jueves, 6 de julio de 2017

LIBIA, MAR DE ALBORÁN, MEDITERRÁNEO, IRAQ,  LAMPEDUSA, AFGANISTÁN, YEMEN, SIRIA. 
Mientras van llegando cayucos repletos de inmigrantes a las costas españolas del sur y a Canarias, todavía no se sabe qué ha pasado con los 49 desaparecidos en el mar de Alborán, cuando una destartalada patera de las que fletan las mafias criminales de la trata, los llevaba sin ninguna seguridad, salvándose sólo las tres personas que tenían flotador. Y en las costas de Libia, los barcos de salvamento italianos ya han desembarcado a decenas de miles en lo que va de año, esperando que sean más de 270.000 durante 2017. Lampedusa y el sur de Italia continúan acogiendo tal masa de personas que ya no tienen capacidad para albergarlas en unas mínimas condiciones de dignidad humana y física. Y vía Turquía, principalmente, llegan por el mar Egeo a las islas de Quíos, Samos y Lesbos, miles de refugiados de Siria, Afganistán, Iraq..., que se hacinan en los campos de internamiento griegos. Conocido y asumido por falta de iniciativas de fondo para evitarlo, es que miles de personas mueren ahogadas en el mar, a pesar del ingente esfuerzo que llevan a cabo buques de salvamento de diversos países, especialmente de Italia, también de España, que evitan con su trabajo y dedicación solidaria que la tragedia sea de dimensiones humanas indescriptibles. A pesar de lo cual se puede hablar de casi 4000 ahogados sólo el año pasado. Todo ello sin contar a los centenares de miles que intentan entrar en Europa por tierra, y que después de múltiples vicisitudes y sufrimientos son concentrados en campos alambrados. Entre ellos hay miles de niños que se encuentran solos y van en busca de sus padres o familiares y que son maltratados y explotados por la escoria del crimen.
De todo lo que ocurre en las costas de Alborán y España, Libia e Italia, Turquía y Grecia, y en todas las fronteras y campos de internamiento europeos, hay un máximo y principal responsable: el sistema económico, político y militar que quiere continuar controlando el mundo, el Oriente Próximo y Lejano, África y el Mediterráneo. Este sistema económico quiere las ganancias que producen las riquezas, especialmente las materias primas y combustibles, quiere dominar las vías por donde puedan circular éstas y controlar los territorios, estando dispuesto a hacer lo que sea necesario para ello: guerras, embargos, crear terrorismos, fragmentar y dividir países como han hecho en Libia y están intentando hacer en Siria...Y, aunque se haya nombrado ya muchas veces a los culpables, es necesario repetirlo para que nadie lo olvide y se haga lo imposible para pararles los pies en todas partes, empezando por la denuncia y acción en sus propios países: EEUU, Israel, la UE y la Europa sumisas, Arabia Saudí y los Emiratos del Golfo, Turquía en un largo periodo.
Quiero terminar con  unas palabras que pronunció Muammar al Gaddafi en 2011 en unas declaraciones a la cadena de televisión France 24: 
" Habrá millones de personas que llegarán al Mediterráneo para cruzar a Francia e Italia y Libia juega un papel importante en la seguridad del Mediterráneo". "En Libia a lo largo de 2000 quilómetros de costa mediterránea todo está estable. Si la situación se vuelve inestable entonces Libia se transformará en un segundo Afganistán; millones de inmigrantes se dirigirán a Europa, lo cual repercutirá en la región del Mediterráneo". "Veremos a los piratas atacando en Sicilia, en Creta, en Lampedusa". El hijo de Gaddafi, Saif Al islam dijo también: "Ustedes verán a millones de inmigrantes ilegales. El terror está a la vuelta de la esquina".
Seis años más tarde no hay la menor duda de que la profecía de Muammar Gaddafi y su hijo era cierta. Las "primaveras árabes" apoyadas por Occidente y las intervenciones militares de EEUU y socios, son las principales causas que provocan el éxodo masivo de personas. 
Libia, el país más próspero de África, que acogía a dos millones y medios de trabajadores subsaharianos, y que planteaba seriamente la unidad africana con moneda propia no dependiente del dólar ni del euro, fue destruido por la OTAN, con la participación de la España del PSOE, (no solamente intervino el PP en Iraq).  Gaddafi y muchos dirigentes libios fueron asesinados por los terroristas protegidos por la OTAN. Actualmente, Libia es un país fragmentado, destruido, que busca desesperadamente su salvación, a pesar de los nuevos desembarcos de terroristas que se producen en el país huyendo de sus derrotas en Siria. No es necesario ser un experto en política internacional para comprobar el desastre que ha producido el Occidente "civilizado" en toda esta zona y la simiente terrorista que ha sembrado, desde Afganistán a Siria. Ahora sólo faltaría que la llamada izquierda española y europea, que ha defendido, apoyado, tolerado, o ha sido cómplice de las acciones terroristas de Occidente en Libia y Siria, para, según decían, defender los derechos humanos y la libertad, hiciera una autocrítica política que se limitara a cambiar totalmente su actitud de entrega sumisa a los belicistas europeos y mundiales y dijera alguna cosa interesante para movilizar a los trabajadores europeos por la paz y contra la guerra y por la convivencia y colaboración entre los pueblos. De momento, esta izquierda está lejos de hacer esto. Sólo basta mirar lo que les costó a las direcciones del PCE y de IU hacer un gesto para denunciar la intervención del imperialismo en Siria, en vez de la equidistancia que guardaban entre la intervención extranjera, impulsora del terrorismo, y las "culpas y crímenes del régimen de Bashar Al Assad".
Deberemos continuar. 




DE NUEVO, POR LA RECONSTRUCCIÓN DE LIBIA  Y DE TODOS LOS PAÍSES DESTRUÍDOS POR LA GUERRA, POR LA PAZ, POR UN MEDITERRÁNEO DE CONVIVENCIA  Y DE RIQUEZAS COMPARTIDAS. PARA IMPEDIR DE UNA VEZ QUE LAS MAFIAS HAGAN CON SU ACTITUD CRIMINAL QUE SE CONTINÚEN AHOGANDO MÁS HERMANOS EN ALBORÁN, LAMPEDUSA O LESBOS. 



1 comentario:

  1. Muy bueno. ¡Qué pena de premio Princesa de Asturias de la Concordia......Carmen

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