las emociones frente a las razones, a las creencias y experiencias personales frente a los datos y hechos objetivos. Y se utiliza en todos los órdenes de la vida, especialmente en la industria publicitaria para vender los más variados productos y servicios, por parte de expertos en técnicas de persuasión, ya que si no son expertos, o son malos, no convencen. Se trata de que la persona "común" desconecte de la realidad y se crea la que le venden de forma deshonesta, la posverdad.
En resumen, se trata de hacer difícil el conocimiento de qué es verdad y qué es mentira, transformando la comunicación en propaganda. Se hace en todos los aspectos del marketing comercial, y especialmente en la comunicación política, vaciando el periodismo de principios éticos elementales y sometiéndolo absolutamente a los intereses particulares de los grandes grupos económicos que poseen y controlan las grandes empresas de la comunicación. Lo mismo es válido para crear una posverdad de las guerras de Iraq, Libia o Siria, o de la situación que vive Venezuela, con el intento golpista de la reacción y el apoyo internacional que recibe, convirtiendo a los gobernantes no sumisos en sátrapas, tiranos y asesinos, y organizando un movimiento de terroristas que "luchan por la libertad y los derechos humanos", que para poner en escena y potenciarlo el espectáculo político y sus marionetas, manipulando, fragmentando y alienando la conciencia crítica de la sociedad. En el último período tenemos el ejemplo más gráfico, brutal y contundente en todo lo ocurrido con Libia y Siria, sin ir más lejos. Con las más indecentes mentiras convirtieron a Muammar Gaddafi en un criminal que estaba masacrando a su pueblo para verdaderamente masacrarlo con los bombardeos de la OTAN, manipulando la Resolución 1973 de la ONU, y en alianza con los grupos terroristas que instalaron en Libia. El resultado a la vista, destruyeron Libia y ahora se tiene que reconstruir totalmente. Intentaron lo mismo en Siria con Bashar al Assad, pero, en este caso, Rusia y China que se habían abstenido en la ONU en la aprobación de la 1973, tomaron nota y dijeron que no había carta blanca para bombardear Siria. Y los terroristas creados por Occidente, Israel y socios feudales del Golfo, son derrotados por el pueblo, el gobierno y el ejército sirios y sus aliados. Y, finalmente, después de su derrota en Alepo y otras partes, los medios de propaganda ya lo tienen más difícil para mentir y ser creídos, a pesar de que continúan machacando con la misma posverdad.
Esto es, entre otros muchos ejemplos, la posverdad. Un nuevo concepto para continuar haciendo lo más viejo en la defensa de los intereses de la minoría que detenta el poder. Una minoría que no impone por su fuerza real, sino por la inconsciente pasividad de los que les dejamos hacer lo que quieren. Ellos son los responsables del mal que producen, nosotros los culpables de dejárselo producir. Lo dijo con dramática naturalidad Martin Luther King: "Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos".
COMO SIEMPRE Y MÁS QUE NUNCA, DENUNCIAR LA MENTIRA Y CONTAR LA VERDAD.
Se trata, a través de la posverdad, de dirigirse y apelar a las emociones frente a las razones, a las creencias y experiencias personales frente a los datos y hechos objetivos. Y se utiliza en todos los órdenes de la vida, especialmente en la industria publicitaria para vender los más variados productos y servicios, por parte de expertos en técnicas de persuasión, ya que si no son expertos, o son malos, no convencen. Se trata de que la persona "común" desconecte de la realidad y se crea la que le venden de forma deshonesta, la posverdad.
En resumen, se trata de hacer difícil el conocimiento de qué es verdad y qué es mentira, transformando la comunicación en propaganda. Se hace en todos los aspectos del marketing comercial, y especialmente en la comunicación política, vaciando el periodismo de principios éticos elementales y sometiéndolo absolutamente a los intereses particulares de los grandes grupos económicos que poseen y controlan las grandes empresas de la comunicación. Lo mismo es válido para crear una posverdad de las guerras de Iraq, Libia o Siria, o de la situación que vive Venezuela, con el intento golpista de la reacción y el apoyo internacional que recibe, convirtiendo a los gobernantes no sumisos en sátrapas, tiranos y asesinos, y organizando un movimiento de terroristas que "luchan por la libertad y los derechos humanos", que para poner en escena y potenciarlo el espectáculo político y sus marionetas, manipulando, fragmentando y alienando la conciencia crítica de la sociedad. En el último período tenemos el ejemplo más gráfico, brutal y contundente en todo lo ocurrido con Libia y Siria, sin ir más lejos. Con las más indecentes mentiras convirtieron a Muammar Gaddafi en un criminal que estaba masacrando a su pueblo para verdaderamente masacrarlo con los bombardeos de la OTAN, manipulando la Resolución 1973 de la ONU, y en alianza con los grupos terroristas que instalaron en Libia. El resultado a la vista, destruyeron Libia y ahora se tiene que reconstruir totalmente. Intentaron lo mismo en Siria con Bashar al Assad, pero, en este caso, Rusia y China que se habían abstenido en la ONU en la aprobación de la 1973, tomaron nota y dijeron que no había carta blanca para bombardear Siria. Y los terroristas creados por Occidente, Israel y socios feudales del Golfo, son derrotados por el pueblo, el gobierno y el ejército sirios y sus aliados. Y, finalmente, después de su derrota en Alepo y otras partes, los medios de propaganda ya lo tienen más difícil para mentir y ser creídos, a pesar de que continúan machacando con la misma posverdad.
Esto es, entre otros muchos ejemplos, la posverdad. Un nuevo concepto para continuar haciendo lo más viejo en la defensa de los intereses de la minoría que detenta el poder. Una minoría que no impone por su fuerza real, sino por la inconsciente pasividad de los que les dejamos hacer lo que quieren. Ellos son los responsables del mal que producen, nosotros los culpables de dejárselo producir. Lo dijo con dramática naturalidad Martin Luther King: "Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos".
COMO SIEMPRE Y MÁS QUE NUNCA, DENUNCIAR LA MENTIRA Y CONTAR LA VERDAD.
La idea, creo, es aparentar que es necesario lo que se hace, aunque lo que se haga sea un crimen, o dos, o cientos.....Un abrazo. Carmen.
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