viernes, 26 de agosto de 2016

Solidaridad y duelo por el pueblo italiano en este nuevo zarpazo que la naturaleza le ha asestado de la forma más cruel. Sobran palabras..
Parece que en la construcción de los edificios siniestrados, o en su reforzamiento para resistir terremotos, los constructores y las mafias, difícil distinguir entre unos y otros muchas veces, escatimaron materiales para tener más beneficios. Si eso es así, se trata pura y simplemente de un crimen. Esperemos que las autoridades políticas y judiciales del Estado italiano actúen hasta las últimas consecuencias para depurar esta fechoría.
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