Escucho y leo que amplios sectores de la dirección del PP, enfrentados entre si por los resultados electorales y la falta de asumir responsabilidades, quieren refundar el partido y buscar a otro/a para mirarse en el espejo. Parece que, según doctores/as enterados, IU también se tiene que refundar, incluso algún snob justiciero recién llegado pide la dimisión de Cayo Lara para avanzar. Antes el PSOE no habló de refundar, todavía no estaba de moda, y optó por la regeneración. El PSC sí dice que se está refundando. Sarkozi habló, una sola vez, de refundar el capitalismo. Nunca más se supo. Manuela Carmena anima a refundar la democracia desde una vertiente que no alarme al poder económico. Estoy atento para conocer cómo se produce. Veamos un poco de qué hablamos o podemos hablar ya que la refundación no puede ser la salida a una situación cuando no se es capaz de analizar la realidad, la general que afecta a toda la sociedad o la propia que afecta a una institución, partido, sindicato. La refundación tampoco puede ser un concepto hueco para sustituir la falta de alternativas en uno u otro sentido o esconder la inoperancia para cambiar o modificar lo necesario.
"Refundar es volver a fundar algo", "revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales" "modificar algo substancialmente para adaptarlo a la actualidad o servir a un objetivo diferente al original" "reorganizar la estructura de una institución u organización para que vuelva a funcionar con normalidad". Aunque parezca complejo, significa fundamentalmente "revisar" "modificar" y "reorganizar" algo para que funcione, partiendo de la validez básica de lo existente.
Referente a IU, que es lo que en este momento me interesa, ya que parece que el bajón electoral en las autonómicas ha movido a algunos/as dirigentes a hacer casi borrón y cuenta nueva y ver qué hay en el mercado político para engancharse y no quedar personalmente fuera de circulación, y a la mayoría de dirigentes a la reflexión con buen sentido común para reencontrar el camino y corregir a fondo todos los profundos defectos de IU. En Primer lugar, y partiendo de la premisa de que IU continúa siendo un proyecto válido, recuperar el sentido original de IU como movimiento político y social organizado, con un programa, línea política común y funcionamiento organizativo federal coherente, basándose todo estrictamente en las decisiones asamblearias plasmadas en los documentos aprobados, como garantía de respeto a la legalidad democrática, válida mientras no se decida cambiarla. Ello significa flexibilizar, agilizar y reducir de una vez toda la estructura, para que no funcione como un aparato cerrado de mal partido, lo que significa en primer lugar dar más protagonismo cotidiano al conjunto de la militancia y compañeros/as de viaje, a través de las diversas formas de participación que hay para tomar decisiones. En esta línea, recrear o potenciar al mismo tiempo los ámbitos de debate y organización del trabajo hacia la calle, las áreas u otros que se vean necesarios. En segundo lugar, no puede continuar la dicotomía existente entre decisiones tomadas por los órganos colectivos emanados de la base militante y de las direcciones que cogen su sentir y su aplicación práctica, algo que sucede en IU y, de manera aún más grave en el PCE. A modo de propuesta de trabajo en positivo en IU, y en el PCE en lo que corresponda, tener un pleno conocimiento de la militancia real o potencialmente existente en cada territorio concreto, barrio, comarca, localidad, distrito, donde ejerce ésta su actividad profesional, social y sindical para poder impulsar de forma natural las tareas decididas en todas partes. Los órganos dirigentes en los diversos niveles, en vez de dedicarse a ser malas copias repetitivas de los debates y de las decisiones democráticas tomadas más arriba de la escala dirigente representativa, deben decidir cómo se ponen en marcha y organizan su acción en la realidad concreta de cada lugar, en función de las posibilidades existentes. Creo que poco a poco, superando inercias y corrigiendo deformaciones de carácter burocrático y poco creativo, podemos avanzar en la superación de hábitos poco eficaces. Es fundamental para ello que entendamos de una vez para siempre que la participación a gran escala sólo se dará cuando los participantes se vean reflejados en lo que colectivamente se haga. Es un problema político y organizativo, tanto en IU como en el PCE, de fondo.
