viernes, 18 de enero de 2019

¿DRAMA A LO SHAKESPEARE, ESPERPENTO A LO VALLE INCLÁN O PLAGA POLÍTICA?


La verdad es que después de ver someramente lo que pasa en la política española, con el último, de momento, episodio bufo de Errejón-Carmena-Iglesias-Podemos y pajes afínes de Unidos Podemos, IU y PCE, los residuos, en conjunto, de la izquierda,  e intentando evitar la caída permanente en una profunda melancolía, he mirado en el Hamlet de Shakespeare para intentar encontrar personajes maestros de la simulación, el engaño y la falsedad que fueran algo parecidos a nuestros actuales políticos y no los he encontrado con un nivel tan primario; me he dirigido también a nuestro Valle Inclán y he llegado a la misma conclusión, a los políticos antes citados, a los que añadir la curia del PP-PSOE y nazional-secesionistas les pasa lo mismo que a los personajes de Inclán, que contemplaban la realidad española a través de los espejos cóncavos de El Callejón del Gato de Madrid, parcialmente existentes todavía. O sea, que nada de tragedia o drama de grandeza shakesperiana, más bien una plaga política que se aproxima a un esperpento de baja calidad.
Cuando la otrora izquierda abraza progresivamente las prácticas de una progresía que va y viene de la superficie de las cosas, con principios y valores cada vez más laxos, a la fragmentación de la realidad para congraciarse con los diversos grupúsculos que van surgiendo al impulso creativo de los nuevos aires del liberalismo social, el resultado no puede ser otro que su desaparición a plazos y el crecimiento y fortalecimiento de la extrema derecha y la derecha. Y los que durante  poco tiempo han pasado a la primera plana de la propaganda política, gracias en gran parte a su lanzamiento interesado en los grandes medios de comunicación de masas, poco a poco se van enfrentando y eliminando según sus intereses personales. Lo que está ocurriendo con la maaama Carmena y el joven discípulo aventajado Errejón es solo una muestra de este proceso que ha venido precedido de otros episodios en el mismo sentido en este espacio político y humano que se tenía que comer el mundo. 
Y desapareciendo cual sombras huidizas por el horizonte van los  creadores y lanzadores intelectuales de esta nueva versión del sorpasso que, como las otras, ha terminado en fracaso, después de haber prácticamente hundido las expectativas positivas que Izquierda Unida tenía hace pocos años. Pueden estar contentos y subirse a las tribunas públicas y púlpitos afines a continuar dando lecciones.    

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