CAPITALISMO Y TECNÓCRATAS.

Para salvar a Europa de la hecatombe económica y financiera que ellos mismos han creado, y que utilizan fría y despiadamente para continuar manteniendo los beneficios de la minoría a costa del empobrecimiento de la mayoría, los representantes de la cueva de Ali Babá ponen a sus esbirros directamente, sin necesidad de que pasen por las urnas, algo ya desfasado para ellos, ya que han convertido las urnas en el bombo de un bingo, útil sólo para elegir al servidor más dócil del sistema, que toque en cada momento. Aquí toca el memorable 20 de noviembre.
Llaman técnicos independientes y serios a los tecnócratas de la derecha de hoy y de siempre, que han servido escrupulosamente a los intereses del capital. Por ejemplo, el tan aplaudido Monti, flamante nuevo primer ministro italiano, además de ex-comisario europeo, miembro de la directiva de Bilderberg, consejero de Coca-Cola y de la financiera Goldman Sachs, entidades y grupos corresponsables del huracán financiero, lleva en la carpeta que le han dado en la cueva de los 40 ladrones, las instrucciones precisas para reducir pensiones, congelar sueldos, precarizar más el mercado laboral, privatizar y liberalizar sectores y servicios públicos, subir el IVA. Parece haber dicho que también recortará los privilegios de la "clase política", que es un bombón demagógico para contentar a las masas. En Grecia, Lucas Papademos, que es elegido para aplicar las políticas más antisociales, ha sido, además de consejero de Goldman Sachs, gobernador del Banco Central de Grecia, Vicepresidente del Banco Central Europeo y encubridor a las ordenes de Goldman Sachs de todos los fraudes y tropelías del estado griego, con lo cual algo tendrá que ver con lo que sucede en Grecia y en Europa. Se hace acompañar en el gobierno por ministros de la extrema derecha. Si a esos dos añadimos a Draghi, flamante recién elegido Presidente del Banco central Europeo, también procedente de Goldman Sachs, tenemos al elenco completo de máximos funcionarios del neoliberalismo mundial al frente de la economía europea. Y podemos, pues, llegar a la conclusión de que esos personajes sólo se han dedicado a salvaguardar los enormes beneficios de los diversos grandes grupos financieros y especuladores y no a impulsar y aplicar una política económica y financiera al servicio de los pueblos de Europa. Y ahora tienen que salvar a Grecia, a Italia, al euro y a Europa, los que, además de ser corresponsables de la crisis, son unos perfectos ineptos y terroristas sociales. La Unión Europea da un nuevo golpe de Estado, igual que el que dieron en España PSOE, PP, CiU,PNV..., dóciles servidores de la burocracia neoliberal europea, contra la Constitución. Recuerdo, para los creyentes de esos cuatro partidos, que después de las "reformas" para abaratar el despido, para aumentar la temporalidad, para reducir o congelar salarios y pensiones y reducir el gasto público, especialmente en sanidad y educación, el antro de los mercados continúa acosando a la economía española, que no levanta cabeza porque sus problemas son de otra índole, tal como señala Cayo Lara en nombre de IU.
El mensaje que nos transmiten con la elección por decreto de gobernantes sin ni siquiera cumplir el trámite de pasar por las urnas, es de que no es necesario votar, que ya votan los mercados. La secuencia, por tanto, es la siguiente, primero liquidan las normas y leyes de control democrático de la economía, lo lanzan todo al mercado libre con un estado adelgazado que sirva sólo para sanar las lacras del capital y luego, cuando explotan los problemas que han creado, nos encogen de inseguridad y miedo y, para salvarnos de la bancarrota, nos imponen los recortes laborales, salariales y sociales más duros que se conocen en el mundo "desarrollado" desde la Segunda Guerra. Es la Dictadura del capital, hasta ahora disfrazada de democracia parlamentaria, ya sin careta. Nos tratan como a siervos. No deberíamos dejarles que lo hicieran. Para evitarlo no hay más que una vía: entender lo que pasa, compartirlo todos los afectados, concretar las propuestas precisas y el programa político unitario y organizarse y movilizarse para imponerlo por la fuerza de la razón de la mayoría social que crea la riqueza útil para una vida digna. Como siempre, el único camino. El próximo 20 de noviembre es una ocasión para avanzar en esa línea, reforzando ampliamente la presencia de IU en el Parlamento, a la cual luego se podrá exigir que no se encierre en la institución, que escuche el rumor de los graves problemas reales de la gente de la calle y que encabece la movilización social como el elemento central para fortalecer su trabajo y propuestas en el Parlamento.