Otra gran cuestión es como articular bien el discurso general para hacerlo entendible y asumible por sectores progresivamente más amplios. A pesar de todas sus insuficiencias, a veces en asuntos muy importantes para la vida de los pueblos como es combatir la guerra por las consecuencias de muerte, destrucción y derroche de recursos que supone y defender la paz, la política, el diálogo y las leyes internacionales; o desarrollar en lo concreto la solidaridad internacionalista más allá de proclamas; o vincular siempre la defensa de lo más concreto para una vida digna con la construcción de una realidad social alternativa al capitalismo, IU ha trabajado mucho y bien en la calle y en las instituciones, aunque su actuación ha carecido casi siempre de la vocación de educación política e ideológica como elemento estructural de su quehacer cotidiano.
Y, finalmente, IU no debe tener ningún complejo en la defensa de su personalidad, lo que algunos superficiales y desinformados califican de defensa identitaria. IU debe acentuar aún más la propuesta convergente y unitaria que impulsó más que nadie desde el mismo momento de su nacimiento. Propuesta que forma parte destacada del patrimonio histórico del PCE, desde que a principios de los treinta descartó el sectarismo dogmático y tuvo parte destacada en las políticas unitarias de la 2ª República y en la formación del Frente Popular, verdadera coalición unitaria plural, que, a pesar de los años transcurridos, de los avatares después de la derrota republicana y de la marginación del PCE de los organismos unitarios en el exilio, sigue siendo todavía ejemplo de unidad popular. En consecuencia, la política de unidad y convergencia es parte inseparable de la genética y política más actual de IU y del PCE. Y continuará siéndolo. Pero nunca se deberá aceptar la fraseología "unitaria" y "convergente" a lo Podemos que te indica imperativamente que la unidad pasa por guarecerse bajo su paraguas después de haber entrado de uno en uno con el carnet en la boca. Esto sí que es un verdadero trágala identitario y excluyente, que recibe poca atención y crítica por los que descalifican a los propios y piden desfederalizaciones a mansalva.
Vale más que todo el mundo se lo piense un poco antes de tirar adelante con determinadas actuaciones. Cuando se inicia el camino del enfrentamiento definitivo, de la ruptura y de la expulsión, se sabe dónde éste empieza, nunca dónde terminará.
NO A LA GUERRA. NO A LA OTAN. NO A LA ENTREGA DE MORÓN Y ROTA AL IMPERIALISMO DE EEUU. MOVILIZACIÓN.
LIBERTAD PARA CHELSEA MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.
"Refundar es volver a fundar algo", "revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales" "modificar algo substancialmente para adaptarlo a la actualidad o servir a un objetivo diferente al original" "reorganizar la estructura de una institución u organización para que vuelva a funcionar con normalidad". Aunque parezca complejo, significa fundamentalmente "revisar" "modificar" y "reorganizar" algo para que funcione, partiendo de la validez básica de lo existente.
