CON MOTIVO DE UNA LUNA PROVOCADORA.

Y le pregunté a la luna, tú que sabes tanto, que vas de lista y que te has paseado por tantas generaciones, ¿qué va a pasar en el 2016? Y contestó con su clásica chulería de altura, mirando por encima de casa y árboles: como sois tan inútiles en general que, a pesar de que deberíais conocer a todos los que se llevan la riqueza que vosotros creáis para aumentar su capital sin esfuerzo, a todos los corruptos que además os roban, a todos los perversos que hacen de este mundo una inmensa zona de muerte, destrucción, miseria, humillación y odio y, sin embargo, les rendís culto, dobláis la cerviz ante ellos y les votáis, no podéis dar una solución, ni en el 2016, ni en el 2026. Se interrumpe un momento, acentúa su brillo para impresionar y continúa: sólo hay una alternativa para el 2016 y siguientes, enterarse bien de lo que pasa, conocer quién es quién, no dejarse embaucar por los cantos de sirena de los que os han vendido hasta ayer la alegría del mercado del consumo, y continúan vendiéndola, mientras van recortando cosas esenciales para un verdadero bienestar social y personal: en la salud, la educación, la cultura, la libertad, la paz, la imprescindible fraternidad entre pueblos y personas como única alternativa humana.

Esta vez, a diferencia de mi eterno recelo y sospecha sobre sus intenciones, la miré con aprobación y hasta con simpatía, di la vuelta y me alejé pensativo pensando en qué hacer en el 2016. Decidí seguir preparando cosas que ayuden a avanzar, confiando en que los que deben encabezar y orientar este próximo proceso, no continúen divagando en discusiones esotéricas, triunfalismos sin causa y personalismos caudillistas. Tengo un viaje en la perspectiva inmediata, si no se tuerce, hay iniciativas y actos preparados en lo inmediato, el 16 de enero uno de Javier Couso y un representante de la Federación Rusa, sobre la situación internacional, organizado por la Plataforma Global Contra las Guerras. Y de allí en adelante muchas otras actividades. Las elecciones han pasado, el palo ha sido fuerte, pero hay casi un millón de personas que han confiando y apoyado a IU para seguir adelante, pese a la credulidad de mucha gente en nuevos apóstoles que venden lo más viejo de la política de la casta.