Referente a IU, que es lo que en este momento me interesa, ya que parece que el bajón electoral en las autonómicas ha movido a algunos/as dirigentes a hacer casi borrón y cuenta nueva y ver qué hay en el mercado político para engancharse y no quedar personalmente fuera de circulación, y a la mayoría de dirigentes a la reflexión con buen sentido común para reencontrar el camino y corregir a fondo todos los profundos defectos de IU. En Primer lugar, y partiendo de la premisa de que IU continúa siendo un proyecto válido, recuperar el sentido original de IU como movimiento político y social organizado, con un programa, línea política común y funcionamiento organizativo federal coherente, basándose todo estrictamente en las decisiones asamblearias plasmadas en los documentos aprobados, como garantía de respeto a la legalidad democrática, válida mientras no se decida cambiarla. Ello significa flexibilizar, agilizar y reducir de una vez toda la estructura, para que no funcione como un aparato cerrado de mal partido, lo que significa en primer lugar dar más protagonismo cotidiano al conjunto de la militancia y compañeros/as de viaje, a través de las diversas formas de participación que hay para tomar decisiones. En esta línea, recrear o potenciar al mismo tiempo los ámbitos de debate y organización del trabajo hacia la calle, las áreas u otros que se vean necesarios. En segundo lugar, no puede continuar la dicotomía existente entre decisiones tomadas por los órganos colectivos emanados de la base militante y de las direcciones que cogen su sentir y su aplicación práctica, algo que sucede en IU y, de manera aún más grave en el PCE. A modo de propuesta de trabajo en positivo en IU, y en el PCE en lo que corresponda, tener un pleno conocimiento de la militancia real o potencialmente existente en cada territorio concreto, barrio, comarca, localidad, distrito, donde ejerce ésta su actividad profesional, social y sindical para poder impulsar de forma natural las tareas decididas en todas partes. Los órganos dirigentes en los diversos niveles, en vez de dedicarse a ser malas copias repetitivas de los debates y de las decisiones democráticas tomadas más arriba de la escala dirigente representativa, deben decidir cómo se ponen en marcha y organizan su acción en la realidad concreta de cada lugar, en función de las posibilidades existentes. Creo que poco a poco, superando inercias y corrigiendo deformaciones de carácter burocrático y poco creativo, podemos avanzar en la superación de hábitos poco eficaces. Es fundamental para ello que entendamos de una vez para siempre que la participación a gran escala sólo se dará cuando los participantes se vean reflejados en lo que colectivamente se haga. Es un problema político y organizativo, tanto en IU como en el PCE, de fondo.
Otra gran cuestión es como articular bien el discurso general para hacerlo entendible y asumible por sectores progresivamente más amplios. A pesar de todas sus insuficiencias, a veces en asuntos muy importantes para la vida de los pueblos como es combatir la guerra por las consecuencias de muerte, destrucción y derroche de recursos que supone y defender la paz, la política, el diálogo y las leyes internacionales; o desarrollar en lo concreto la solidaridad internacionalista más allá de proclamas; o vincular siempre la defensa de lo más concreto para una vida digna con la construcción de una realidad social alternativa al capitalismo, IU ha trabajado mucho y bien en la calle y en las instituciones, aunque su actuación ha carecido casi siempre de la vocación de educación política e ideológica como elemento estructural de su quehacer cotidiano.
Y, finalmente, IU no debe tener ningún complejo en la defensa de su personalidad, lo que algunos superficiales y desinformados califican de defensa identitaria. IU debe acentuar aún más la propuesta convergente y unitaria que impulsó más que nadie desde el mismo momento de su nacimiento. Propuesta que forma parte destacada del patrimonio histórico del PCE, desde que a principios de los treinta descartó el sectarismo dogmático y tuvo parte destacada en las políticas unitarias de la 2ª República y en la formación del Frente Popular, verdadera coalición unitaria plural, que, a pesar de los años transcurridos, de los avatares después de la derrota republicana y de la marginación del PCE de los organismos unitarios en el exilio, sigue siendo todavía ejemplo de unidad popular. En consecuencia, la política de unidad y convergencia es parte inseparable de la genética y política más actual de IU y del PCE. Y continuará siéndolo. Pero nunca se deberá aceptar la fraseología "unitaria" y "convergente" a lo Podemos que te indica imperativamente que la unidad pasa por guarecerse bajo su paraguas después de haber entrado de uno en uno con el carnet en la boca. Esto sí que es un verdadero trágala identitario y excluyente, que recibe poca atención y crítica por los que descalifican a los propios y piden desfederalizaciones a mansalva.
Vale más que todo el mundo se lo piense un poco antes de tirar adelante con determinadas actuaciones. Cuando se inicia el camino del enfrentamiento definitivo, de la ruptura y de la expulsión, se sabe dónde éste empieza, nunca dónde terminará.
NO A LA GUERRA. NO A LA OTAN. NO A LA ENTREGA DE MORÓN Y ROTA AL IMPERIALISMO DE EEUU. MOVILIZACIÓN.
LIBERTAD PARA CHELSEA MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.
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